Todos estos países tienen banderas, gobiernos y espíritu independiente, pero no existen oficialmente. Lo curioso es que no existe una definición universalmente aceptada de lo que hace que un país sea un país.
Muchos de estos «no países» cuentan con su propia población y hasta ligas de fútbol. ¿Habrás visitado alguno sin tener conocimiento de ello?
Eso sí; para las personas que viven allí, estos países son muy reales. Pero,¿por qué no alcanzan el estatus de país?
En la mayoría de los casos, es porque otros les dicen que no. Al fin y al cabo, los países son construcciones artificiales que solo existen porque otros aceptan que sea así, y esa aceptación no siempre ocurre, sin importar lo patriotas que se sientan sus ciudadanos con la nación en cuestión. A veces, eso significa que miles de personas no tienen voz en un escenario global. Otras veces, significa que las personas luchan por el reconocimiento y la independencia contra una nación más grande con más influencia que ellos, y que está decidida a mantenerlos bajo su sayo.
Somalilandia
Somalilandia se encuentra en África y es un país independiente desde 1991. Situado en el Cuerno de África, en 1960, la ex Somalilandia británica se independizó durante cinco días antes de unirse a la ex Somalilandia italiana para crear la República Somalí. Posteriormente, perseguida por los sureños, Somalilandia se independizó después de una guerra civil, volviendo en 1991 a los límites trazados por los británicos. Este país africano tiene todas las características de un país de pleno derecho:su propio parlamento, moneda, matriculaciones de automóviles e incluso pasaportes biométricos. Sin embargo, no es reconocido por ningún otro estado.
Forewick Holm
También conocida como Forvik, es un estado insular de Shetland -ubicado entre la isla Papa Stour y la península Sandness- fundado por el navegante inglés Stuart Hill. Su extensión es de apenas 0,01 kilómetros cuadrados y su población suma un total de… 1 persona. Hill se estableció en 2008 en este islote, iniciando una campaña de autodeterminación basada en la afinidad cultural de Shetland con Escandinavia, una faceta de su herencia vikinga. Pedía que fuese reconocida como Dependencia de la Corona, estatus del que gozan territorios como la isla de Man y las islas del Canal, territorios autónomos que se deben solo a la reina. Nadie le prestó mucha atención al que se le llama cariñosamente “Capitán Calamidad”. No hay registros de que la isla esté habitada permanentemente en ningún momento.
Viajamos hasta Dinamarca, donde encontramos la Ciudad libre de Christiania, un barrio parcialmente autogobernado fundado en 1971. Todo nació de un experimento social en el que un grupo de hippies daneses dio vida a este lugar en un antiguo cuartel militar. Declararon el lugar de 0,34 kilómetros cuadrados de superficie como Ciudad libre de Christiania e incluso el ministerio de defensa danés les otorgó el uso de la tierra a cambio de pagar sus facturas de servicios públicos. La población actual es de unos 1.000 habitantes. No cuenta con control de fronteras; cualquier persona puede entrar.
Se trata de un antiguo protectorado portugués reconocido posteriormente como territorio africano descolonizado antes de ser anexionado por Angola. Se encuentra frente al extremo occidental de Zambia y, según la Organización de Naciones y Pueblos No Representados, es el hogar de 38 grupos étnicos distintos. Sumándole a esto, además, que la nación Barotse se remonta al siglo XV, ¿por qué no es reconocido como país? Al parecer por problemas relativos al Acuerdo de Barotselandia de 1964, un tratado que otorgaba todo el control al gobierno de Zambia. En 2012 declaró su independencia. Su población es de mas de 5.100 millones de habitantes.
Esta unidad territorial es un lugar atrapado en el tiempo, durante los días de la antigua Unión Soviética, donde el martillo y la hoz siguen ondeando en la esquina de la bandera nacional. De hecho, incluso una estatua de Lenin con ojos de halcón sigue adornando la entrada del edificio del parlamento en Tiraspol, su capital. Un lugar singular ubicado entre la frontera de Moldavia y de Ucrania. Desde que se separó de su vecino al otro lado del río, Moldavia, esta franja de tierra se ha visto reforzada por una sensación de victimización colectiva entre sus residentes; se ven a sí mismos como rusos abandonados por el colapso de la URSS. Allí viven más de 500.000 personas.
El Imperio de Atlantium se fundó el 27 de noviembre de 1981 de la mano de George Francis Cruickshank quien se erigió como emperador del mismo cuando tan solo era un adolescente. Con una superficie de 0,76 kilómetros cuadrados, esta micronación cuya moneda es el sólido impersial, se encuentra en el centro de Australia. Atlantium se describe a sí misma como «una entidad soberana principalmente no territorial autodeclarada y un estado proto-mundial que afirma la soberanía global paralela inmanente». Cualquier persona, en cualquier parte del mundo, puede solicitar ser ciudadano de Atlantium, independientemente de si alguna vez tiene la intención de ir a Australia, y mucho menos ir al pequeño país remoto. El censo actual suma más de 3.000 habitantes.