Los últimos supervivientes del Holocausto en Austria recibirán este año un pago compensatorio adicional de unos 5.000 euros, decidió este miércoles 20 de septiembre el gobierno conservador-ecologista austríaco.
Además, otras 350 personas residentes en el extranjero y también supervivientes austríacos del Holocausto recibirán ayudas en caso de indigencia, procedente un fondo especial de asistencia, que será aumentado de 1,5 a 3 millones de euros.
«Este apoyo es esencial», subrayó el ministro de Asuntos Sociales, Johannes Rauch, en una rueda de prensa en Viena, en referencia a esas ayudas de entre 4.000 y 6.000 euros por persona.
El ministro de Finanzas austríaco, Magnus Brunner, agregó que su ejecutivo es «muy consciente de su responsabilidad financiera» frente a las víctimas del nazismo.
Austria fue anexionada en marzo de 1938 por la Alemania nazi, que fue acogida con entusiasmo por una importante parte de la población local, que luego participó activamente en la deportación y el asesinato de los judíos austríacos y europeos.
De los estimados 200.000 judíos que vivían en Austria hasta la Segunda Guerra Mundial, en su mayoría en Viena, unos 130.000 lograron escaparse a tiempo, unos pocos miles sobrevivieron escondidos en el país, mientras que unos 65.000 fueron asesinados por los nazis.
Hoy quedan unos pocos cientos de supervivientes del Holocausto en Austria, cuyo gobierno trata de sostener y apoyar a la comunidad judía local, a la que pertenecen unas 10.000 personas.
El presidente de la comunidad judía de Viena, Oskar Deutsch, destacó la importancia de las ayudas aprobadas hoy, que calificó como «otro avance importante en el camino de la sinceridad de Austria a la hora de hacer frente a su responsabilidad histórica».
El Parlamento austríaco tiene previsto adoptar en las próximas semana un proyecto de ley de Patrimonio Cultural para preservar la vida judía en el país, para lo que el Estado aumentará sus ayudas para la comunidad judía de 4 a 7 millones de euros anuales.
Rauch dijo que espera una amplia aprobación en la Cámara, pues «la lucha contra el antisemitismo no debe quedarse en palabrería».