Mientras el turismo internacional está a poco de recobrar por completo las cifras récord prepandémicas, la explosión de turistas deja a su paso costos cada vez más pesados para las poblaciones locales. Con la afluencia de viajeros al alza y un mercado inmobiliario ajustado, los precios de venta y alquiler de viviendas han ido en aumento; una tendencia alimentada por la proliferación de las rentas de corto plazo que funcionan a través de plataformas como Airbnb o Booking. Ante el fenómeno, los gobiernos tratan de regular y los pobladores de algunas ciudades se esfuerzan por alejar a los turistas, en una especie de turismofobia donde la prosperidad económica no lo es todo.
Hay toda clase de versiones sobre lo que representa el turismo en la actualidad, que difieren según la fuente que se consulte y el impacto que deja en las poblaciones locales. Los viajes, en lugar de estabilizarse, están aumentando vertiginosamente como una especie de venganza por la pandemia de coronavirus que los detuvo casi por completo a partir de 2020. Se espera que 2024 sea el primer año en el que el turismo mundial establezca los récords que venía marcando antes de la crisis.
Notiespartano/elnacional