
La ensalada tiene años emergiendo como una opción culinaria estrella. Son sencillas, saludables y enormemente versátiles.
Su atractivo radica en la casi infinita variedad de ingredientes que admiten. Desde las clásicas hortalizas como el tomate y la lechuga, hasta la incorporación de frutos secos y semillas que enriquecen su textura y sabor.
Pero si bien la creatividad en su preparación es ilimitada, existe un trío de elementos fundamentales que rara vez falta en cualquier ensalada: el aceite, el vinagre y la sal.
De esta manera, uno de los mayores debates y diversidad de opiniones es el orden que debe seguirse a la hora de utilizarlos. Aunque para muchas personas añadir unos antes que otros no tiene una gran relevancia, ya que se va a mezclar todo, la realidad es muy diferente.
Existe, de hecho, un orden concreto según la ciencia. En este caso, entonces, «el orden de los factores sí altera el producto».
Qué dice la ciencia sobre la ensalada y sus aliños
El aliño correcto sería primero la sal, luego el vinagre y por último, el aceite de oliva.
Basándose en la explicación científica, la sal es un producto muy soluble en agua, por lo que añadirla primero hará que penetre más en el resto de ingredientes, potenciando así el sabor de estos.
En cuanto al vinagre, tiene un alto contenido en agua, por lo que es el aliado perfecto para poder disolver la sal y que todo se integre a la perfección. Por último, el aceite de oliva —preferiblemente virgen extra— tiene una textura que hace que se cree una película sobre los alimentos. Introducirlo en primer lugar, puede evitar que la sal y el vinagre se mezclen de forma adecuada.
Las cantidades de cada uno de los elementos para el aliño suelen ser algo más subjetivas. Éstas dependen de la cantidad del resto de ingredientes, así como de los gustos particulares de cada persona, según remarca el portal español El Economista.
Aun así, se podría tomar como referencia una pizca de sal, una cucharada pequeña de vinagre y dos cucharadas normales de aceite por persona. Otra opción también válida es sustituir el vinagre por jugo de limón, cuyos resultados son muy similares.
Es importante también tener en cuenta que las ensaladas hay que aliñarlas justo antes de comer. Si pasa demasiado tiempo podemos correr el riesgo de que los ingredientes se marchiten y no queden tan frescos y crujientes como deseamos.
Notiespartano/ELNACIONAL