Dos aviones militares colombianos llegaron este martes a Bogotá con 201 migrantes deportados por Estados Unidos, algunos de los cuales denunciaron maltrato dentro del programa de expulsiones de Donald Trump.
«No es un sueño americano, es una pesadilla americana (para) el que la vive. No sabíamos si era de día o si era de noche, aún peor que un preso. La comida que daban la daban dañada», contó sobre su detención el migrante Carlos Gómez.
La llegada de los colombianos es el último capítulo de una enconada disputa entre el presidente Gustavo Petro y Trump. El domingo el mandatario de Colombia rechazó el aterrizaje de vuelos militares estadounidenses con deportados y exigió a Trump condiciones «dignas» como no esposar a los repatriados, lo que desencadenó una efímera crisis diplomática con amenazas arancelarias.
Tras horas de tensión, los países llegaron a un acuerdo y Petro envió el lunes dos aeronaves con destino a los estados estadounidenses de California y Texas.
«Son colombianos, son libres y dignos y están en su patria donde se les quiere. El migrante no es un delincuente, es un ser humano que quiere trabajar y progresar», escribió Petro en la red social X al confirmar el regreso de sus connacionales.
Niños y mujeres embarazadas
Imágenes de la AFP en el aeropuerto El Dorado de Bogotá mostraron a los deportados -entre ellos 21 niños y dos mujeres embarazadas- saliendo del área internacional de la terminal portando mascarillas.
En el interior de los aviones no llevaban ningún tipo de grillete, según fotografías difundidas por el gobierno. Desprovisto de cualquier pertenencia e incluso de los cordones en sus zapatos, Gómez denunció que él y su hijo de 17 años, que migraron apenas hace dos semanas, fueron esposados mientras eran llevados a uno de los vuelos iniciales rechazados.
«‘Papi, me duele’, me lloraba», refirió sobre su hijo. «A mí no me maltrataron con palabras porque preferí ir calladito. (…) Nada más el trato que nos daban en la celda, nos tiraban la comida en el piso», completó.
Notiespartano/efe