Los ucranianos han acogido con satisfacción los recientes cambios en el mando del ejército con la esperanza de que puedan ayudar a estabilizar la situación en el campo de batalla, donde las fuerzas rusas siguen avanzando a pesar de sufrir grandes bajas.
El nombramiento de Mijailo Drapati como jefe del Comando de las Fuerzas Terrestres de Ucrania y de Oleg Apostol como comandante en jefe adjunto del Ejército ucraniano no ha provocado ni una sola reacción negativa, dijo a EFE Oleksi Melnik, analista militar del centro de estudios Razumkov de Kiev.
El general Drapati es un comandante muy conocido y respetado, señaló Melnik.
Ya demostró su valentía en 2014 cuando comandó un batallón que ayudó a liberar Mariupol al comienzo de la guerra en el Donbás, cuando parte del ejército ucraniano quedaba paralizado tras el inesperado inicio de la agresión armada rusa en Crimea.
El oficial también demostró ser un comandante capaz al más alto nivel, ayudando a detener la ofensiva rusa en la región de Járkov la primavera pasada.
“Aunque muchos señalan que Drapati y oficiales como él deberían haber sido promovidos mucho antes, hace un año o dos, esto es una señal de que en el ejército ucraniano funciona la “selección natural” y que la eficiencia finalmente prevalece sobre la lealtad”, subrayó Melnik.
Una tarea desafiante para la nueva línea de mando
El nuevo papel de Drapati es más de carácter organizativo y se ocupará de cuestiones clave como la movilización y el entrenamiento de nuevos soldados, señala Melnik. Si tiene éxito, las fuerzas ucranianas estarán mejor preparadas para afrontar los crecientes desafíos en el frente, afirma el experto.
Las críticas al mando militar se han hecho cada vez más públicas en el contexto de los lentos pero consistentes avances de Rusia.
Gran parte de ella se centró en la generación “vieja” o de comandantes de estilo soviético que supuestamente muestran poco respeto por las vidas de los soldados y no logran seguir el ritmo del carácter rápidamente cambiante de la guerra moderna ni deshacerse de la burocracia asfixiante.
Muchos problemas dentro del ejército siguen siendo de naturaleza sistémica, pero hay esperanza que una nueva generación de generales, que han crecido en los rangos durante la guerra y mantienen una mejor comunicación vertical con otros oficiales, pueda ayudar a cambiar la situación.
“Es una lástima que este tipo de decisiones sobre el personal tarden tanto tiempo y se tomen después de fracasos colosales… Sólo les deseo perseverancia en la promoción de los cambios que son tan necesarios ahora en el ejército y espero que no tengan las manos “atadas”, reaccionó Bogdan Krotevich, jefe del Estado Mayor de la brigada “Azov” y crítico del actual mando militar.
“Este es quizás el momento más difícil de la guerra. No importa cuánto tiempo hayamos perdido, debemos cambiar”, subrayó en sus redes sociales Oleksandr Solonko, analista político y operador de drones en el ejército ucraniano.
Una situación difícil
Rusia ha seguido avanzando en el este en los últimos días, especialmente cerca de Velika Novosilka y Kurajove, en la región de Donetsk.
Sin embargo, sus avances han tenido un costo cada vez mayor. Según Kiev, Rusia perdió más de 45.000 soldados entre muertos y heridos solo en noviembre, lo que supone un récord de pérdidas por tercer mes consecutivo.
Aunque no se pueden verificar cifras exactas, las grandes pérdidas de Rusia están corroboradas por analistas militares y servicios de inteligencia de los socios de Ucrania en el exterior.
Las pérdidas significan que Rusia no podrá mantener la misma presión por mucho más tiempo, pero su comando intercambia deliberadamente las vidas de sus soldados por más ganancias territoriales a corto plazo, para fortalecer su posición negociadora, explica Melnik.
A pesar de haber perdido también mucho equipamiento militar, Rusia todavía puede lanzar cientos de potentes bombas aéreas guiadas y disparar mucho más proyectiles de artillería que Ucrania, gracias a los envíos de Corea del Norte.
A las fuerzas ucranianas les resulta difícil proteger más de 1.000 kilómetros de la línea del frente activa, pero existe la esperanza de que un uso más hábil de recursos limitados pueda ayudar a su ejército a estabilizar la línea del frente.
Notiespartano/EFE