Mientras millones de estadounidenses se preparan para votar en las elecciones de medio término que determinarán qué partido controlará ambas cámaras del Congreso durante los próximos dos años, las autoridades federales, estatales y locales se han movilizado para garantizar que el ejercicio democrático sea seguro para todos los participantes.
Los esfuerzos se producen cuando algunos trabajadores electorales denuncian intentos de intimidarlos, incluidas amenazas de muerte, y mientras Estados Unidos continúa lidiando con las secuelas de la insurrección del 6 de enero de 2021 contra la certificación del Congreso de las elecciones presidenciales de 2020.
La seguridad electoral también está en la mente de los votantes.
“Me preocupa que las personas intenten dañar a los votantes o que trabajen en las elecciones”, dijo a la Voz de América Lisa Watkins del condado de Fairfax, Virginia. Watkins, quien recientemente se registró para votar y dijo que la democracia estadounidense se ve amenazada si estalla la violencia el día de las elecciones o después.
“Espero que no veamos ningún problema en los lugares de votación”, agregó.
Las elecciones intermedias del 8 de noviembre constituyen las primeras elecciones a nivel nacional desde la contienda presidencial de 2020 en la que el entonces presidente Donald Trump disputó la victoria de Joe Biden, tanto en la sala del tribunal como por otros medios.
Uno de los períodos más tumultuosos en la historia política moderna de los Estados Unidos culminó con disturbios mortales en el Capitolio. Hasta el día de hoy, algunos estadounidenses creen que Biden es un presidente ilegítimo, una falsedad enconada que podría generar problemas en las contiendas de mitad de período.
Notiespartano/VOA