La moda y los diseñadores de cada época nos permiten no sólo vestirnos de manera apropiada al contexto social, sino que además influye en el estado de salud física y emocional marcando no sólo nuestras tendencias, sino que además nos ayuda a modelar la personalidad, apoyar la autoestima, la seguridad en uno mismo, y la pertenencia a un grupo social deseado, entre otros beneficios.
Pero ser fashionfriendly y vernos bien en la ropa y encajar en los estándares del momento no sólo tiene efectos positivos… Determinadas tendencias pueden acarrear también efectos negativos o no deseables que podrían hacer mella a la larga en nuestro estado general de salud, no siendo tan health-friendly.
En los últimos años las ropas ajustadas, apretadas y cada vez más ceñidas, especialmente en la región del vientre, las caderas o en los tobillos, se asocian a cada vez más problemas de salud que pueden derivar en patologías graves.
Además, el tipo de fibras sintéticas, los tintes nocivos que se utilizan, o determinados detergentes generan mayor impacto en la piel (que tiene miles de vasos sanguíneos y capilares por los que se absorben substancias, incluyendo los indeseados disruptores endocrinos) si la ropa aprieta. Aquí te cuento algunos de los efectos perjudiciales más comunes:
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Dermatológicos:
Por fricción constante o por compresión se generan debilidades en la piel, con irritaciones y rojeces (eritemas), sequedad, eczemas, bloqueo del sudor y/o del folículo piloso pudiendo generar foliculitis, una inflamación que además podría generar desde una infección hasta abscesos en la piel, dermatitis e incluso una celulitis (infección de la dermis).
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Sistema endocrino:
La constricción de determinadas prendas como corsets o sujetadores en el pecho, cuellos o corbatas prietas en garganta, o zonas de ganglios, puede afectar a tejidos glandulares como las mamas o el tiroides, efectos ya vistos en recientes publicaciones científicas incluso en relación con determinados cánceres. Además del efecto ya mencionado causado por determinados químicos presentes en los tejidos y sus tintes que ejercen como disruptores endocrinos (moléculas químicas parecidas a nuestras propias hormonas que sobre estimulan nuestras glándulas de la misma forma que si fuesen la hormona real) causando múltiples enfermedades crónicas.
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Circulación sanguínea:
La ropa ajustada puede presionar vasos sanguíneos y dificultar el retorno venoso, pudiendo incluso derivar en problemas serios de circulación como las temidas varices y retención de líquidos, problemas difíciles de tratar una vez instaurados.
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Sistema digestivo:
La tensión generada en el abdomen por un pantalón, botón o cinturón demasiado apretados puede dificultar el peristaltismo o movimiento natural de los intestinos generando estreñimiento, reflujo, o incluso acidez, pesadez de digestiones, problemas de retención de gases y distensión abdominal, que a la larga podrían impactar incluso en la preciada microbiota intestinal, que hoy en día sabemos genera un impacto enorme en el equilibrio u homeostasis del resto del cuerpo incluyendo a nivel endocrino (se están viendo relaciones directas entre la microbiota y enfermedades autoinmunes como el hipotiroidismo de Hashimoto, por ejemplo) o emocional (¡las bacterias del intestino se encargan de producir hasta el 90% de la serotonina del cuerpo!).
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Sistema urogenital:
Tanto pantalones ajustados como ropa interior demasiado prieta o incómoda (no uses tangas si te parecen incómodos entre las nalgas) favorecen sequedad vaginal, irritación, cambios en pH, flujo sanguíneo y vaginal, microbiota de la mucosa de la zona, compresión y calor testicular (los testículos siempre deben estar más fríos que el resto del cuerpo), compresión de la vejiga e hipertonía vesical. Todo esto puede ocasionar desde infecciones locales como candidiasis o cistitis, pasando por problemas crónicos, incluso reproductores y de fertilidad.
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Sistema nervioso periférico:
Los vaqueros y otros pantalones de tejidos no elásticos producen compresión e irritación de determinados nervios en la zona glútea y muslo que pueden cursar con sensación de entumecimiento, hormigueo, falta o incluso exceso de sensibilidad. Estos problemas pueden ser serios y difíciles de tratar, como una molesta meralgia parestésica.
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Sistema nervioso central:
La ropa ajustada puede llegar a constreñir el tórax y el pecho, dificultando la respiración y desencadenando síntomas tanto respiratorios como psicológicos, con hiperventilación, palpitaciones, mareos, ansiedad, o incluso pánico, síntomas nada deseados en una sociedad que se caracteriza por un estado generalizado de alerta con gran prevalencia, per se, de patología neuropsiquiátrica y trastornos psicológicos. Además, la restricción de la movilidad generada en las articulaciones puede contribuir a una sensación de agobio y estrés subyacente que a veces es difícil de diferenciar de, y contribuye a, ansiedad generalizada.
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Sistema osteo-muscular:
La restricción de la movilidad ocasionada por ropa o calzado demasiado ajustados en las zonas articulares están asociados a deformidades óseas que incluso pueden requerir tratamiento quirúrgico como el hallux valgus (los juanetes), o problemas que podrían cronificarse como fascitis plantar.
Siempre es conveniente consultar con un médico ante cualquiera de los síntomas o problemas mencionados, ya que requieren un diagnóstico diferencial con otras posibles causas de las mismas. Algo que desde la Medicina Integrativa somos especialistas en hacer: abordar las posibles diferentes etimologías de un problema para hallar la causa o raíz del problema y solucionarlo desde la base.
Notiespartano/800Noticias