Decenas de toneladas de peces han muerto en el río Thaya, al sudeste de la República Checa, debido a la falta de oxígeno, en un contexto de altas temperaturas que favorece la reproducción del alga azul-verde, que consume ese elemento esencial para la vida, informa hoy la prensa local.
«Eran carpas, luciopercas, bagres, carpas herbívoras, carpas plateadas, bremas y otras especies. La cantidad estimada es del orden de toneladas», explicó Jirí Osicka, alcalde de Bulgary, en cuyas represas se han amontonado los peces muertos.
El trabajo de limpieza del río Thaya (que discurre a lo largo de la frontera con Austria), en las localidades de Bulgary y Breclav, puede durar todavía una semana, y en él participan pescadores y bomberos.
La falta de oxígeno en el agua debido a la reproducción masiva de las algas azul-verde («cianobacterias»), que se reproducen bien a las actuales temperaturas de 24 grados del agua y por la presencia de fósforo de los detergentes, es el causante de esta muerte masiva, aseguran los expertos en la República Checa.