El dolor de espalda es un problema muy común, que afecta a la mayoría de las personas a lo largo de su vida. Y, aunque puede ser muy molesto, si no resulta particularmente intenso o disruptivo en la vida diaria se considera que es una condición leve.
Sin embargo, otro dolor que puede aparecer en la misma zona, el dolor de riñón, sí que es un síntoma de afecciones muy graves o potencialmente letales. Distinguir ambos dolores a tiempo puede ser difícil, pero puede ser clave para buscar el tratamiento adecuado antes de que aparezcan complicaciones.
Tal y como recoge el medio especializado Medical News Today, la principal dificultad para distinguir entre estos dos tipos de dolor radica en que los riñones reposan contra los músculos de la espalda.
Por ello, si queremos diferenciar de dónde procede exactamente, deberemos tener en cuenta el punto concreto donde aparece, el tipo, la severidad del mismo y cualquier otro síntoma que pueda aparecer o ser indicativo del problema causante.
Características del dolor de riñón
Los riñones son dos órganos con forma de judía cuyo cometido es filtrar las toxinas de la sangre, lo que los hace especialmente susceptibles a infección y otras formas de daño. Por ejemplo, sustancias como el calcio, el oxalato o el fósforo pueden acumularse en los riñones formando piedras que pueden causar a su vez dolorosos bloqueos.
Cuando sucede esto último, estas piedras tratan de pasar por los conductos del sistema urinario, causando un dolor intenso y afilado, a veces descrito como uno de los peores que puede sentir un ser humano. Por el contrario, el dolor de las infecciones renales se describe como sordo y estable.
Características del dolor de espalda
Si el dolor aparece súbitamente tras un traumatismo, en un punto fijo e impide el movimiento podría deberse a una fractura vertebral. Estos casos se consideran una urgencia médica, y se debe ser cuidadoso en el manejo de la persona accidentada para evitar producir daños mayores.
Algunos de los síntomas que pueden acompañar los diferentes tipos de dolor de espalda incluyen la tensión a lo largo de la columna, dolor afilado en el cuello, dificultades para mantenerse recto, dificultades para caminar, hormigueo en la espalda, debilidad en una o las dos piernas, incapacidad para vaciar la vejiga, pérdida de control sobre la orina, diarrea y estreñimiento.
La mayoría de las veces es posible tratar los dolores más suaves de espalda en casa, con medidas como descanso, aplicación de calor o analgésicos de venta libre. Sin embargo, siempre que el dolor en esa área del cuerpo resulte de un traumatismo, sea particularmente intenso o incapacitante o bien tenga visos de tener un origen renal es preciso acudir a un profesional.
Notiespartano/Notitarde