Hace unos días que comenzó el otoño, y con la llegada de la nueva estación, ha aparecido un insecto en miles de hogares de España: la hormiga voladora. A diferencia de la hormiga tradicional, sale del hormiguero con el descenso de las temperaturas y las lluvias propias de esta época del año. Esta es su época de apareamiento, y puede recorrer grandes distancias para formar nuevas colonias.
Hormiga voladora
El apareamiento de la hormiga voladora se realiza en el aire. Los machos alados mueren tras aparearse, y las hembras, una vez fecundadas, pierden sus alas, y se resguardan en los hormigueros. Por lo tanto, la hormiga voladora no mantiene sus alas durante mucho tiempo.
Aprovecha las primeras lluvias del otoño porque el terreno se vuelve blando, así que le resulta mucho más sencillo construir los nuevos hormigueros. Una vez llega el frío, se cobija en el hormiguero, y no vuelve a aparecer hasta el próximo otoño.
¿Hay que preocuparse por este insecto? Lo cierto es que no. Tal y como explican los expertos, no pica, y no tiene el más mínimo interés en los humanos. Su misión es aparearse y crear nuevos hormigueros.
En los nuevos hormigueros, las hembras pierden las alas e hibernan esperando poner los huevos. Su esperanza de vida, a diferencia de la de los machos es larga, de entre uno y treinta años. Su función vital es la de depositar miles de huevos, de los que salen nuevas hormigas.
Remedios caseros
Aunque no supone peligro alguno, la hormiga voladora puede llegar a ser muy molesta en esta época del año. La mejor forma de acabar con ellas es utilizando un aerosol para hormigas. También existe la posibilidad de instalar un exterminador eléctrico en un punto estratégico del hogar.
También existe un remedio casero tan sencillo como efectivo para acabar con este insecto de una vez por todas. Simplemente hay que mezclar en un spray con atomizador dos medidas de agua, una medida de jabón y unas gotas de aceite de menta. Se mezclan bien los tres ingredientes, y se rocía a la hormiga voladora.
Otro remedio casero consiste en mezclar un poco de jabón de lavavajillas con agua. El jabón se adhiere a la hormiga voladora y la deshidrata, acabando con ella. También existe una trampa casera que funciona muy bien: colocar cinta adhesiva con un poco de azúcar mezclado con agua para atraerla, de tal manera que el lado pegajoso quede hacia arriba.