Venezuela se proyecta como la segunda economía «más miserable» del planeta en 2023, según el más reciente reporte del Índice de la Miseria, un indicador internacional desarrollado por el economista Arthur Okun con base en indicadores de inflación, pobreza y empleo, con el fin de determinar cómo las poblaciones son concretamente afectadas por los desequilibrios económicos.
Este índice es utilizado como referencia en importantes instituciones internacionales y empresas, aunque ha sido objeto de revisiones y críticas a lo largo del tiempo. Los economistas Robert Barro y Steve Hanke desarrollaron ajustes de este indicador, al incorporarle más datos y hacer variaciones en las ponderaciones.
En todo caso, cuando parecía que los países empezaban a recuperarse tras el impacto de la pandemia de Covid -19, estalló la guerra en Ucrania y, con ella, apareció la crisis energética, la inflación, las subidas de tasas de interés y el miedo a caer en una recesión. Este es un escenario que muy pocos previeron y que ha trastocado todos los planes para este 2022.
De cara al próximo año, la situación mejorará para algunas naciones, aunque no para otras. En concreto, estas son las cinco economías que saldrán peor paradas en 2023, según el Índice de la Miseria, que suma la tasa de inflación y de desempleo, citado por el portal español El Economista.
La lista de los más pobres
El primer puesto en el Índice de Miseria lo ocupará Zimbabue con una puntuación de 206.
El rápido crecimiento de su masa monetaria -el dinero emitido- y el hundimiento de su moneda local impulsará su inflación hasta 187%, mientras que la tasa de desempleo se situará en el 19,3% en el primer trimestre del año.
También contribuirán a su deterioro económico unas tasas de interés por las nubes y el hecho de no contar ni con un entorno empresarial fuerte ni con estabilidad política, así como no tener una buena relación con las potencias occidentales.
Venezuela será la segunda economía más miserable en 2023 con 164 puntos.
Lo cierto es que la presencia del país en la lista no es ninguna novedad, ya que la nación lleva tiempo conviviendo con una inflación alta y persistente. En 2018 incluso marcó un récord al alcanzar el 1.698.488%, según cálculos de la Asamblea Nacional venezolana.
Para el próximo año, Focus Economics espera que esa tasa ronde el 130%, alimentada por una mayor devaluación del bolívar, la persistente insuficiencia de oferta interna (derivada de la limitada capacidad productiva de Venezuela) y el encarecimiento del costo de vida.
Por su parte, el desempleo alcanzará el 34%, uno de los más altos del mundo. En el supuesto de que EEUU suavice las sanciones impuestas al Gobierno de Nicolás Maduro, estas cifras podrían reducirse.
La tercera economía más miserable del próximo año será el Líbano
El país lleva desde 2019 sumido en una crisis financiera, monetaria y política, donde los bienes escasean y los servicios básicos han colapsado. Todo esto, combinado con un debilitamiento del tipo de cambio del mercado paralelo -a cuántas libras libanesas equivale un dólar en la calle-, un encarecimiento de los servicios públicos y un recorte de las subvenciones, disparará su inflación hasta el 87%, mientras que la tasa de desempleo podría superar el 14%.
Al igual que pasa con Venezuela, tampoco sorprende encontrar a Argentina en el top 5 de este ranking.
El pasado mes de noviembre, las previsiones apuntaban a que la inflación en el país latinoamericano se acercará al 100% interanual en 2022, algo que no sucedía desde hace casi 30 años.
La falta de confianza de los inversionistas en el peso seguirá brillando por su ausencia, lo que hará que la moneda se deprecie cerca de un 45% en 2023 y dejará el Índice de Precios al Consumo (IPC) en el 91%. A esto se sumará, además, la desaceleración económica, que llevará la tasa de desempleo a 9%.
Para revertir esta situación, será necesario que la nación ponga en marcha profundas reformas macroeconómicas que «eliminen el sistema de tipos de cambio múltiples, reduzcan la interferencia del Gobierno en la economía, estimulen las exportaciones y la inversión y pongan fin a la financiación monetaria del déficit fiscal», señala Forum Economics.
El quinto puesto lo ocupará Siria con 74 puntos
Tras más de una década de guerra civil, el panorama en este país es desolador: tiene un suministro de bienes básicos muy limitado, su moneda está sumamente debilitada, no cuenta con apenas infraestructuras, el entorno empresarial es extremadamente deficiente y su gasto público es muy reducido.
Y, por si todo esto no fuera suficiente, también tiene que hacer frente a las consecuencias económicas del conflicto. Pese a todo esto, la inflación se reducirá a la mitad en 2023 -hasta el 63%-, principalmente gracias al alivio de las presiones internacionales sobre los precios.
Sin embargo, la inestabilidad será especialmente aguda, dado que las medidas que puede adoptar el presidente sirio, Bashar Háfez al-Ássad, serán limitadas y la nación seguirá sin tener acceso a la financiación exterior, según Economist Intelligence Unit. Como resultado, la tasa de desempleo alcanzaría el 11%.
Notiespartano/800Noticias