Añadir una ración de pan con cada comida es una buena forma de cubrir las recomendaciones diarias en la dieta de hidratos de carbono. No creas los falsos mitos. Redescubre este alimento y disfrútalo.
El consumo de pan integral (así como de otros productos integrales) nos aporta numerosos beneficios para la salud a grandes y pequeños, incluso de personas con determinadas patologías:
El estreñimiento es uno de los pequeños inconvenientes que nos depara la vida moderna (sedentarismo, cambios de hábitos, comidas frugales, alimentos ricos en grasas y azúcares…). La fibra que aporta este alimento, sobre todo en el caso del pan de centeno, permite al organismo aumentar el volumen fecal, estimular el movimiento intestinal (peristaltismo) y facilitar la evacuación.
A los pacientes de diabetes les beneficia especialmente la ingesta de productos integrales, porque estos alimentos presentan un índice glucémico inferior al de los refinados, y después de ingerirlos no aparecen picos elevados de glucosa en la sangre y disminuye la demanda de insulina. Además, estos productos previenen la aparición de la diabetes tipo 2, debido a que el consumo regular de fibra promueve la secreción de insulina, hormona encargada de regular la cantidad de azúcar en la sangre, tal y como apuntan diversos metaanálisis.
Ejercen un importante papel en la prevención del cáncer, en especial frente al cáncer de colon, tal y como apuntaba este estudio danés, porque favorecen que las sustancias carcinógenas sean expulsadas junto con las heces. Además, los fitoquímicos y minerales esenciales como el magnesio, el selenio y el cobre que se encuentran en los cereales integrales pueden proteger contra algunos cánceres.
Contribuyen a prevenir enfermedades coronarias por su capacidad para disminuir el colesterol “malo”. Todos los estudios a este respecto demuestran que consumir cantidades relativamente altas de cereales integrales daba como resultado unas tasas significativamente más bajas de enfermedades cardiovasculares. Así lo corroboraba hace unos años un trabajo de la Universidad de Barcelona, en el que el profesor Rafael Llorach concluía que «el consumo diario de pan, sobre todo si es integral, se asocia a un perfil lipídico más saludable y con menores concentraciones de insulina en la sangre».