Ya te hablamos previamente sobre la sexualidad fluida, pero en el amplio abanico de la identidad sexual una pregunta cuya respuesta pocos conocen es qué es la antrosexualidad.
Y es que este término está fuertemente ligado con el concepto de ‘atracción elástica’, por lo que su uso es prueba de que el deseo es dinámico y puede orientarse hacia más de un género, así como de los cambios que han permitido experimentar más con este aspecto de nuestras vidas.
Qué es la antrosexualidad
Inicialmente, este término se utilizaba exclusivamente en el campo médico y hacía referencia al estudio de las orientaciones sexuales que no coinciden con alguna identidad o categoría sexual y no sienten la necesidad de calificarse en ellas.
Sin embargo, con el tiempo el concepto ha evolucionado para convertirse en una categoría dentro de las identidades sexuales muy particular, tanto que su uso aún es limitado a profesionales y estudiosos de la sexualidad, pero incluso entre estos la información es limitada.
Así, en la actualidad la respuesta de qué es la antrosexualidad más básica es: una identidad sexual que refiere a aquellas personas que desconocen su orientación o simplemente prefieren no utilizar ninguna etiqueta para hablar de la misma, ya sea heterosexual, homosexual, bisexual o cualquier otra.
El Instituto Canario de Igualdad lo define como: ‘concepto para aquellas personas que experimentan su orientación sexual sin identificarse con ninguna categoría o sin sentir la necesidad de hacerlo’.
Igualmente, la UNAM detalla que en esta categoría ‘existe una flexibilidad sexual que les permite desarrollar vínculos amorosos con cualquier persona de cualquier género e identidad’.
Varios teóricos incluso han señalado en torno a qué es la antrosexualidad que se trata de un ‘término paraguas’; es decir, que engloba otros conceptos como la demisexualidad, la bisexualidad y la pansexualidad.
Entonces, qué diferencía a la antrosexualidad
Lo distintivo de esta identidad sexual es que muchas veces quienes forman parte de ella no conocen cuál es su orientación sexual o, por lo menos, no se define bajo una sola categoría, ya que no siente que ninguna de estas explique al 100% su preferencia.
Así, quienes son antrosexuales están en una constante búsqueda por su identidad, pudiendo establecer vínculos afectivos sin problema con personas de cualquier género, pero privilegiando siempre el aspecto afectivo que el sexual, aunque esto también es parte de sus relaciones.
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Esto significa que el centro de la relación no es la atracción física, como ocurre con la pansexualidad; pero tampoco es tan poco significativa como puede serlo para las personas demisexuales.
Sobre todo, la clave para entender qué es la antrosexualidad se basa en el aspecto de la atracción flexible, pues para estas personas la sexualidad varía según las circunstancias, siendo precisamente esto lo que no los hace sentir parte de una sola identidad sexual.
Además, esto no repercute en su identidad de género, ya que esta categoría se refiere a otro aspecto de nuestra vida que tiene más que ver con cómo nos percibe y trata la sociedad.
Básicamente, este concepto nos brinda una gran oportunidad para dejar de ver la sexualidad como algo estático que nunca puede cambiar y en su lugar nos otorga la posibilidad de experimentar con nuestras relaciones sexoafectivas bajo el entendido de que el género de nuestra pareja o las razones por las que nos gusta pueden ser distintos en cada ocasión.
Y por si te lo preguntabas, sí hay una bandera de la antrosexualidad, la cual está compuesta por tres franjas horizontales de color azul, blanco y lila en orden de arriba a abajo.