La fimosis es una anomalía que sufren algunos hombres en distintas etapas de la vida y se caracteriza por la estrechez de la piel que rodea el glande dificultando la elasticidad de la misma. Cuando esto supone un problema se realiza la circuncisión u operación de fimosis, una intervención quirúrgica que consiste en extirpar la piel del prepucio y que generalmente se realizar con anestesia local, lo que favorece el tiempo y los cuidados necesarios para la recuperación del paciente, tal y como indica a CuídatePlus, Marta Fernández Batalla, responsable de la Dirección Asistencial Este de la Gerencia de Atención Primaria en la Comunidad de Madrid y responsable del Programa Educa del Colegio Oficial de Enfermería de Madrid (Codem).
Después de esta intervención, una de las dudas más frecuentes es cuándo se pueden retomar las relaciones sexuales. En primer lugar, esta especialista en Enfermería Familiar y Comunitaria advierte que no existe un protocolo de cuidados únicos para los pacientes operados de fimosis, ya que depende en parte del estado de cada persona. “En cuanto a las relaciones sexuales tras una operación de fimosis lo fundamental es no tener prisa y aplicar el sentido común”, comenta. A su juicio, no existe un tiempo definido para iniciar la actividad sexual tras este tipo de intervención porque depende del estado físico y psicológico del paciente.
“En términos generales y para evitar complicaciones se recomienda que no se inicie la práctica de la masturbación y las relaciones sexuales, al menos, hasta la retirada completa de los puntos de sutura, siendo conveniente alargar este tiempo alrededor de cuatro semanas”, explica. Otros factores que se deben valorar para retomar la actividad sexual según esta experta son las preferencias de la pareja, y sus temores a hacerle daño al paciente, y el tipo de práctica sexual, adaptándola al nivel de recuperación.
Asimismo, Fernández recuerda que se pueden producir erecciones involuntarias que pueden llevar a provocar desde ligeras molestias hasta la sensación de dolor con distintos grados de intensidad. “Para su manejo lo más conveniente es la aplicación de frío local en la zona de forma segura, es decir, nunca directamente sobre la piel que está en proceso de cicatrización”, aconseja. A nivel general, esta enfermera recomienda que “el glande y la herida, como sucede con cualquier herida quirúrgica, se mantengan limpios y con la menor manipulación para reducir el riesgo de complicaciones”.
Operación de fimosis y sexo: posibles complicaciones
A la hora de retomar las relaciones sexuales en pareja y/o mediante la masturbación el propio paciente debe ser consciente de su estado: valorar el grado de inflamación y el dolor. “La actividad sexual produce fricción en la zona intervenida, por lo que hemos de tener conciencia de las potenciales complicaciones y debemos estar seguros a la hora de su realización de que no aparezcan problemas derivados como dehiscencia de sutura, es decir, la separación de los bordes de la herida o comúnmente conocido como la apertura de la herida”, detalla.
Además, después de una operación de fimosis se recomienda el uso del preservativo a aquellos pacientes que deciden retomar las relaciones sexuales sin haberse realizado una cicatrización completa, incluso con la pareja habitual. “Su uso es una forma de prevenir la contaminación de esa zona con bacterias de la otra persona y, además, se reducirán las enfermedades e infecciones de transmisión sexual, cuyo riesgo se eleva en este proceso”, aclara.
Por otra parte, la portavoz del CODEM subraya que “debido a la propia esencia de la intervención que deja el glande al descubierto constantemente existirá, hasta su adaptación, un cierto cambio en la sensibilidad de este”. Este cambio en la sensibilidad puede afectar a las relaciones sexuales porque, al disminuir la sensibilidad en la zona intervenida, puede causar ciertos problemas e insatisfacción. Además, otros hombres pueden experimentar cómo aumenta el tiempo necesario para llegar al orgasmo a través del coito. Según Fernández, tanto la pérdida de la sensibilidad como las dificultades para llegar al orgasmo son poco frecuentes, aunque reconoce que en ambos casos se aconseja pedir ayuda a un profesional.
Otras posibles complicaciones tras una operación de fimosis y relacionadas con la zona intervenida son las siguientes:
-
El dolor y la inflamación.
-
Desarrollo de infecciones.
-
La presencia de un hematoma o una hemorragia.
-
La dehiscencia o apertura de la herida, que puede ser, normalmente en una zona pequeña de la misma.
Para prevenir este tipo de complicaciones, Fernández resalta que deben mantenerse las pautas de autocuidado dictadas por los profesionales sanitarios, tales como unas correctas medidas de higiene y limpieza, una mínima manipulación del glande y de la herida quirúrgica, evitar traumatismos, utilizar ropa interior ajustada, emplear medidas de frío local y tomar los fármacos antiálgicos y antiinflamatorios indicados.
La gestión del miedo
La aparición de las complicaciones descritas o la fricción durante las relaciones sexuales puede llevar a que los pacientes operados de fimosis sientan miedo a la hora de retomar su vida sexual, aunque haya finalizado su recuperación. “Si esto se produce puede ser útil compartirlo con un profesional sanitario y, con objeto de mejorar la hidratación de la zona, el uso de geles”, apunta Fernández.
En cualquier caso, esta especialista apuesta por “aceptar el estado de recuperación que uno presenta en cada momento, sabiendo que va a mejorar, así como si se tiene pareja, sincerarse sobre el proceso, los miedos o temores que se tengan, para adaptar la práctica a la situación”.