Ucrania sigue dispuesta a continuar sus ataques contra las refinerías de Rusia, a pesar de las objeciones de Estados Unidos, ya que busca asestar un golpe a la capacidad de Rusia para librar la guerra dañando su sector energético y creando falta de combustible para su ejército en Ucrania.
A Kiev y a muchos expertos no les parece convincente el argumento de Estados Unidos de que tales ataques podrían incrementar los precios de la energía a nivel global, reduciendo así las perspectivas de reelección del presidente Joe Biden.
«Cuando una refinería de petróleo explota en Rusia, vemos problemas en el mercado energético ruso. Pero no veo ningún problema en el mercado global», afirmó este lunes el ministro de Asuntos Exteriores de Ucrania, Dmitró Kuleba, en una entrevista televisiva.
Con la ayuda militar estadounidense a Ucrania congelada en gran medida, Kiev tampoco ve motivos para tener en cuenta estas objeciones mientras lucha por su supervivencia.
Ucrania podría plantearse detener sus ataques si sus socios les ofrecieran, por ejemplo, siete baterías antiaéreas ‘Patriot’ con las que salvar vidas ante los ataques con misiles rusos, sugirió Kuleba.
De lo contrario, no hay nada de lo que hablar y «cada uno hace lo que le haga falta para sobrevivir», subrayó el ministro.
Debilitar a Rusia
Los ataques exitosos con drones de largo alcance contra refinerías de petróleo rusas han «puesto fin a la impunidad» de los ataques contra las infraestructuras energéticas ucranianas y han iniciado «una nueva fase de la guerra», dijo a EFE Volodímir Omelchenko del Centro de estudios Razumkov de Kiev.
«Es casi imposible ganar la guerra si está se restringe al territorio de Ucrania. Expandirla al territorio del enemigo abre una ventana de oportunidad», explicó.
«Aquel cuyo complejo petrolero y energético aguante más tiempo será el vencedor», resaltó en un análisis para el Centro Razumkov, en el que aboga por continuar en los próximos meses con los ataques contra las refinerías de petróleo y otros elementos del sector en Rusia.
La capacidad de refinar petróleo de Rusia había caído en un 12 % a finales de marzo, según los servicios de seguridad ucranianos, con efectos que sólo se empiezan a sentir ahora, mientras que el último ataque se produjo hace dos semanas.
Sin embargo, si el plan se implementa, las pérdidas totales para la economía rusa alcanzarán un «nivel crítico», mientras que se minimizará el número de víctimas civiles, cree Omelchenko.
«La cúpula en el Kremlin se verá forzada a poner fin a la guerra pues no tendrá ya recursos para continuarla», argumenta.
Los ataques podrían tener como consecuencia que el Ejército ruso sufra una escasez crítica de combustible y lubricantes, señala por su parte el analista militar Oleksandr Kovalenko.
Un solo tanque necesita una tonelada de combustible y 100 kilos de lubricante al día, y Rusia emplea aproximadamente 3.000 de ellos en Ucrania, explicó a EFE el experto.
«Rusia ya está sufriendo falta de combustible. Esto afectará de forma gradual a toda su fuerza invasora», subrayó Kovalenko.
Estados Unidos «miope»
Omelchenko ve «evidente» que los ataques ucranianos no pueden afectar a los precios globales de petróleo ya que no reducen el suministro ruso de petróleo al mercado mundial.
«Si todas las exportaciones rusas de gasolina y diésel desaparecieran, otros proveedores llenarían rápidamente los nichos, del 1 y del 3 % respectivamente», argumentó también Mijailo Gonchar, presidente del Centro de Estudios Globales «Estrategia XXI» en sus redes sociales.
Por el contrario, relaciona el reciente incremento en los precios del petróleo con la amenaza de los hutíes en Yemen y sus ataques contra petroleros en el mar Rojo.
El Gobierno de Biden podría estar presionando a Ucrania por miedo a que Rusia impida el tránsito a través de su territorio del crudo procedente del yacimiento de Tengiz en Kazajistán, controlado por las estadounidenses Chevron y ExxonMobil, conjetura Gonchar.
Omelchenko, por su parte, cree que algunos altos cargos estadounidenses podrían estar tratando de forzar a Ucrania a buscar un «compromiso» creando falta de recursos e imponiendo límites políticos, por miedo al «caos» que podría producir en Rusia una victoria ucraniana.
«Una posición tan miope solo contribuye a alimentar los apetitos geopolíticos de (Vladímir) Putin, sin embargo», recalca Omelchenko.
Notiespartano/EFE