Los trastornos de conducta en edad infantil y adolescencia aumentan durante el verano porque se sale de la rutina y entorno habitual y porque esta etapa suele asociarse a la ausencia de normas y límites, algo que puede acarrear una fuente de conflictos domésticos, según ha comentado la psicóloga del Hospital HM Nens de Barcelona, Rosa Domínguez.
Y es que, algunos niños se sienten perdidos, aburridos y a menudo irritables en estas situaciones. «Pierden sus rutinas y muchos de sus amigos no están cerca para poder verlos. Durante este periodo podemos observar un incremento de los trastornos de conducta, debido a que, en muchos casos, las vacaciones de verano van asociadas a la ausencia de normas y límites. Pero estos son muy necesarios siempre y cuando se marquen de forma razonable y argumentada. Aunque nuestros hijos no lo sepan o no lo quieran ver, con estas normas les estamos cuidando», ha dicho la especialista.
Por ello, los profesionales de la salud mental recomiendan que los padres planifiquen las vacaciones con sus hijos, no de forma «estricta» como si se tratara de un campamento militar, pero sí darles unos criterios sobre aquello que se tiene previsto hacer. Así, ha recomendado preguntar qué se espera de las vacaciones, tanto los menores como sus padres.
También es necesario tener claro qué actividades se van a poder llevar a cabo y cuáles no. Asimismo, a juicio de la doctora, es fundamental definir aquellas responsabilidades y deberes que deben existir a pesar de estar vacaciones, como las horas de sueño y la colaboración en los quehaceres domésticos diarios.
Otro de los factores a tener en cuenta tiene que ver con la supervisión del tiempo de visionado de pantallas, especialmente entre los pequeños, ya que el juego simbólico es vital para un correcto desarrollo emocional, y a menudo se deja de lado debido al uso de las tecnologías.
Repartir el tiempo entre los amigos y la familia y hacerles sentir de utilidad asignándoles diferentes tareas son otros de los puntos que contribuyen a evitar el estrés y a gestionar mejor el tiempo libre. «Todo ello, sin angustiarnos ante la posibilidad de que los jóvenes se aburran. Aburrirse es también necesario para que surja la creatividad y pongan en marcha otros recursos por ellos mismos», ha añadido la psicóloga clínica del Hospital HM Nens.
TÁCTICAS DE NEGOCIACIÓN CON LOS ADOLESCENTES
Respecto a los adolescentes, la experta ha destacado la importancia de mantener y facilitar la comunicación y no dejar que se encierren en su habitación durante todo el día por el simple hecho de que no tienen que ir a clase.
Los expertos son partidarios de preguntarles y proponerles actividades, así como de negociar sus salidas y, sobre todo, sus horarios. No obstante, en esta negociación, deben plantearse siempre cuáles serán las consecuencias en caso de un incumplimiento de los acuerdos pactados.
Otra de las maneras que recomiendan para mejorar la conexión con los adolescentes es la de facilitar el encuentro con sus iguales en casa, permitiendo que puedan invitar a sus amigos y dejándoles su espacio. De este modo, se les demuestra que se confía en ellos y que se entienden sus necesidades de socialización.
En aquellos casos más complejos, cuando la pérdida de referentes conduzca a los menores a estados depresivos, la recomendación de los profesionales pasa por actuar rápidamente y acudir a la consulta sin esperar al inicio de las clases.
«La actividad académica requiere mucha energía mental y emocional.
Si un menor inicia la escuela sin haber disfrutado de unas vacaciones, sin estar relajado y lleno de energía, puede complicarse el curso a pesar de haberse reencontrado con sus compañeros», ha zanjado Domínguez.
Notiespartano/800Noticias