La industria de los juguetes sexuales tradicionalmente se ha enfocado más en el placer femenino que masculino, pero esto ha cambiado en los últimos años, y ahora se venden ya muchos dispositivos para ellos. Poco a poco se está normalizando su uso, en solitario o no, para aumentar la satisfacción en la sexualidad. Pero más allá del uso como instrumentos de diversión, también se utilizan en el ámbito médico como un complemento en el tratamiento de algunas disfunciones sexuales. De hecho, ya en 2011, la FDA aprobó un estimulador vibratorio, llamado Viberect, para combatir la disfunción eréctil.
El doctor Francois Peinado Ibarra, jefe de urología del Hospital Ruber Juan Bravo, recomienda estos objetos para procesos de rehabilitación tras la cirugía de pene o en una prostatectomía radical, intervenciones en las que el miembro “sufre un acortamiento importante y el paciente empieza a tener problemas de erección en muchísimos casos”.
Los vibradores y masturbadores para hombres también pueden ayudar, señala Peinado, en personas con problemas de eyaculación retardada, que no logran el estímulo adecuado para conseguir el orgasmo. Para los distintos fines terapéuticos, lo normal es utilizarlos a diario o mínimo dos o tres veces a la semana, comenta el urólogo.
Objetos sexuales, indicados para el acortamiento del miembro
“El pene necesita estímulos, necesita tener erecciones de forma frecuente para realizar el aporte sanguíneo suficiente y esos juguetes en ese periodo de rehabilitación pueden ser un elemento más aparte de la masturbación tradicional, y creo que pueden convertirse en el futuro en un elemento esencial para recobrar la erección y la potencia sexual, y también para evitar incluso el acortamiento del órgano viril”, precisa Peinado.
Sobre el acortamiento del pene, Peinado puntualiza que este se produce de forma natural en todos los hombres a medida que se cumplen años, al igual que mermamos en estatura con la edad. “Con el envejecimiento, tanto por el aumento de peso como por la pérdida de elasticidad de los tejidos del pene, en la piel se suele producir siempre un acortamiento o una pérdida de longitud del pene”.
Peinado indica que esta contracción es muy habitual, también, tras la cirugía por cáncer de próstata o intervenciones en la zona pélvica, cuando se genera una fibrosis en el miembro y esta provoca la disminución del mismo.
Sobre cómo se relaciona la obesidad con el acortamiento, Peinado aclara que “los acúmulos de grasa por debajo del ombligo, en la zona infrapúbica, van enterrando el pene, porque este se mete en el panículo adiposo y la grasa lo entierra y eso tiene el efecto de que lo acorta. Los urólogos lo llamamos el pene enterrado”.
Si bien los juguetes sexuales para hombres pueden ayudar con este acortamiento, el doctor puntualiza que la solución suele ser la cirugía (una liposucción o una lipectomía), ya que quitarse la grasa de esta zona resulta muy difícil, aunque se adelgace.
Los juguetes sexuales masculinos anales, que estimulan la próstata y el suelo pélvico, “a los que los hombres son mucho más reacios”, especifica Peinado, pueden “ayudar a eyacular más fácilmente y su uso no supone riesgos como tal, siempre que se empleen adecuadamente, con lubricación y esperando a que se produzca la dilatación adecuada”.
En la misma línea se expresa el urólogo Danilo Rodríguez, de la Clínica Corachan, quien también avala el uso de los juguetes sexuales para hombres con fines terapéuticos en alteraciones de la eyaculación o la sensibilidad. Como instrumentos de goce sexual los recomienda siempre que se manejen y limpien de la forma correcta ya que, aunque parezcan unas precauciones obvias, estas no siempre se llevan a cabo, como el doctor comprueba día a día con pacientes que acuden a su consulta.
En el caso de los estimuladores vibratorios anales, Rodríguez se muestra a favor de uso para quienes quieran obtener “el punto máximo de placer que puede llegar a sentir un hombre”, pero aumentando especialmente las precauciones de uso e higiene con respecto a los dispositivos orientados al estímulo del pene y el perineo, para evitar infecciones, así como desgarros o fístulas anales, entre otros problemas.
Rodríguez indica cómo mantener limpios los juguetes sexuales: se lavan con agua y jabón, se aclaran y secan bien y se guardan en sus propias cajas para que no entre polvo (siempre en lugares secos y libres de suciedad).
Si bien determinados juguetes sexuales para hombres son prescritos por los urólogos en determinados tratamientos, estos recuerdan que lo importante para mantener el pene en forma es la práctica de masturbarse con o sin este tipo de gadgets.