El presidente ruso, Vladímir Putin, anunció el domingo, una ambiciosa doctrina naval que ve a Estados Unidos como la mayor amenaza para el Kremlin y propone a Rusia como una gran potencia marítima con líneas rojas en el Ártico y los mares Negro y Báltico.
«Los intereses nacionales de Rusia como gran potencia marítima se extienden a todos los océanos y al mar Caspio», señala el documento firmado por Putin en la Fortaleza de Pedro y Pablo de San Petersburgo.
Este anuncio se hace justo el Día de la Armada en Rusia.
Rusia marca nuevas fronteras
Como ocurriera en 2015, tras el deterioro de las relaciones con Occidente provocado por la anexión un año antes de la península ucraniana de Crimea, Putin aprobó por decreto una nueva doctrina naval que tiene en cuenta los dramáticos cambios geopolíticos causados por la campaña militar rusa en Ucrania.
Rusia no acepta injerencias en sus asuntos en el Ártico, el Caspio o el mar de Ojotsk (Pacífico); los mares Negro y Azov, arrebatado a Ucrania; el Báltico; las islas Kuriles (cuya soberanía reclama Japón); el Mediterráneo oriental y los estrechos que llevan a Asia y África.
«Hemos marcado abiertamente las fronteras y zonas de los intereses nacionales de Rusia, tanto las económicas como las estratégicas que son vitales. Garantizaremos su defensa de manera firme y por todos los medios», afirmó.
En concreto, la doctrina impulsada por Putin destaca el interés en incrementar la cooperación militar-naval con la India, Irán, Arabia Saudí e Irak. Esto porque Rusia intenta desde hace años encontrar alternativas estratégicas a sus tradicionales socios europeos.
Notiespartano/DW.com/Reuters/EFE