El polémico dirigente de la izquierda acusa a la derecha de combatir nuestro sistema político en nombre de la instauración de la dictadura. Sólo trogloditas, hipócritas y logreros políticos, dice, pueden cuestionar la política de pacificación, y charlatanes y mitómanos los que no creen que la lucha guerrillera tiene aún vigencia en el país. El actual gobierno es cachazudo porque a Luis Herrera, cuando era muchacho en Acarigua, unos morrocoyes se le escaparon corriendo…
Proyectado en la actualidad como uno de los más destacados dirigentes de la izquierda venezolana, Teodoro Petkoff, en pocos años ha alcanzado una sólida posición de liderazgo político. Su actuación en la lucha de los años sesenta, cuando la democracia soportó, pero venció la arremetida extremista, le situó entre los más recalcitrantes de los venezolanos, que por ese entonces empuñaron las armas para combatir al sistema. Pacificado, su actitud permanente le lleva junto a otros camaradas de aquella aventura a escapar de la órbita ortodoxa del comunismo criollo y funda el Movimiento Al Socialismo (MAS), un partido que ya figura en tercer lugar dentro del marco de las organizaciones políticas del país, después de AD y Copei.
Formado en el marxismo y para el marxismo, Petkoff hoy día es un brillante y apasionado defensor de un socialismo a la venezolana… Como político es de los que no da tregua al enemigo., Hombre culto, conjuga muy bien sus dotes de conductor y organizador con las del intelectual, aunque sus reflexiones llevadas al análisis en sus libros” Checoslovaquia y el Socialismo” y “Proceso a la Izquierda” le hayan ganado serios enfrentamientos ideológicos con los que integran una izquierda todavía en formación y, por su rápido ascenso como figura dentro del MAS, tropiezos también graves con otros fundadores de ese partido.
Diversos e importantes planteamientos son formulados por Petkoff a lo largo de este trabajo de la Serie “Venezuela y sus líderes”. He aquí gran parte, por razones de espacio, de la interesante charla entre el redactor político de MOMENTO y el fogoso parlamentario masista:
Un NO a la autocracia
Nuestro entrevistado está totalmente de acuerdo en que un régimen políticamente democrático es el único conveniente para Venezuela. Lo contrario, dice, sería un régimen autocrático o dictatorial, y nadie en su sano juicio podría considerar deseable tal alternativa. Ni siquiera la dictadura del proletariado, acota, si es que ese concepto significa algo todavía. Pero aclara que debe entenderse que la democracia no es sino un marco político y no un régimen social.
-Cuando combatimos al capitalismo, explica Petkoff, precisamente en nombre de dar a la democracia una plenitud de la que carece en una sociedad como la nuestra, donde los privilegios sociales, económicos y políticos vacían buena parte del contenido de los postulados teóricos e ideales de la democracia, el pueblo elige, pero no gobierna, sentencia. Gobiernan los sectores económicos-sociales más poderosos, a través y con los grupos políticos que les son afines, en nuestro caso AD y Copei. De seguidas, se pregunta: ¿Qué significado real tiene el ejercicio de la libertad y de la democracia para millones de venezolanos a los cuales el analfabetismo, la incultura general, la enfermedad, la miseria o el trabajo explotado mantienen al margen de toda participación política efectiva?
Luego de indicar que para que la democracia extienda sus beneficios a toda la población, es evidente la necesidad de producir un conjunto de modificaciones en la estructura económico-social a fin de quebrar los privilegios, Petkoff plantea que el país, en todo caso, vive un proceso contradictorio y complejo, con avances y retrocesos, de democratización progresiva, como fruto de una confrontación permanente entre los sectores que aspiran a grados cada vez mayores de democracia y aquellos que aun haciendo suyos, con el tiempo, los valores democráticos, pugnan –y logran muchas veces- condicionar y limitar cada paso de ese proceso.
No combatimos la democracia
Cuando se le pregunta si la democracia es débil por qué tanto la derecha como la izquierda la atacan, Petkoff precisa que es la extrema derecha quien la combate en nombre de la instauración de la dictadura, no los de su ideología (MAS), pero sí a las fuerzas político-sociales que la gobiernan, a las cuales aspiran sustituir en el mundo de la sociedad por vía democrática.
Ahonda en su reflexión indicando que al sistema lo debilitan la injusticia social rampante, que mengua la confianza de una parte de los ciudadanos en un sistema político que da manos libres a los poderosos en claro desmedro de los más humildes e indefensos, y la inadecuación de las instituciones políticas y de la estructura política ilegal respecto de las exigencias sociales de mayor participación.
-También lo debilitan, agrega, el manejo imperfecto de los derechos democráticos y fundamentales, ocasionados por la vigencia de códigos y leyes anacrónicas; la discutible representatividad de los cuerpos deliberantes; la excesiva prominencia de los partidos en el ejercicio de la mediación entre la sociedad y el Estado, lo cual los hace verdaderos usurpadores de la voluntad de aquélla; el excesivo presidencialismo y el objetivismo; la ultra concentración del poder político; la condición más o menos ornamental de los poderes legislativos; el envilecimiento, degradación y mediatización que hace el Ejecutivo del Poder Judicial y la inmoralidad administrativa que corroe los cimientos de la moral pública.
Graves fisuras en AD y Copei
No encuentra diferencias entre la socialdemocracia y la democracia cristiana en la práctica política venezolana. Aduce que en Europa la socialdemocracia, en resumen, se mueve entre el centro y la izquierda y la democracia cristiana lo hace entre el centro y la derecha.
-Pero en fin de cuentas, continúa Petkoff, ni AD es socialdemócrata clásica ni el socialcristianismo es clásico. Son partidos híbridos, muy específicamente latinoamericanos, mezcla de populismo y reformismo, con un inmenso estómago para digerir toda clase de posiciones internas, por muy contrapuestas que a veces puedan parecer.
Más adelante dice apreciar graves fisuras en AD y en Copei, y percibir focos críticos que los hace existencialmente débiles y, por tanto, vulnerables. Por una parte, explica, está su tremendo vacío ideológico y a pesar de su engañoso atildamiento académico, los escritos de Caldera, máximo líder verde, son de una banalidad desesperante.
En relación al partido blanco, el entrevistado es mordaz cuando señala que para medir su abismal indigencia teórica-política, basta con saber que Morales Bello, a quien llama su principal vocero, dado que en AD ya ni pretensiones ideológicas sobreviven, -y excusa a Canache Mata-, si lo sacan del tema códigos y leyes, que cita con una memoria digna de mejor causa, no logra producir ni una sola idea. Dice, asimismo, que, en esas organizaciones, su vida interna se reduce a una rebatiña burocrática por el control del aparato partidista y el más pedestre pragmatismo preside las confrontaciones entre sus distintas corrientes.
-Sólo el colosal aparataje comunicacional de la conciencia colectiva logra disimular este fenómeno, que está en la raíz de la inevitable decadencia de esos partidos, asegura…
Sinceración, no pacificación
Legalizar a grupos o personas que han abandonado la lucha armada y desde hace tiempo actúan en el terreno de las luchas democráticas y de masas, hace opinar a Petkoff en favor de tal medida y la califica de realismo político, a la cual sólo trogloditas, hipócritas y logreros políticos pueden cuestionar y, respecto a lo que el actual gobierno está haciendo en materia de “pacificación”, señala que ha sido innecesario, tímido y lento, reconociéndole a Caldera más audacia en tal sentido que el presidente Herrera.
En cuanto a que, si él estima que la lucha guerrillera tiene aún vigencia en el país, ofrece esta contundente respuesta:
-Salvo en el caso de charlatanes y mitómanos, hay algunas gentes en Venezuela que honestamente creen que sí tiene vigencia la lucha guerrillera y, sin embargo, no logran articular ningún movimiento guerrillero digno de ese nombre. Parece obvio, pues, que la masa no está para esos bollos.
Un gobierno “cachazudo”
Se le solicita un enfoque real del gobierno del presidente Herrera. Petkoff responde señalando que más allá de definiciones, esas que llaman “serias”, él prefiere hacer suyo el enfoque que hoy tienen los venezolanos y que está bien expresado en un cuento muy bueno, no sólo como humor político sino como humor puro y simple, que asegura que cuando Luis Herrera estaba muchacho, allá en Acarigua, su mamá lo envía a buscar unos morrocoyes y no los pudo coger porque se le fueron corriendo… la verdad, -agrega más formal- es que éste es un gobierno “cachazudo”. Hay quienes aseguran que es una táctica, pero por lo prolongado ya parece estarse volviendo estrategia.
La solución al Socialismo
Así lo plantea Petkoff ante nuestra interrogante de si realmente la izquierda es alternativa de poder en Venezuela. Y al hablar de la importancia de las elecciones municipales y el papel realizado en ellas por la izquierda, explica que es el comienzo de un laborioso proceso de rescate popular de los Concejos de revalorización y de renovación de la geografía política municipal nacional. Está igualmente seguro de que la izquierda entrará de modo significativo en los cabildos y eso será, en el desarrollo de una estrategia de lucha por los poderes, en el largo camino de la conquista del poder, el más importante de los pasos que la izquierda haya dado hasta el presente.
NOTA: Durante un año, en 1980, siendo redactor político y corresponsal viajero de la revista MOMENTO, realicé una serie de entrevistas con las figuras principales de la política nacional; de ese entonces; una sección que rápidamente cobró singular importancia, que la llamé “Venezuela y sus Líderes”. En la edición del 11 al 17 de abril de 1980, Número 1.194, publiqué el trabajo realizado a nuestro amigo Teodoro Petkoff. Exquisito entrevistado, preciso, por lo demás inteligente y claro observador de los acontecimientos de Venezuela y el mundo de esos tiempos. Fue todo un adelantado, un visionario. Nadie como él en la historia política nacional y latinoamericana. Escritor, analista, periodista, en suma, Teodoro Petkoff está sembrado en la conciencia, en el alma de Venezuela, país que tanto amó, tanto defendió y para el cual tanto soñó y luchó por hacerla grande, libre y soberana. Publicar de nuevo este trabajo, escrito hace ya 45 años para mí es un alto honor y homenaje que le rindo al único venezolano que logró enfrentar al oso ruso, aposentado y tembloroso en el Kremlin, con el terrible armamento contenido en su libro-denuncia: “Checoslovaquia: el socialismo como problema”.
AngelCiroGuerrero