Los olores vaginales son diferentes y propios de cada mujer, ya que dependen de la flora vaginal e intervienen diversos factores como los niveles hormonales, la actividad sexual, la alimentación, el sudor, la higiene íntima, la presencia de infecciones y el pH vaginal.
Además, en cada mujer existen diferentes tipos de olores vaginales que en muchas ocasiones pueden ser normales, o alertar de algún desbalance en la zona íntima; por ello, es importante conocerlos.
Los olores asociados con el pan, los dulces, el yogur y el metal son normales (y sanos). Sin embargo, cuando son olores fuertes o desagradables (por ejemplo, a descomposición o a pescado podrido), se debe acudir al ginecólogo para una evaluación de la zona íntima.
Al igual que es necesaria la evaluación médica en caso de que el olor se acompañe de picazón, ardor, dolor (en especial, durante el sexo), sangrado vaginal (no relacionado con el período) o flujo vaginal espeso.
La creencia popular señala que una vagina sana debe oler a flores; no obstante, esto dista mucho de la realidad. Los diferentes productos creados para enmascarar el olor natural de la vagina son considerados, desde el punto de vista médico, como dañinos para el balance de la flora vaginal y pueden predisponer a diferentes infecciones.
¿De qué dependen los olores vaginales?
Es normal que existan cambios sutiles en el olor vaginal de una misma mujer debido a que el olor depende de la flora vaginal y el pH vaginal. Estos elementos pueden verse modificados por múltiples factores.
La alimentación es uno de los que influyen. El consumo de muchos cítricos se asocia con olores dulces, mientras que el consumo de carbohidratos y azúcares refinadas con un olor a pan más acentuado (debido a las levaduras presentes en la flora vaginal).
La mucosa vaginal que recubre la vagina es muy rica en lactobacilos, un microorganismo que también está presente en el yogur. Por este motivo, es muy característico y típico el olor a yogur en una vagina sana.
El pH vaginal es ligeramente ácido, alrededor de 4.5, y su equilibrio permite mantener la flora vaginal. Cuando se modifica y hay prevalencia de ciertos microorganismos sobre otros, se producen las infecciones.
Además de la alimentación, el pH vaginal se puede modificar por las relaciones heterosexuales sin preservativos. Esto debido a que el semen tiene un pH relativamente alcalino (de 7.2 a 8), lo que modifica el pH de la vagina y puede causar olores vaginales diferentes después del sexo vaginal.
Por otro lado, el olor vaginal peculiar de cada mujer se debe a las glándulas apocrinas que segregan fluidos (sudor) con un olor típico que participa en la atracción sexual.
Factores naturales que alteran los olores vaginales
Los cambios hormonales también afectan los olores vaginales. De hecho, durante la menopausia hay una disminución de estrógenos que altera el patrón del flujo del pH y la flora vaginal. Así, cambia el olor vaginal y la secreción de flujo, y hay mayor sequedad vaginal.
Por otro lado, durante la menstruación se produce un olor muy característico a metal debido a la presencia de sangre. En el embarazo o la lactancia, las hormonas pueden producir un aumento de las secreciones vaginales y esto aumenta la intensidad del olor vaginal.
Tipos de olores vaginales
Olor a yogur
El olor a yogur en la vagina se presenta como un aroma agrio o fermentado. El mismo se produce debido a la presencia de lactobacilos, como se mencionó anteriormente.
Olor metálico o cobrizo
El olor a metal es característico en el momento de la menstruación y algunos días después. Se produce por los cambios en el pH vaginal y producto de la sangre debido a su contenido de hierro. El olor metálico también puede producirse por sangrado leve después del sexo, por sequedad vaginal o por sexo vigoroso con pequeñas escoriaciones.
Olor a sudor, herbal o terroso
Aunque es un olor menos agradable, está asociado a la combinación del sudor de la ingle y las bacterias vaginales. No es una condición médica y mejora con una buena higiene. Este olor está asociado al estrés emocional que causa mayor secreción de las glándulas sudoríparas.
Olor químico, a amoníaco o productos de limpieza
Similar a la lejía o al amoníaco, este olor puede deberse a varias razones; por ejemplo a la orina. La misma contiene urea (un subproducto del amoníaco) que puede acumularse alrededor de la vulva o en la ropa interior. En condiciones de deshidratación también puede generarse por acumulación de la urea. La vaginosis bacteriana y la tricomoniasis también pueden causarlo.
Olor dulce o similar a la cerveza
El olor dulzón en la vagina puede señalar un crecimiento excesivo de las levaduras (hongos). Estos tipos de olores vaginales son similares al olor de la miel, el pan o las galletas.
El crecimiento excesivo de hongos produce infecciones vaginales, en concreto por Candida albicans (candidiasis vaginal). Se manifiesta además por picor e irritación en la vulva y la vagina, y un flujo espeso y pegajoso parecido al queso o a la leche cortada.
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Olor a pescado podrido
El olor a pescado podrido es un olor vaginal muy característico y se debe a la presencia de una infección vaginal producto de la alteración de la flora vaginal. La modificación del pH vaginal produce un crecimiento descontrolado de las bacterias que ocasionan vaginosis bacteriana.
La vaginosis bacteriana produce olores vaginales fétidos, con un flujo espeso amarillento o anaranjado, además de presentar otros síntomas asociados como picazón, irritación y ardor al orinar.
Puede deberse, también, a la tricomoniasis o infección por Trichomonas vaginalis que es la infección de transmisión sexual curable más común (solo con un ciclo de antibióticos). En este caso, el olor a pescado podrido es más pronunciado que en la vaginosis bacteriana y el flujo suele ser de color verdoso grisáceo y con espuma.
Existen otras infecciones de transmisión sexual asociadas al mal olor como la gonorrea (provoca aumento de la secreción vaginal, dolor abdominal bajo y sensación de ardor al orinar) y clamidia (flujo vaginal anormal con dolor al tener relaciones sexuales y al momento de orinar).
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Olor a descomposición
El olor a descomposición, o putrefacción, puede deberse al olvido de un tampón durante varios días dentro del canal vaginal (que comienza a pudrirse). Aunque se crea lo contrario, es común que se produzca.
La permanencia de los tampones durante más de 8 horas puede producir una infección muy grave conocida como síndrome de shock tóxico. Esta se genera por las toxinas liberadas por la bacteria Staphylococcus aureus (que se encuentra de forma natural en la vagina). Puede haber fiebre alta, convulsiones, náuseas, vómitos, confusión, desmayos y mareos.
Olor maloliente
El cáncer de cuello de útero no suele dar síntomas en los estadios iniciales, pero las lesiones pueden producir un flujo maloliente, al igual que sangrados vaginales anormales, dolor pélvico y dolor abdominal. El olor maloliente también puede producirse por cáncer de vagina o por la presencia de una fístula rectovaginal (que conecta el recto con la vagina).
¿Hay que tratar todos los olores vaginales?
Una vagina sana no huele a flores. El olor vaginal depende de cada mujer y como se ha mencionado se modifica por diversos factores. Cuando el olor es metálico, agrio (como el yogur), un poco dulce o a sudor, no es motivo de preocupación ni requiere un tratamiento específico. Solo se recomienda mantener una buena higiene íntima.
Sin embargo, en caso de que se asocien otros síntomas como picazón, irritación, enrojecimiento, secreción anormal, dolor al tener relaciones sexuales y ardor al orinar, se debe acudir al ginecólogo para hacer una evaluación del canal vaginal.
Las principales causas de malos olores vaginales son infecciosas. La vaginosis bacteriana, la candidiasis vaginal y otras infecciones pueden ser controlada con el uso de fármacos vía oral y óvulos vaginales. No obstante, es necesario acudir a consulta para su adecuado manejo.
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Se deben evitar las duchas vaginales y los desodorantes íntimos
No es necesario eliminar el olor vaginal, a menos que sea desagradable o se asocie a otros síntomas o aumento del flujo vaginal. Por supuesto, el tratamiento debe ser indicado por un médico.
El incremento del uso de duchas vaginales y desodorantes íntimos para eliminar el olor vaginal causa cambios en el pH vaginal y la flora bacteriana, además de producir irritación. El pH vaginal mantiene en equilibrio la flora vaginal, por lo que cuando es modificada hay sobrecrecimiento bacteriano que termina en una vaginosis bacteriana.
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Recomendaciones para mantener la higiene íntima
Los aromas vaginales son normales. No obstante, es importante reconocer cuando se producen cambios que señalan un problema de salud. A la hora de mantener una buena higiene íntima se deben tomar en consideración los siguientes consejos:
- Lavar solo la zona genital externa y utilizar abundante agua tibia y un jabón suave con pH neutro (sin perfumes ni colorantes).
- Evitar las duchas vaginales y los desodorantes intimos.
- Bañarse diariamente.
- Cambiar la ropa interior diariamente, y utilizar de preferencia prendas de algodón y que no sean ajustadas o sintéticas.
- Mantener el área íntima limpia y seca.
- No utilizar toallas sanitarias todos los días.
- Dieta balanceada rica en frutas y verduras, y probióticos como el yogur.