La astrología es el arte de interpretar la configuración y ubicación relativa de los astros y sus constelaciones, con fines adivinatorios, psicológicos o simplemente como una forma de hallar patrones útiles dentro de la realidad. El término proviene del griego astrón, “estrella”, y lógos, “discurso”.
Se trata de una práctica milenaria compartida por muchas civilizaciones distintas, como la china, la hindú o la occidental. No debe confundirse con la astronomía, la disciplina científica que estudia los cuerpos celestes.
La astrología parte de la suposición de que existe una correlación entre la configuración de las estrellas del firmamento, y los eventos que tienen lugar en la Tierra.
¿Es la astrología una ciencia?
La astrología no es una ciencia. A lo sumo, puede ser considerada como una pseudociencia: una disciplina que establece sus propias reglas de juego y que arroja conclusiones inverificables, irreproducibles e infalsables, de modo que escapa a las condiciones mínimas que impone el método científico. De hecho, no utiliza el método científico en absoluto, sino que acude a diferentes tradiciones culturales para ensamblar un discurso propio coherente.
La astrología tiene varios orígenes, ya que el interés por hallar sentidos entre los astros del firmamento nocturno ha acompañado a la humanidad desde sus civilizaciones más antiguas, como la china, la india, la maya o la mesopotámica. Hay evidencia de intentos astrológicos que datan de hace 25.000 años.
Sin embargo, la tradición astrológica occidental comenzó en Babilonia y el Antiguo Egipto, alrededor de 2.000 años a. C., vinculado con la religión y con la toma de decisiones de los reyes. Por ejemplo, en una serie de rollos llamados los Textos de los Tiempos del Antiguo Testamento, se cuenta que Gudea, gobernante de la ciudad de Lagash, recibió de los dioses la explicación respecto a qué constelación convenía mejor para edificar su nuevo templo.
Sin embargo, la tradición astrológica más importante para Occidente fue la griega, fruto de la conquista de Egipto y del Asia menor por Alejandro Magno en el 322 a. C. Fue justamente en la ciudad de Alejandría, fundada en esa época, donde convergieron la tradición astrológica babilónica y la egipcia, dando origen a la tradición horoscópica.