
De verdad que lo que ha hecho la ONAPRE con los docentes es una puñalada trapera directa al corazón. Poner a los educadores del país un sueldo de 5.5 dólares es parte de la burla al magisterio y que el gobierno lo hace con la sola idea de condenar al país a la ignorancia total.
No podían hacer otra cosa, sino crear un mecanismo controlador para condenar al pueblo venezolano a la ignorancia total, pues es evidente que al pagar sueldos miserables desconectan al docente con la calidad educativa de las escuelas. No es justo mantener a los maestros atrapados en una cadena de la y miseria que destruye la posibilidad de desarrollo de una nación y condena a los educadores al peor momento de la historia.
Tanta ha sido la terquedad de la ministra Yelitza Santaella que ha anunciado por las redes sociales que ni un céntimo les ha ofrecido a los educadores para poner fin a la huelga nacional que mantiene hace meses sin clases a los estudiantes venezolano y nadie dice nada sobre el atraso y el retroceso de la educación venezolana.
Mientras pasan los días los estudiantes venezolanos navegan en el mar de la oscuridad nacional. Con esa barrera impuesta por la ONAPRE en un juego diabólico jamás visto por estas latitudes no le ha quedado más remedio a los docentes que quedarse tranquilos dictando clases en cada calle de nuestros pueblos y a la espera que ese gobierno afloje las cabuyas para que nuestros maestros comiencen a cobrar salarios dignos que le permitan vivir en condiciones dignas.
Todavía hay maestros que asisten a las escuelas comprometidos con la Venezuela del desarrollo y no por otra cosa que no sea la formación de los ciudadanos de un país empeñado en mantenerse en la cresta de la ola educativa nacional. Por esa razón el compromiso empezó a morirse de a poquito porque los maestros se dejaron de tonterías y se fueron a las calles a manifestar para llamar la atención del venezolano que votó por la revolución en busca de un modelo de cambios que considerara al pueblo como el factor fundamental para que una nación crezca.
Creer que con esas políticas de hambre se sostiene una nación es parte del error de un gobierno que esperó el peor momento de la historia nacional para entregar a los docentes un sueldo miserable que no le alcanza para sostener sus condiciones de vida.
Intentar amedrentar a los maestros con amenazas fuera de lugar y la presión de sustituirlos por bachilleres de Camba Juvenil es dar una patada a la mesa de la formación nacional. Esa jugada torpe lejos de intimidar a los educadores le ha dado fuerzas a los cultores educativos para seguir avanzando en medio de la oscuridad en la búsqueda de espacios de libertad e independencia para mantener encendida la tea de la educación nacional.
La calle con clases presenciales es la respuesta del magisterio a un gobierno sordo, ciego y mudo y con sus pantalones sucios por la arena de las calzadas y de los pisos de la tierra venezolana es un orgullo del maestro que lanzando gritos al aire avanzan en la búsqueda de su consolidación económica. Por supuesto que los educadores terminan perdiendo el norte porque sus credenciales académicas se secan en medio de un régimen que los condena la pérdida de valores y principios por el acto de enseñar.
Agobiados por tanto maltratos de parte de las autoridades que no terminan de entender la importancia de la educación para el desarrollo de una nación, caminan los maestros por las calles de todo el país, mientras los salones vacíos dejan las huellas de una Venezuela que deja morir a sus maestros en medio de una selva de inconformidades que cuelgan en los espacios vacíos de las escuelas venezolana.
Qué lástima continuar viendo esta serie continuada que mantiene a nuestros estudiantes sin recibir el dulce néctar del conocimiento y con escuelas cerradas sin olor a tinta y a tiza que son las huellas clásicas de los centros de enseñanza durante toda la vida.
Un gobierno que piense en el desarrollo y la grandeza de su pueblo no permite nunca que sus aulas estén vacías y a esta gente le ha importado un pepino que el futuro se le esfume de las manos en medio de una lucha sin cuartel establecida como estrategia para impulsar el crecimiento de los pueblos.
Esa posición valiente de los educadores de luchar contra un monstruo poderoso y aniquilador como la ONAPRE es parte del coraje que saca del alma el docente para zafarse de ese nudo que le inventó este gobierno hambreador para someterlos a la ignorancia total.
No habían vivido los maestros venezolanos tan tortura por parte de un gobierno y no le queda otra a los mismos militantes de la revolución que torcer el rumbo porque fueron sometidos a la peor tragedia salarial de nuestra historia. Eso le cambia el chip a miles de almas que se rasgaron las vestiduras soñando con un cambio en la forma de gobernar y que hoy están decepcionados por el maltrato salarial a que los han sometido a lo largo de estos 20 años de revolución.
Por eso la angustia se hace eco de la protesta magisterial y la pasión bulle del alma educativa para gritar a los cuatro vientos que los maestros no entregaran más nunca su dignidad por los cuatro bolívares que perciben y que no les permite vivir con dignidad.
Esa es la realidad de la educación nacional que no permite a las autoridades gubernamentales someter al maestro venezolano a su capricho ideológico y que en este pasaje está perdiendo la pelea por su mala política de empobrecer al gran tesoro del desarrollo nacional que son sus maestros, pues es evidente que non hay país en crecimiento sin unos grandes maestros para elevar la calidad de sus ciudadanos.
ManuelAvila