“Ver cine erótico es una herramienta más que podemos usar como estímulo para impulsar, cuidar y fomentar nuestro deseo sexual, solos o solas o en pareja. Sin embargo, como siempre, en la pareja, es importante respetar al otro u otra. Su necesidad de deseo, su objetivo con el deseo. Es decir, que yo al ver una película erótica me excite y aumente mi deseo no significa ni que a la otra persona le pase lo mismo, ni quiera hacer lo que aparece en la película o escena, o simplemente ni siquiera se excite y active su deseo”, cuenta a CuídatePlus Ana Blázquez Ares, de Proyecto Metamorfosis: Sexología y Terapia de Pareja.
“Puede pasar que mi pareja, al ver la película erótica, no quiera o no pueda seguir alimentando ese deseo y la excitación que le produce, por ejemplo: porque se sienta mal anímicamente, porque la situación no es la apropiada al estar en un cine o con más gente, o simplemente valora que tiene que hacer algo que considera más importante, como una reunión de trabajo”, explica la sexóloga.
Los medios visuales son unas herramientas fantásticas, siempre que tengamos en cuenta todos estos aspectos: biológicos, emocionales y sociales que nos rodean, para que su uso consiga el efecto deseado.
Según Blázquez, “el cine erótico nos puede ayudar a avivar ese deseo y excitación, fomentarlo, incorporar nuevas ideas, cultivarlo y cuidarlo. Con estas y otras herramientas, como pueden ser los relatos eróticos, los juegos eróticos, etcétera, podremos mantener nuestro deseo sexual en forma”.
Con las películas consideradas pornográficas pasa igual que con las eróticas, dice la sexóloga. “Lo importante es diferenciar la realidad de la ficción y tener siempre muy presente lo que la otra persona quiere y necesita. Saber que es un producto y, por lo tanto, no es la realidad, es clave. Determinadas prácticas y situaciones están marcadas por lo que el director o directora de la película quiere. Es decir, el porno es fantasía y muchas de esas escenas no sucederán igual en la vida real, o, si suceden, puede que no sean tan satisfactorias como creíamos. Por ejemplo: el no usar preservativo, como pasa en muchas escenas del porno, es una práctica de riesgo, siempre que se realice con una persona que no sabemos cómo está en dicho aspecto”.
Cómo influye el visionado erótico en el deseo
¿El visionado de cine erótico en solitario es otra fórmula para aumentar el deseo? “Por supuesto. Pero como todo, la clave está en el uso y no en el abuso. Es importante, de nuevo, tener claro que no es real, que es un producto creado. Y por otro lado, no quedarnos solo con esa herramienta, sino ampliar nuestra erótica usando otras estrategias como la lectura, los relatos, la imaginación, la erotización de nuestros sentidos… Cuantos más recursos tengamos, más rica será nuestra clave erótica para nosotros y para compartir”.
Es importante tener una conciencia crítica. Esto es, según la experta en Sexología, “saber que muchas de estas películas colocan a la mujer en un papel poco realista e incluso como objeto sexual. Debemos de ser conscientes que lo que estamos viendo pueden ser situaciones que llevadas a la práctica o no son satisfactorias o incluso son ilegales”.
Blázquez insiste en que es necesario distinguir y tener claro que lo que vemos no tiene que ser la realidad. “Por eso, al usar sobre todo la pornografía como único medio de información sexual, nos creemos que determinadas acciones, o prácticas sexuales son las que debemos realizar para que nuestra vida sexual sea satisfactoria. Esto es un gran error. De ahí la importancia de una buena educación sexual desde pequeño para entender que la sexualidad no es solo lo que vemos en internet”.
Muchas de estas películas no recogen el deseo y las fantasías desde el punto de vista de una mujer, por lo que al no tener otra referencia, muchas mujeres se pueden sentir “raras” o que “les pasa algo malo” por no sentir que dichas escenas les generan excitación. O bien, puede que simplemente se resignen a pensar y hacer lo que marcan estos cánones cinematográficos, saltándose su deseo y la manera de ponerlo en práctica.
¿Hay cine erótico orientado a la mujer y orientado al hombre?
“La mayoría del cine erótico y pornográfico (que no es lo mismo), está orientado al hombre y para el hombre, pero poco a poco muchas directoras están encontrando su espacio en este terreno, dando una visión diferente y ofreciéndonos otras alternativas”, afirma Blázquez. Erika Lust, Candida Royalle, Anna Span, Annie Sprinkle o Petra Joy, son algunas de esas directoras. A muchas de ellas se las incluye en el llamado “porno feminista”.
Como dice Gabriela MDA en su artículo “5 mujeres que están revolucionando la industria del porno”: este tipo de porno defiende que “no es una categoría más del cine tradicional dedicado al público femenino. En realidad, es una forma de erotismo en el cual los personajes, ya sean mujeres u hombres, son tratados como sujetos en vez de objetos sexuales.” A su vez, tienen en cuenta que “el porno feminista no asume la existencia de una única audiencia femenina, sino que reconoce la diversidad de espectadores con múltiples gustos y preferencias”.
Como ‘para gustos están los colores’, estas directoras, como el resto de sus compañeros, tienen su estilo propio a la hora de crear. Nos podemos encontrar con directoras que cuidan mucho la estética, otras que incluyen carga dramática, e incluso películas que retratan situaciones sensuales y en ocasiones cómicas.
Podemos descubrir en sus obras estilos que pertenecen al género más comercial, así como otras directoras que se centran más en los cinco sentidos, dando mucha importancia a la interpretación, la música y el realismo en las escenas. Pero siempre con una mirada global a los sujetos, y no tratándoles como objetos.
“Tenemos porno hippie, porno lésbico, fetichista, bondage, erótica para parejas, feminista, artístico, etcétera. Vamos, todo un mundo a nuestra disposición, que poco a poco se va abriendo camino en una industria muy marcada por la visión masculina y consumista. Una industria que siempre nos vende las mismas prácticas sexuales con alguna variante: sexo oral de ella a él o ellos, sexo anal y vaginal, y variaciones de esto mismo. En resumen, todo muy coito-centrista y genital, dirigida principalmente al hombre”, destaca Blázquez.
Claves para reavivar el deseo sexual
“Cuando llega a la consulta una pareja para que la asesoremos, lo primero que tenemos que hacer es un buen análisis de lo que está pasando. La falta de deseo, como hemos hablado antes, puede estar motivada por muchos factores y, por ello, no hay fórmulas mágicas y universales. Cada caso es único, al igual que las personas que componen dicha relación”, explica la experta Proyecto Metamorfosis: Sexología y Terapia de Pareja.
Pero sí podemos dejar algunas claves para reavivar nuestro deseo sexual de manera individual o en pareja:
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Lo primero es lo primero: conocernos. Es importante saber qué me gusta, cuándo, dónde, cómo… Si no me conozco, ni sé cómo funciona mi cuerpo, puede que no esté disfrutando de mi sexualidad y, por lo tanto, se me quiten las ganas de compartirla con mi pareja. Por eso es importante tomar las riendas en este aspecto y responsabilizarme de mi sexualidad.
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A partir de ahí, es fundamental la comunicación. Por mucho que yo me conozca, sepa qué y cómo me gusta, si no soy capaz de transmitirlo y comunicarlo a mi pareja, no sirve de nada. No es una cuestión de interrumpir el momento y romper el ambiente soltando un monólogo, pero sí podemos aprender a hacerlo de una manera respetuosa e incluso insinuante. Ni siquiera se tiene que hacer a viva voz, podemos dirigirle con cariño, enseñarle o practicar en su cuerpo.
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Salir de la rutina: el sexo no es solo coito ni genitales. Basta ya del sota, caballo y rey. Así lo cuenta Blázquez: “No me cansaré de repetirlo: el sexo es todo aquello que nos da placer con unas gotitas de erótica. Así que romper con la monotonía (sorprende y déjate sorprender) es clave. Como cuando os conocisteis, porque si te das cuenta, ninguno de los dos sois los mismos ahora. Atrévete a salir de tu zona de confort, dejando a un lado los genitales y descubriendo el resto del cuerpo. Estimula los cinco sentidos: gusto, olfato, vista, tacto y oído. ¿Qué tal eso de preparar un desayuno diferente, combinando dulce y salado? ¿Y si mientras lo haces, dejas entrever tu ropa interior insinuante? ¿Qué tal probar una espuma crocante para dar un masaje? Es como sentir Peta Zetas sobre tu cuerpo y el olor es único y el sonido estimulante…”.
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Por último y no menos importante: pensar en sexo. Volver a mandarle a nuestro cerebro esos estímulos necesarios para que este quiera más. Así que como el artículo va de cine: ¿Qué te parece si acuerdas con tu pareja reservar un día para una cena diferente, con un ambiente agradable e incluso erótico? Poneros cómodos, pero no descuidados, que por la vista entra todo. Y disfrutar de esa película, que está subidita de tono. Todo es empezar, probar, descubrir y experimentar. ¿Te animas?