SOBRAN LAS PALABRAS
El pasado 08 de octubre, el periodista estadounidense, William Neuman, quien fue reportero y director de la oficina de la región de los Andes del New York Times, publicó en ese prestigioso diario de los EEUU, el siguiente artículo de opinión, el cual se explica por sí solo:
“Hace unas semanas, cuando Estados Unidos organizó un intercambio de prisioneros con el presidente venezolano, Nicolás Maduro, quedó clara la incoherencia de la política estadounidense en relación a Venezuela.
Incluso mientras negocia con Maduro, la Casa Blanca aún insiste en que Juan Guaidó, político de la oposición, es el verdadero presidente de Venezuela. Estados Unidos no tiene relaciones diplomáticas formales con el gobierno de Maduro, y la embajada en Caracas ha estado cerrada desde principios de 2019, poco después de que el presidente Donald Trump reconociera a Guaidó como presidente, en un intento infructuoso y con pocas probabilidades de forzar a Maduro a abandonar el poder.
Es hora de que el gobierno de Biden acepte que la apuesta por Guaidó fracasó y que la mayoría de los venezolanos, y la mayor parte de la comunidad internacional, han pasado a otra cosa. La Casa Blanca necesita una política para Venezuela basada en hechos, no en ficción. Y el hecho es que Maduro es presidente de Venezuela y Guaidó no.
Aceptar la realidad tendrá muchos posibles beneficios, sobre todo para la oposición venezolana, que está en medio de un turbulento esfuerzo por rehacerse.
Después de que Trump anunció su apoyo a Guaidó en enero de 2019, decenas de otros países siguieron el ejemplo de Washington. Pero en la actualidad, solo un puñado cada vez más reducido reconoce a Guaidó como presidente de Venezuela y, al igual que Estados Unidos, evita los lazos diplomáticos directos con el gobierno de Maduro.
Y esa lista se está reduciendo.
Gustavo Petro, el presidente de izquierda recién electo de Colombia, tomó medidas después de asumir el cargo en agosto para abandonar el reconocimiento de su país a Guaidó y reabrir su embajada en Caracas. Ese cambio es crucial porque Colombia ha sido durante mucho tiempo el aliado más importante de Washington en Sudamérica y un partidario clave de Guaidó.
Brasil, otro poderoso defensor de Guaidó, podría ser el siguiente, si Luiz Inácio “Lula” da Silva, regresa a la presidencia en una segunda vuelta electoral a finales de este mes.
Guaidó siempre ha sido presidente solo de nombre: no tuvo gobierno ni poder para actuar dentro de Venezuela. Demostró valor cuando desafió al régimen represivo de Maduro, pero nunca tuvo un plan viable, más allá de las vagas esperanzas de un golpe militar o de la intervención de Estados Unidos. Además, se aferró a la estrategia de Trump de sancionar severamente a Venezuela, lo que exacerbó su crisis económica.
La pretensión de Guaidó de una presidencia alternativa se sustentaba en su papel como presidente de la Asamblea Nacional, pero su mandato legislativo terminó el año pasado, y desde ese momento muchos de sus partidarios dentro y fuera de Venezuela abandonaron la idea.
Hoy, Maduro es más fuerte que hace tres años, y la oposición está desorganizada.
Renunciar a la pretensión de que Guaidó es el presidente daría un cimiento racional a la política de Estados Unidos, pero no supondría un respaldo a Maduro. Podría facilitar las conversaciones con Maduro sobre temas clave, incluida la ola de refugiados venezolanos que entran en Estados Unidos y los posibles cambios en las sanciones económicas relacionadas con las exportaciones de petróleo. La reanudación de las actividades consulares permitiría a los ciudadanos obtener o renovar visados y pasaportes.
Uno de los mayores beneficiarios podría ser la oposición venezolana, que se encuentra en un bullicioso, y necesario, estado de cambio. La oposición ha sido duramente reprimida por un gobierno de Maduro comprometido a quedarse en el poder a toda costa; aunque la oposición ha dado muchos pasos en falso, es la principal fuerza política del país comprometida con la democracia y la defensa de los derechos humanos y, por lo tanto, es fundamental para encontrar una solución a la crisis del país.
En los últimos dos años, la mayoría de los partidos dominantes de la oposición venezolana entraron en crisis: perdían activistas, se dividían en disputas por el liderazgo o veían cómo los votantes que alguna vez fueron leales se alejaban.
Con frecuencia, el gobierno ha intervenido para agitar la situación, al recurrir a los tribunales o a las autoridades electorales para ordenar la toma de posesión de los partidos por parte de dirigentes sustitutos que el resto de la oposición considera sospechosos. Pero, en la mayoría de los casos, las divisiones estaban ahí.
Los venezolanos están hartos de los partidos de la oposición, que a menudo parecen más interesados en pelearse entre ellos que en mejorar la suerte del país.
Al mismo tiempo, han surgido nuevos partidos que se organizan con nuevos líderes.
Los cambios políticos fueron evidentes en las elecciones celebradas en noviembre pasado. La oposición ganó un tercio de las alcaldías de todo el país, después de haber tenido menos de una de cada diez. Y aunque la oposición solo ganó cuatro gubernaturas de 23, recibió la mayoría de los votos en todos los estados, excepto en algunos. La razón por la que no ganó más gubernaturas fue que múltiples candidatos de la oposición dividieron el voto y básicamente otorgaron la victoria a los candidatos aliados con Maduro.
Las lecciones de noviembre son poderosas. Las elecciones demostraron que los venezolanos siguen viendo las urnas como una salida a los problemas del país. Desenmascararon la debilidad del partido de gobierno entre los votantes. Demostraron, una vez más, que la falta de unidad es el talón de Aquiles de la oposición.
Y pusieron de manifiesto los avances de la oposición no tradicional, debido a que cerca de la mitad del total de los votos de la oposición fueron para candidatos ajenos a la coalición liderada por los cuatro partidos mayoritarios, según Eugenio Martínez, periodista especializado en análisis electoral.
La política venezolana se dirige ahora a unas elecciones presidenciales en 2024.
¿Se unirá la oposición para elegir un candidato único o seguirá dividida? Estados Unidos ha instado a Maduro y a la oposición a reanudar las negociaciones que podrían conducir a una mejora de las condiciones electorales. ¿Pero quién se sentará a la mesa con los negociadores de Maduro?
Hasta ahora, Washington ha apoyado a Plataforma Unitaria Democrática, una renovada coalición liderada por Guaidó y los partidos tradicionales, y que busca encauzar la elección del candidato para 2024, además de controlar el equipo que negociará las condiciones con Maduro.
Pero al mantener todavía la ficción de que Guaidó es presidente de Venezuela, el gobierno estadounidense hace más difícil que la oposición pase por el necesario proceso de reforma.
Estados Unidos debe reconocer la realidad respecto a quién gobierna en Venezuela y la necesidad de que los venezolanos formen la oposición que ellos mismos elijan. Esa es la única manera en que Washington puede desempeñar un papel constructivo en la solución de la crisis de Venezuela”.
Sobran las palabras.
TIPS EN SU TINTA
RECONOCIMIENTO
De los casi 60 países que llegaron a reconocer en algún momento a Juan Guaidó como el presidente “interino” de Venezuela, hoy, a casi 4 años de su “autojuramentación”, son menos de 15 los gobiernos del mundo que confieren a sus representantes diplomáticos la categoría de embajadores plenipotenciarios. Estados Unidos, Brasil, Canadá, Costa Rica, Guatemala, Paraguay, Ecuador y la Organización de los Estados Americanos; mientras que el caso del Reino Unido luce cuando menos “curioso” porque pese a que la representante que designó Guaidó, le renunció hace mucho tiempo, el reconocimiento de ese Reino se ha producido por la vía del poder judicial, como se evidencia en los juicios sobre la protección del oro. Sobran las palabras.
G4 INSENSIBLE
Mientras el país era estremecido en su ánimo, en su alma ciudadana, y se activaban todos los mecanismos de solidaridad humana, por el desastre natural de Las Tejerías en el estado Aragua, a la oposición política agrupada en el G4, no se le ocurría mejor idea que anunciar que ya tienen listo el reglamento para sus elecciones primarias. Insensibles.
FRÍO EN EL ALMA
El señor Roberto Enríquez, ex dirigente del partido Copei, declaró en nombre de la Plataforma Unitaria: “Yo dirijo la comisión de gobernabilidad de la Plataforma Unitaria y vamos a presentar el acuerdo al país”, en referencia al reglamento de primarias del G4. Primera vez que declara en años, luego de “autoproclamarse” perseguido político y refugiarse en una embajada, pero escogió el peor momento. Con razón le dicen “frío en el alma” por “desangelado”, me cuentan.
PANAMA PAPERS
No me refiero al escándalo de las empresas fantasmas, constituidas desde Panamá, a lo “largo y ancho” de los paraísos fiscales del mundo, en las que aparecieron en una investigación periodística, los nombres de conspicuos representantes del todavía establishment colombiano y algunos políticos y “empresarios emergentes” venezolanos. Me refiero a los “papelitos” con anotaciones que luego de cada reunión, uno que otro dirigente del G4 venezolano deja sobre la mesa, para salir “disparado” al convite con alcohol y comida “internacional” que preparan para amenizar su sacrificada estada en ciudad de Panamá, lugar escogido para la celebración de los cónclaves de esa instancia “suprapartidista” con sus jefes políticos de los EEUU.
NACIMIENTO DE LA PU
Como ustedes recordarán, fue en mayo de este año, cuando los capitostes del G4 y uno que otro “aliado pepa asomada” de ese “entente”, se reunieron en Panamá para cambiar el nombre de la MUD, por el de Plataforma Unitaria. Fue en Panamá donde acordaron realizar elecciones primarias para elegir candidato presidencial y designaron al señor Omar Barboza como “nuevo” coordinador de esa agrupación de partidos.
CON LA BENDICIÓN DEL NORTE
También recordarán que todo lo acordado fue “bendecido” por “San James Story”, funcionario del Departamento de Estado de USA, que ejerce como embajador en Venezuela desde Colombia y de cualquier parte del mundo como jefe político de ese sector de la oposición venezolana.
NUEVAMENTE PANAMÁ
Las organizaciones partidistas agrupadas en la Plataforma Unitaria, en una reunión realizada esta semana en Panamá, acordaron el mes de junio del próximo año para realizar las elecciones primarias que elegirán al candidato de ese sector a las elecciones presidenciales del 2024.
GUAIDÓ EN EL LIMBO
En seis meses la PU ya logró hacer el reglamento de primarias y escoger una fecha, la cual por cierto se aleja en el tiempo, porque no encuentran solución para varios problemas “capitales”. Todavía no hay consenso sobre qué pasará con el gobierno interino, que encabeza Juan Guaidó desde enero de 2019 y aun cuando existe una “sólida” mayoría para impedir la participación en las primarias de algunos aspirantes que le son incómodos a los jefes del G4 y sus aliados, no quieren asumir el costo político del anuncio.
TONTOS ÚTILES
En Panamá acordaron “dejar el muerto” a la Comisión Nacional de Primarias, que aspiran se instale en este mes de octubre, del anuncio de la exclusión de algunos precandidatos, es decir, de los aspirantes de los partidos a los que el Tribunal Supremo de Justicia (TSJ) les adjudicó la tarjeta. A los “notables” que acepten ser de esa comisión de primarias intentarán convencerlos de asumir esta decisión, “permitiéndoles” anunciar que en la escogencia primaria se podrán inscribir los inhabilitados.
FINANCIAMIENTO
Lo del financiamiento parece estar resuelto. Existe consenso en que los gastos de las primarias, “corran por cuenta” de los gobiernos extranjeros, encabezados por EEUU, que hacen oposición al gobierno del presidente Nicolás Maduro (USAID, CITGO, ORO EN LONDRES, entre otros).
COMISIÓN DE PRIMARIAS
Los representantes de las ONG; Ciela, Sumando Voluntades y Gente de Sucre, formalizaron la postulación de candidatos para la Comisión de Primarias del G4: Ruth Capriles, Noel Álvarez, Colette Capriles, Lester Rodríguez, Jhon Magdaleno, Félix Arrollo, Francisco Belle, Marcos Villasmil, Omar Belloso, Eugenio Martínez, Luis Emilio Rondón, Juan Carlos Delpino, Armando Rodríguez García, Virginia Rivero, Máximo Napoleón Febres Siso, José María Casal, Olga Krnjajsky, Rosario Orellana, Juan Vilera del Corral, Jorge Paparoni e Ismael Pérez Vigil.
NO SE VISTAN QUE NO VAN
La mayoría de las organizaciones partidistas, de la sociedad civil e individualidades a quienes le pidieron presentaran candidatos o se negaron a aceptar la nominación del G4, lo hicieron porque les pidieron que asumieran el “costo político” de anunciar desde la Comisión de Primarias, de rechazar los aspirantes que no entran en el “traje a la medida# de la Plataforma Unitaria.
TIP DEL ESTRIBO
El nuevo contralor general de Nueva Esparta, Luis Aguilar, vino “guapo y apoyado”, el propio Contralor General de La República, Elvis Amoroso, lo presentó al gobernador Morel Rodríguez Ávila. Esta semana, el funcionario se presentó ante los diputados del Clebne. Cuenta con el respaldo suficiente para adelantar cualquier investigación y solicitar sanciones, independientemente del color partidista, y jerarquía en la administración pública, regional y/o municipal de cualquier burócrata. Por cierto, me comentaron que el propio Elvis Amoroso y el nuevo contralor regional, decidieron visitar el lugar donde “reposan los restos” de los automóviles que fueron “subastados” por la administración del ex gobernador Alfredo Díaz, en una licitación denunciada como fraudulenta por la Procuraduría General de Nueva Esparta. Quedaron “impactados” cuando se percataron de la magnitud de la situación. ¿Será que estos funcionarios si pueden hacer algo para que se activen los organismos jurisdiccionales competentes y determinar las responsabilidades a que hubiere lugar? Se cansa uno.
JoséGregorioRodíguez/[email protected]