Qué es la balanitis y cómo influye en las relaciones sexuales
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En términos simples, la balanitis es la inflamación del prepucio y el bálano o glande. Suele ser más común en los hombres sin circuncisión. Las causas pueden ser muy diversas, desde enfermedades de la piel, infección, higiene deficiente, hasta diabetes sin control o irritación por jabones fuertes, entre otras. Los síntomas incluyen dolor, enrojecimiento y una secreción fétida del prepucio. Al ser una enfermedad del pene, naturalmente influyen en las relaciones sexuales, ¿cómo? ¡Aquí te lo explicamos!
¿Qué es la balanitis?
Ya lo explicamos brevemente, pero entrando un poco más en detalle, la balanitis es la inflamación del glande. Cuando afecta también el prepucio, se denomina balanopostitis, aunque el término balanitis se utiliza comúnmente para ambos casos. Esta enfermedad puede ocurrir a cualquier edad, pero es más probable que afecte a niños menores de cuatro años o a hombres adultos no circuncidados. Puede hacer referencia también a la inflamación del clítoris. Sin embargo, esto es muy poco frecuente, se identifica más como un problema masculino y es una de las afecciones más habituales en el pene.
En términos generales, la balanitis puede ser:
- Fúngica (causada por cándida). La candidiasis en hombres es común porque el hongo que causa las infecciones por levaduras vaginales (cándida) está presente en la piel, especialmente en la piel húmeda. Cuando algún factor contribuyente, como tener relaciones sexuales con una pareja que tiene candidiasis vaginal, causa un crecimiento excesivo de cándida, puede producirse una infección y la inflamación del glande.
- Bacteriana (causada por gardnerella o trichomonas vaginalis). Igual que la causada por candidiasis, la balanitis bacteriana puede ser consecuencia del contacto sexual con una pareja infectada por gardnerella o trichomona.
- Traumática, irritativa o seca (causada por irritación alérgica por contacto).
Cabe aclarar que la balanitis NO ES UNA ENFERMEDAD DE TRANSMISIÓN SEXUAL, aunque los síntomas son similares a los de algunas ETS. La balanitis es consecuencia de una infección local ocasionada por bacterias y hongos, que sí pueden ser transmitidas por vía sexual, pero también por otras causas incluso más comunes, como una mala higiene, traumatismos irritativos, dermatitis de contacto o alergias y enfermedades sistémicas; como la artritis reactiva, la obesidad mórbida o la psoriasis.
Ya que hablamos de eso, ¿qué causa la balanitis?
Hay varias causas que con frecuencia se asocian a la aparición de la balanitis. No describiremos a detalle cada una, pero mencionaremos los posibles factores de riesgo:
- Malos hábitos de higiene o higiene deficiente (especialmente en el caso de niños pequeños o personas de edad muy avanzada).
- Diabetes. La presencia de glucosa en la orina (algunos medicamentos para el tratamiento de la diabetes -inhibidores de SGLT2- funcionan eliminando azúcar por la orina) pueden hacer que las bacterias que viven normalmente en el tracto urinario crezcan más de lo habitual y produzcan una infección del tracto urinario o balanitis. La balanitis por cándida es particularmente común en los hombres con diabetes.
- Tabaquismo.
- Desequilibrio hormonal.
- Enfermedades neurológicas como esclerosis múltiple.
- Envejecimiento.
- Piercings en el pene.
- Usar cierto tipo de jabones que crean irritación. Las alergias de contacto (dermatitis) pueden ser generadas por productos como geles, cremas, juguetes sexuales, preservativos, etc.
- Adherencias en el prepucio.
- Traumatismos (con la cremallera del pantalón, un golpe, masturbaciones agresivas u otra clase de lesiones).
- Infección por ETS (herpes, candidiasis, tricomoniasis, entre otras).
- Obesidad mórbida. Exceso de grasa corporal.
¿Qué es la balanitis y cómo influye en las relaciones sexuales?
En cuanto a los tipos de balanitis que se reconocen, según el portal TOP DOCTORS (España), las formas más comunes de balanitis se clasifican en:
- Balanitis circinada o síndrome de Reiter: se caracteriza por pústulas hiperqueratósicas muy similares a las que se presentan con la psoriasis.
- Balanitis alérgica: picor causado por alergias al látex, metales, medicamentos o cosméticos.
- Balanitis moniliásica: causada por candidiasis, típica de las personas con diabetes.
- Balanitis pseudoepiteliomatosa de Lortat, Jacob y Ciavatte: se caracteriza por masas queratósicas.
También puede ser de tipo agudo (cuando solo dura unos pocos días) o crónico (más de dos semanas).
¿Cómo saber si se tiene esta enfermedad? ¿Cómo se ve el pene?
Los síntomas más frecuentes de la balanitis son: llagas en el glande, enrojecimiento en la misma zona, picor (escozor o comezón), dolor, secreción por la uretra de olor desagradable, dolor o ardor intenso al orinar y desde luego, inflamación.
Uno de los síntomas más visibles y molestos, es la aparición de un líquido blanquecino, purulento, en la zona del glande o entre el glande y el prepucio. Si no se trata, la hinchazón y el líquido purulento pueden producir adherencias entre el glande y el prepucio que conducen a la aparición de una fimosis, es decir, la imposibilidad de que el prepucio se deslice hacia atrás y deje visible el glande. La fimosis puede producir dificultades para la salida del chorro de la orina o puede producir disfunción eréctil.
Entre los signos que se observarán dependiendo del tipo de balanitis que se tenga, podemos mencionar:
- Erupción enrojecida en el glande que pica o duele (Balanitis candidiásica).
- Supuración maloliente y edema del glande (Balanitis bacteriana por anaerobios).
- Pérdida del color del glande (desenrojecimiento), fisuras y edema (Balanitis bacteriana por aerobios).
- Úlceras que se convierten en costras en aproximadamente diez días, además de frecuente inflamación de los ganglios inguinales (Balanitis por herpes).
- Liquen escleroso (balanitis xerótica obliterans) manchas blancas en la piel y ésta parece más delgada de lo normal. Suele afectar la zona de los genitales y el ano. A veces también se manifiesta con enrojecimiento, comezón intensa, dolor, parches arrugados o enrojecidos y en casos graves, desgarro, sangrado, ampollas o llagas ulceradas. El liquen escleroso y atrófico no es contagioso y no se disemina por relaciones sexuales.
- Mancha roja y brillante de aspecto húmedo, pero seca; plana y con bordes definidos. La lesión típica suele aparecer en el glande, aunque también puede hacerlo en otras zonas como el surco balanoprepucial o a la cara interna del prepucio. En ocasiones pueden aparecer lesiones en “beso”, es decir, dos lesiones que contactan, una en el prepucio y otra en glande (Balanitis de Zoon). Afecta a varones en edad madura que no llevan una correcta higiene y no es maligno.
- Aparición de lesiones cutáneas y/o mucosas, únicas o múltiples, recurrentes siempre en la misma localización -frecuentemente el glande-, tras la ingesta de un fármaco (eritema fijo medicamentoso).
Existen algunas otras manifestaciones que podrían englobarse en esta condición llamada balanitis, pero son bastante menos frecuentes. Como siempre recomendamos, acude al médico ante cualquier síntoma o sospecha de esta enfermedad, ya que sólo el diagnóstico permite, a partir de las causas, indicar el tipo de tratamiento.
El diagnóstico de la balanitis es clínico, ya que deben descartarse otras condiciones como la parafimosis (retracción del prepucio que produce una hinchazón progresiva del glande y que es una emergencia médica). Para saber sus causas puede ser necesario hacer cultivos del líquido blanquecino (si lo hubiera) o, si existiera, de líquido purulento emitido por la uretra.
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Dada la amplia diversidad de causas de la balanitis, específicamente el urólogo debe realizar la revisión, diagnóstico y control para exclusión de lesiones de mayor importancia. El diagnóstico incluye, además de la exploración física, una serie de preguntas basadas en el historial clínico, hábitos de higiene y prácticas sexuales, entre otros aspectos. En los casos en los que existe ulceración de las lesiones, es aconsejable realizar un cultivo para herpes simple, además de serología (estudio que permite comprobar la existencia de anticuerpos en la sangre) para descartar sífilis.
Tratamiento de la balanitis
La balanitis no es una enfermedad grave y suele curarse en unos cuantos días con:
- La balanitis ocasionada por bacterias se trata con antibióticos, ya sean orales o tópicos.
- Si se debe a un hongo como la cándida albicans -causa más frecuente de balanitis-, se requerirá un tratamiento antimicótico en forma de pomada (ketoconazol o miconazol) o bien, antifúngicos orales (fluconazol).
- Las cremas con corticoides ayudan a reducir la inflamación, y si bien se obtiene una rápida mejoría, existe la posibilidad de que empeore ciertas infecciones. Por eso no debe utilizarse este medicamento si no es bajo la prescripción del médico. Si las infecciones se repiten a menudo, una medida a considerar para su solución es la circuncisión, sobre todo en casos de fimosis y parafimosis. Es una intervención quirúrgica sencilla que consiste en retirar la piel del prepucio. Es una cirugía ambulatoria, con anestesia local que dura menos de una hora. La recuperación es de 8 a 10 días.
En caso de que la inflamación esté relacionada con el uso del preservativo, se recomienda utilizar condones para piel sensible. Desde luego, hacemos hincapié en la importancia de usarlo cada vez que se mantengan relaciones sexuales con una nueva pareja.
¿Cómo influye la balanitis en las relaciones sexuales?
Una vez explicadas las generalidades de esta enfermedad, podrás entender cuáles pueden ser las posibles afectaciones a la vida sexual de esta condición.
Los primero que debes saber es que las relaciones sexuales pueden provocar una mayor irritación e inflamación en la zona afectada. Una vez concluido el tratamiento y el pene se encuentre sano, se puede mantener nuevamente contacto íntimo sin mayor problema.
Por otro lado, la balanitis, como ya mencionamos, no es una enfermedad de transmisión sexual. Sin embargo, algunas ETS sí pueden causar balanitis. Por eso es importante el uso de preservativos y evitar las relaciones sexuales riesgosas.
No es usual realizar de forma estandarizada estudios en busca de ETS, pero en casos especiales de una balanitis persistente, recurrente o severa, se pueden realizar pruebas para descartar virus del papiloma humano, virus de la inmunodeficiencia adquirida (VIH), sífilis, gonorrea o herpes.
Otra pregunta frecuente es si la balanitis es contagiosa. No, la balanitis (inflamación y secreciones en el pene) como tal no se contagia en las relaciones sexuales, pero los hongos o bacterias que la causan sí, por lo cual es conveniente que ambos miembros de la pareja se traten al mismo tiempo. Esto para asegurarse de que la bacteria u hongo que causó la balanitis, no siga circulando de uno a otro, en un ir y venir constante.
Mencionamos también posibles complicaciones como la fimosis (imposibilidad de que el prepucio se recorra hacia atrás); este padecimiento, si no se trata, sí puede afectar la función eréctil y producir un dolor intenso durante las relaciones sexuales.
En un sistema inmune deprimido como es el caso de las personas con VIH, las infecciones pueden ser más recurrentes. La balanitis no es una enfermedad asociada directamente al VIH, pero sí conviene evitar prácticas sexuales de alto riesgo (como la penetración anal) sin protección.
La salud sexual y de nuestros genitales, es algo tan delicado como la salud de cualquier otro órgano vital. Ahora que sabes qué es la balanitis y cómo influye en las relaciones sexuales, recuerda que es mejor prevenir. Nada nos cuesta evitar toda la serie de factores de riesgo y complicaciones manteniendo buenos hábitos de higiene y practicando sexo seguro. ¡Di sí al preservativo!
Esperamos que este artículo haya sido esclarecedor, quedas invitado a compartirlo si así fue. ¡Hasta la próxima!
Artículo avalado por Héctor Corredor, Médico Cirujano especialista en Urología con Maestría en Sexología Clínica, Director médico internacional en Boston Medical Group.
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