José Nasazzi, capitán de Uruguay en 1930. Apenas hay fotos de calidad de la gesta de aquella selección. La Inteligencia Artificial (IA) lo ha solucionado. Gracias a Samsung y el Museo Histórico Nacional de Uruguay existe ya una recreación de su capitán con el trofeo en la mano. Nasazzi, como Messi, ya tiene su imagen icónica.
La entrega de trofeos al término de una final es una tradición deportiva relativamente moderna. Las primeras ediciones de la Copa del Mundo han quedado huérfanas de estas imágenes emblemáticas. Ahora ya pueden recrearse con Inteligencia Artificial.
El proyecto «La historia nunca vista» utiliza IA para generar la imagen del legendario capitán José «El Mariscal» Nasazzi con la Copa del Mundo de 1930 en sus manos.
La idea reunió a fotógrafos, diseñadores, artistas visuales, historiadores e investigadores; un trabajo conjunto que se instalará en el World Trade Center de Montevideo entre los días 13 y 20 de julio.
Recrear lo inexistente
«Tenemos millones de fotos desde Pelé hacia acá de capitanes de selecciones con la Copa, entonces fue un poco hacerle justicia [a Nasazzi]», dice a EFE Bruno Spagnuolo, director de arte de Wild Fi, la agencia de comunicación digital que impulsó la idea de recrear a «El Mariscal» y convenció a la multinacional surcoreana para formar parte del proyecto.
Recuerda que, durante el proceso de creación, tuvieron «altibajos» por la complejidad que supone recrear imágenes tan antiguas.
«Eso es una dificultad, porque una cosa es hacer a Elvis sacándose una selfie -hay un millón de imágenes para darle de comer a la IA-, y otra es hacerlo con Nasazzi, del que hay pocas y de muy poca calidad», subraya Spagnuolo, quien tuvo que recurrir a fuentes bibliográficas para terminar el proyecto.
«Los uruguayos, de manera natural, tenemos los ojos marrones, y él estaba saliendo con los ojos oscuros. Ahí empezamos a investigar y encontramos crónicas de la época que decían que no, que él tenía los ojos claros», rememora el director de arte.
En «La historia nunca vista» también aparecen imágenes de José Pedro Varela, el ideólogo de la educación laica, pública y gratuita en Uruguay, y de Juana de Ibarbourou, considerada la poetisa más importante de la historia del país.
«Buscamos ideas que sean relevantes, y una forma de hacerlo era que tuvieran un interés para las personas. Ahí fue cuando llegamos a poner la tecnología al servicio de la cultura nacional», comenta a EFE del redactor creativo de Wild Fi Marcos Mateo, quien usó la tecnología Neo QLED 8K para lograr la calidad fotográfica deseada.
«La Historia Nunca Vista | Inteligencia artificial, reconstrucción histórica y ficción», ayer en Casa Rivera. pic.twitter.com/YIbm1bYVPe
— Museo Histórico Nacional de Uruguay (@mhn_oficial) June 1, 2023
«Nasazzi es alguien que a nuestros padres y abuelos les va a emocionar, es alguien importante para nosotros como lo fue Obdulio Varela en el 50, en sí es como el primer capitán uruguayo, esta cosa muy aguerrida, de ir para adelante y muy valiente que nos representa a los uruguayos», añade Mateo.
Por ahora, la idea de ambos miembros de Wild Fi es seguir trabajando con otros personajes como los últimos charrúas, los cuatro indígenas que en 1833 fueron trasladados a Francia para ser expuestos en un zoológico humano.
El gran capitán uruguayo
El palmarés de Nasazzi, que conquistó en cuatro ocasiones la Copa América -1923, 1924, 1926 y 1935-, dos oros en los Juegos Olímpicos -1924 y 1928- y la Copa Mundial en 1930, lo sitúan como una de las grandes figuras del fútbol uruguayo de toda la historia.
«A lo largo del tiempo, Uruguay ha tenido como capitanes a caudillos o líderes, y le fue mejor con los caudillos -como Nasazzi-, hombres que por sí solos se imponen ante los demás e influyen adentro y afuera de la cancha», afirma a EFE Alfredo Etchandy, miembro de la Asociación de Historiadores e Investigadores del Fútbol Uruguayo (AHIFU).
La leyenda de Nasazzi está repleta de anécdotas, como la de su charla durante la media parte de esa final del Mundial de 1930 cuando Uruguay iba 1-2 por debajo de Argentina y motivó a la Celeste de tal forma que logró dar la vuelta al resultado, que terminó 4-2, y consagró a Uruguay como la primera selección campeona del mundo.
«Todo eso significó en una época muy especial, donde los capitanes no sólo cumplían con su función como en estos tiempos, sino que además la función de ellos era formar el equipo», destaca el reconocido historiador del deporte uruguayo.
Sin embargo, aquella final, que se disputó en el Estadio Centenario porque Uruguay festejaba los 100 años de su Jura de la Constitución, nunca tuvo la imagen del capitán de la selección campeona levantando el trofeo, un procedimiento que en ese momento se llevaba a cabo en los despachos.