Rafael Uzcátegui es un sociólogo venezolano formado en el ámbito académico de la izquierda a pesar de que su carrera lo ha llevado a luchar por los derechos humanos sin importar la ideología. Hoy, critica a las izquierdas a quienes, tras años de análisis, denuncia de haber perdido la centralidad del cambio social, de olvidar sus principios cuando es conveniente, justificar el doble estándar y utilizar la inteligencia para falsear la realidad.
El sociólogo es coordinador del Programa Venezolano de Educación Acción en Derechos Humanos (Provea) desde 2015 aunque forma parte de ella desde 2006. La institución nació en 1988, por lo que atravesó los dos modelos políticos que hubo en Venezuela en este tiempo: la democracia representativa y el socialismo del siglo XXI. Esto los ha llevado a estar al frente de la defensa de víctimas de todo tipo.
Provea se acercó a Hugo Chavez durante sus años en prisión (1993-1994) a fin de constatar su situación y le brindó, también, asistencia jurídica a Nicolás Maduro, tras ser despedido de su puesto en el Metro de Caracas a raíz de su actividad sindical. Sin embargo, este momento, el de mejor relación con dichas figuras, se vio diluído con el correr de los años, principalmente cuando lograron su cometido y llegaron a las esferas de poder con la bandera de que podrían arreglar los problemas del país.
“Ese período pre bolivariano era una democracia que tenía déficits, debilidades. Era un modelo que se estaba agotando, y la sociedad venezolana estaba buscando una salida”, comentó Uzcátegui a la revista COOLT y explicó que, entonces, “de una manera desesperada, se apostó por un vengador que fue Hugo Chávez, quien prometió venganza frente a todo lo que significaban los males de ese momento”.
Fue entonces que todo en Venezuela cambió. La ONG -que supo ser aplaudida- pasó a ser acusada de agente enemigo y recibir financiamiento del exterior como parte de una conspiración contra el chavismo y el proyecto socialista que buscaba instaurar.
En 2006 se dispuso la prohibición de visita a cárceles y comenzaron los reiterados ataques contra estas oenegés, que perduran hasta el presente y sólo se han intensificado. “Maduro no quiere que recibamos fondos para ayudar a víctimas, como en algún momento lo ayudamos a él”, denunció y sentenció que “este es el peor momento en materia de derechos humanos, el peor momento en derechos sociales, civiles y políticos en el país”.
Notiespartano/Infobae