Rusia anunció el martes la rendición de 265 soldados ucranianos atrincherados en la planta siderúrgica de Azovstal, último reducto de resistencia en la ciudad portuaria de Mariúpol, de donde el gobierno de Ucrania trataba de sacar a sus últimos combatientes.
El mes pasado Moscú afirmó tener bajo su control esta estratégica ciudad portuaria tras un asedio de varias semanas. Sin embargo cientos de soldados ucranianos seguían atrincherados en túneles subterráneos bajo la enorme zona industrial de Azovstal, cercada por las tropas rusas.
Según el Ministerio de Defensa ruso, 265 soldados ucranianos se han rendido, entre ellos 51 heridos que fueron trasladados a un hospital de la región de Donetsk, en el este de Ucrania, controlada por los rebeldes pro-Kremlin.
Por su parte el Departamento de Inteligencia Militar del Ministerio de Defensa ucraniano dijo en Telegram que el intercambio de esos soldados «se llevará a cabo para repatriar a estos héroes ucranianos lo antes posible», confirmando indirectamente que esos hombres, que «cumplieron» su misión, estaban efectivamente en manos rusas.
La viceprimera ministra ucraniana, Iryna Verechtchuk, también se refirió a un intercambio, pero solo en relación con «52 soldados gravemente heridos». «Cuando su estado se haya estabilizado, los intercambiaremos por prisioneros de guerra rusos», dijo en Telegram.
«Gracias a los defensores de Mariúpol, Ucrania obtuvo un tiempo vital para acumular reservas, reagrupar y movilizar fuerzas y recibir ayuda de los aliados», según el ministerio.
Según el ejército ucraniano, la resistencia en la acería permitió retrasar el traslado de 20.000 soldados rusos a otras partes de Ucrania impidiendo así que Moscú capture rápidamente la ciudad de Zaporiyia, en el sur.
La invasión rusa de Ucrania que empezó el 24 de febrero ha dejado miles de muertos y obligó a huir a millones de personas.
«Intentar seguir vivo»
Ucrania está resistiendo más de lo que se esperaba inicialmente ante el ejército ruso, con la ayuda de armas y dinero de sus aliados occidentales. Tras rodear la capital, Kiev, en las primeras semanas de la guerra, Moscú centra ahora su ofensiva en la región de Donbás, en el este, fronteriza con Rusia.
El gobierno de Kiev asegura que las tropas rusas se están retirando de los alrededores de Járkov, la segunda ciudad más grande del país, para desplegarse en el Donbás.
Los combates alrededor de Járkov destruyeron pueblos enteros.
En Ruska Lozova, al norte de la ciudad, Rostislav Stepanenko, de 53 años, contó a la AFP que su oficio era «intentar seguir vivo» y contó cómo sobrevivió a un devastador bombardeo, atrapado en la línea de fuego entre las fuerzas rusas y ucranianas. «Con suerte, llegaré a los 54 años, pero hoy no lo esperaría», dijo con una sonrisa nerviosa.
«Bombardeos sin parar»
«Las fuerzas armadas de Ucrania están repeliendo los constantes ataques en aquellas zonas en las que Rusia sigue intentando avanzar», dijo el lunes el presidente ucraniano Volodimir Zelenski en un discurso.
La toma de Severodonetsk, la ciudad más al este en poder de las fuerzas ucranianas, permitiría a Rusia el control de facto de Lugansk, una de las dos regiones, junto con Donetsk, que forman el Donbás.
El gobernador regional de Lugansk, Serguei Gaiday, dijo que las tropas rusas estaban «bombardeando Severodonetsk sin parar» y el martes aseguró que dos edificios del hospital general de la ciudad habían sido alcanzados durante la noche.
«Tenemos diez muertos y tres heridos en la región», escribió en Telegram.
Por el momento el intento de Rusia de rodear Severodonetsk fue repelido por las fuerzas ucranianas, que volaron puentes ferroviarios para frenar su avance.
Gaiday dijo el martes que los rusos se habían visto obligados a retirarse a las localidades de Girske y Sirotyne, cerca de Severodonetsk.
Los bombardeos rusos continuaron en todo el país durante la noche y el martes se escucharon sirenas aéreas en toda Ucrania.
«Hoy es una mala mañana en la región de Chernígov, escribió el martes en Telegram un funcionario de la administración militar regional de la zona norte.
En el oeste, la administración militar regional de Leópolis dijo que una instalación de infraestructura militar «casi en la frontera con Polonia» había sido alcanzada.
Y el mando del ejército en el sur dijo que Odesa y Mykolaiv también habían sido atacadas y que hubo víctimas en ambas ciudades.
La OTAN no es «ninguna amenaza directa
Frente a la agresión rusa, Suecia y Finlandia, que comparten una larga frontera con Rusia, están a punto de renunciar a décadas de no alineamiento militar y unirse a la alianza de la OTAN.
Sin embargo el presidente ruso, Vladimir Putin, declaró el lunes que la medida no representa «una amenaza directa para nosotros (…) pero la expansión de infraestructura militar a estos territorios va a generar ciertamente una respuesta nuestra» .
Por su parte, los ministros de Relaciones Exteriores de la Unión Europea se reunieron el lunes para intentar decretar un embargo al petróleo ruso que se uniría a las demás sanciones en curso.
Sin embargo la propuesta sobre el petróleo fue bloqueada hasta ahora por Hungría debido a su coste.
Notiespartano/EU