Nadie puede negar que en los gobiernos de Morel la Educación haya sido prioridad. Pasan de cien las edificaciones escolares que se construyeron distribuidas en los once municipios neoespartanos, además de las reparaciones hechas a otras edificaciones, que incluyen liceos en toda nuestra geografía insular. Una obra, sin precedentes, hasta la fecha no superada por los otros gobernantes que llegaron a La Asunción y, por lo contrario, ni una mano de pintura colocaron, menos una ventana o pusieron un pupitre. La enorme diferencia estuvo en que Morel es y será siempre un Educador, un Maestro en todo el sentido de la palabra, que entiende perfectamente que un país requiere, para ser grande, que sus habitantes deben formarse, desde la escuela, para lograr un futuro siempre provechoso.
Esa tarea ha sido norte cada vez que, electo por la mayoría insular, que lo saben eficiente y preocupado por el crecimiento cultural, llega a la Gobernación y, Programa de Gobierno en mano, actúa. No sólo construye, sino que, responsable, buena parte del presupuesto anual lo invierte en tan importante sector, que facilita una adecuada atención y formación de nuestros niños, principalmente, y de jóvenes liceístas, respaldando por igual a los cursantes de carreras universitarias. Se sabe que técnicos y especialistas, miembros del partido rojo, reconocieron ante sus tantos ministros, la calidad, la cantidad y el moderno estilo de la infraestructura que Morel le diese a la construcción de las escuelas, a las cuales dotó de equipos de computación; y, de paso, de un aporte mensual para el mantenimiento.
Por esta y muchas otras acciones, el desaparecido Hugo Chávez en varias ocasiones felicitó a Morel por su diligencia, efectividad y buen gobierno. Incluso impartió órdenes a los gobernadores de sus administraciones a imitar la labor, favorecedora de la Educación, que se llevaba a cabo en Nueva Esparta. Les pidió, en concreto, si no romper el récord alcanzado por el insular, por lo menos intentarlo. Morel, Maestro al fin, previsivo, creó el Plan de Becas para la población escolar, además brindarle la atención médica; y el Programa “Jesús Manuel Subero”, el segundo “Gran Mariscal de Ayacucho” establecido en el país, que beneficia a jóvenes neoespartanos a cursar sus estudios en universidades de prestigio tanto en Venezuela como en el extranjero.
No olvidar que, para facilitar a los muchachos cochenses el ir y venir diario a Margarita para realizar sus estudios superiores, construyó en San Pedro de Coche una sede para que la UDO estableciera allí una Extensión. No fue posible que los gobernadores que le sucedieron entendieran la importancia de esta crucial iniciativa, y la dejaron convertir en sala de reuniones políticas. Asimismo, Morel quiso traer la Universidad Católica Andrés Bello e instalar una o dos facultades en La Huerta, a la salida de La Asunción, pero el gobierno central, vista la importancia que en el inmediato futuro tal obra adquiriría, de plano la impidió. Prefirió sembrar hortalizas y no educación. A la fecha, escasos son los productos que en esos terrenos se cosechan.
En fin, la lección que el Maestro Morel imparte es una provechosa, de reconocido éxito, de profundidad; que marca el camino hacia un futuro mejor. Así lo ha visto, lo siente y le aplaude la margariteñidad, que le sabe un gobernante verdaderamente comprometido con el pueblo. El mejor que en la historia contemporánea ha tenido Nueva Esparta, y le sitúan también entre los grandes de Venezuela. Innegable.
AngelCiroGuerrero


