La autoestima corresponde al valor que cada uno de nosotros se atribuye a sí mismo, al grado de autoaceptación, a la confianza que uno deposita en sus capacidades y en saber afrontar las propias experiencias de vida y a la representación que cada uno tiene. de sí mismo. Cada vez más, sin embargo, hay baja autoestima en la adolescencia: ¿ qué hacer y cómo afrontar esta situación?
Baja autoestima en la adolescencia: qué hacer
La adolescencia es un período de cambio, una fase de desarrollo en la que uno está constantemente buscando su lugar en el mundo. En consecuencia, la necesidad de experimentar, conocer y adoptar diferentes roles es particularmente importante. Por lo tanto, es importante que la autoestima se alta en los adolescentes si bien es durante la adolescencia cuando cobra fuerza la necesidad de pensar profundamente en uno mismo.
A su vez, el cerebro madura y se adquieren nuevas habilidades y capacidades. Todo esto incide en el proceso de adquisición de una nueva identidad. Tener un buen nivel de autoestima es de central importancia en la adolescencia, ya que le permite al niño, aún con dificultades, dudas o incertidumbres, enfrentar los desafíos del crecimiento, construir una imagen positiva de sí mismo, relacionarse con sus amigos, tomar decisiones, experimentar y moverse por el mundo con cierta certeza y facilidad.
Incluso cuando los niños juegan a ser «grandes» y se muestran seguros e independientes, en realidad necesitan mucho apoyo, especialmente desde un punto de vista emocional. Es fundamental no solo que los padres los aprecien y valoren, sino que esto también suceda desde el grupo de iguales.
A la hora de lidiar con la baja autoestima en la adolescencia, los padres juegan un papel muy importante: sus palabras y su comportamiento tienen un peso, afectan profundamente al niño. De hecho, para un niño, saber que un padre tiene fe en él, lo acepta y cree en su potencial, lo ayuda a aumentar su autoestima y tener más confianza.
Cómo reconocer los signos de baja autoestima
Muchos padres no se dan cuenta cuando su hijo sufre de baja autoestima. Por ello, y sobre todo para poder intervenir con prontitud, conviene prestar mucha atención a la actitud del chico. Los signos de baja autoestima en los adolescentes son:
- postura cerrada con hombros encorvados;
- tono de voz débil;
- caminar con la cabeza hacia abajo;
- mirada fugaz;
- timidez, inseguridad o, por el contrario, irritabilidad, bravuconería y agresividad;
- falta de voluntad para tomar la iniciativa;
- miedo al cambio;
- cierre en sí mismo;
- búsqueda de continua de atención, confirmaciones y aprobaciones;
- dificultad para lidiar con frustraciones y fracasos;
- intensas reacciones emocionales cuando se reciben críticas;
- mala opinión de sí mismo y tendencia a menospreciarse ya subestimar sus capacidades;
- tendencia a hacer comparaciones con otros;
- miedo de no lograrlo.
Cómo pueden ayudar los padres
Apoyar a tus hijos durante la adolescencia es una tarea muy difícil, pero de vital importancia para su crecimiento. Para conectar con el chico, hay que observar sus gestos, cómo se mueve y lo que dice, para captar su punto de vista. Los niños, aunque tiendan a alejarse y ser más independientes, necesitan sentir a mamá y papá a su lado.
Hay que intentar ponerse en sus zapatos para sintonizar con ellos. Escuchar y compartir, por lo tanto, es algo fundamental, ya que permite que los niños se sientan tomados en serio y se abran en momentos de dificultad.
Frente a un chico con baja autoestima, está absolutamente prohibido hacer comparaciones. De hecho, cada niño es único, en sus características, intereses y habilidades. Hacer comparaciones constantes con hermanos o amigos es absolutamente inútil. Los límites no deben vivirse como un obstáculo insuperable sino como una oportunidad y un estímulo para el crecimiento: hay que implicarse y comprometerse de lleno con la meta, aunque lleve mucho tiempo, te puedes caer, te puedes hacer daño, pero esto no significa rendirse, sino levantarse e intentarlo una y otra vez.
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