
El mercado de la medicina estética rusa creció un 21% el pasado año y los expertos prevén que vuelva a crecer en 2025, según informó hoy el diario Kommersant.
Según la consultora médica Pravo na Zdarovye este mercado llegó a los 44.000 millones de rublos (más de 515 millones de dólares) y se espera que entre 2025 y 2026 crezca entre un 15% y un 20% adicional, lo que indica un crecimiento por encima de la media mundial en este sector.
«Si hace diez años las inyecciones de bótox eran un procedimiento de nicho, hoy se ha vuelto algo rutinario», afirmó Lialia Sadikova, presidenta de la Asociación de Empresas y Profesionales de la Belleza.
Además, Sadikova añadió que han aparecido nuevos grupos que demandan estos servicios, entre ellos los jóvenes y los hombres.
Otros factores están relacionados con el desarrollo del mercado nacional, pues existen más clínicas especializadas y al haber mayor competitividad ha bajado el precio de la oferta, y con que las personas confían más en las clínicas locales y no viajan al exterior para realizarse las operaciones.
Uno de los catalizadores de este crecimiento fue el tirón de los biorevitalizadores, cuyo uso creció un 46 % (casi cuatro millones de procedimientos), que por ser un procedimiento mucho menos invasivo resulta más atractivo para los clientes que, según Olga Goncharova, directora de Pravo na Zdarovye, optan cada vez más por tratamientos a largo plazo en lugar de intervenciones con resultados inmediatos.
En términos generales, el número de operaciones estéticas de inyección ascendió a los 8,7 millones, un 34% más que el año anterior.
Los expertos sostienen que una de las particularidades del mercado ruso de la medicina estética es la estabilidad de la demanda, aunque al mismo tiempo es una esfera que se mueve alrededor de los límites legales, ya que muchos clientes atienden a clínicas sin las licencias necesarias.
Notiespartano/EFE