No hay superhéroes, criaturas fantásticas o villanos envueltos en crímenes, el primer cómic ni siquiera se encuentra en papel, y no incluye las características viñetas de este género literario. Tiene nada más y nada menos que 2.000 años y muestra a los trabajadores de la antigua ciudad de Capitolias, en el norte de Jordania.
Los restos conservados de esta pieza muestran cómo sus autores entrelazaron con dibujos frases pronunciadas por los propios protagonistas, deletreadas junto a su figura, lo que lo convierte en un precedente claro del cómic moderno.
Entonces conocida como Capitolias, la actual ciudad de Beit Ras fue una de las 10 ciudades grecorromanas enumeradas por Plinio el Mayor como Decápolis, un grupo de ciudades helenísticas semiautónomas en la frontera oriental del Imperio Romano, situadas entre Jordania y Siria.
Las ilustraciones fueron encontradas allí, junto a una tumba, durante las obras para la modernización de las calles del municipio en 2018.
Dividida en dos cámaras funerarias, el espacio incluye un los restos saqueados de lo que fue un sarcófago de basalto. En su interior, lo más llamativo son las más de 260 figuras pintadas representando deidades mientras preparan banquetes y humanos que portan ofrendas.
El relato no acaba ahí, ya que también aparecen personajes de lo más diverso que se aprecian con claridad parados frente a lo que serían trabajadores transportando materiales a lomos de camellos o burros, desde canteros a albañiles escalando paredes siguiendo las órdenes de los cabezas del grupo. Asimismo, si te fijas con atención hasta puedes encontrar escenas de accidentes laborales.