A cualquier edad y cuando menos lo esperas. El acné es un problema dermatológico que supone una auténtica pesadilla para un elevado porcentaje de adolescentes y un trastorno que trae de cabeza a numerosos adultos, principalmente mujeres.
A la par, muchos son los mitos y la falta de información que rodean al acné, generando una mayor confusión a la hora de tratarlo. Aunque lo primero que debes hacer es consultar con un especialista para aplicar un tratamiento adecuado a tu caso, los doctores explican cómo algunos hábitos o factores externos, que sin ser determinantes para su aparición, pueden llegar a favorecer esta enfermedad e incluso empeorarla.
Tocar la piel
Pellizcar, apretar, rasgar o cualquier forma de manipulación de las lesiones de acné puede dejar marcas y cicatrices en tu piel. Según advierte la AEDV, «Al apretar los granos podemos transformar una lesión que iba a desaparecer en poco tiempo y sin dejar cicatrices en otra mucho más visible, más duradera y además al curarse dejará como secuela una cicatriz».
Productos milagro o remedios caseros
No existen remedios milagrosos, ni tratamientos alternativos que superen en eficacia a los que la industria cosmética y farmacéutica comercializan y el dermatólogo prescribe.
Poner pasta de dientes
La pasta de dientes o el alcohol seca el grano, pero también la piel que hay alrededor de él, irritándola. Además, la pasta contiene ingredientes como el flúor o el peróxido de hidrógeno que pueden obstruir el poro, incluso crear más granos a largo plazo.