El director creativo de Lilium, Frank Stephenson, ha pronosticado este viernes que en 2025 será posible ir a comer en aerotaxi a trescientos kilómetros en una hora y será más barato que los actuales desplazamientos de Uber.
El Palacio de Exposiciones y Congresos de A Coruña (Palexco), en el norte de España, acoge desde este jueves la cumbre tecnológica Ecosystems 2030, en la que participan 53 ejecutivos de corporaciones en el ámbito tecnológico y más de 80 invitados de más de una veintena de países.
Frank Stephenson participa como experto tras una dilatada experiencia de treinta años en el diseño de coches, en los que ha trabajado para Ferrari y ha sido director de diseño en McLaren, dos marcas punteras en Fórmula 1.
«Ahora estoy trabajando en la nueva movilidad, unos aerotaxis que no parecen ni un avión ni un carro. Es el nuevo taxi del futuro aéreo. Si queremos ir a comer hoy desde La Coruña a San Sebastián, lo podemos hacer tranquilamente llamándolo por una aplicación y a un coste que es menos que lo que nos costaría un Uber».
Estos transportes tienen «más seguridad que un avión comercial» y «a una velocidad de trescientos kilómetros por hora».
«Si quieres vivir fuera de la ciudad, que es más barato y con campo para los niños, puedes viajar hasta la ciudad incluso viviendo a trescientos kilómetros», ha proseguido.
Stephenson ha asegurado que esta tecnología funcionará en 2025, con aerotaxis de entre cuatro y siete plazas, cómodos, con un coste muy bajo, sin atascos y sin tráfico y sin piloto, «aunque al principio tendrán una persona para tranquilizar a los pasajeros de mi generación», ha bromeado.
«Ya estamos volando, pero no lo hemos comunicado. Es un proceso que se va desarrollando y necesita tiempo. Llevamos ya cinco años de desarrollo. Lo más importante es la seguridad. No requieren infraestructuras, no hay que construir carreteras. Solo necesita un círculo de despegue y uno de aterrizaje», ha detallado.
Los aerotaxis son eléctricos, funcionan con batería, y son silenciosos, pero el futuro va hacia el hidrógeno y a la energía nuclear, que será lo más eficiente en el futuro.
Para el diseño se basa en la naturaleza y en lo que funciona en esta, en concreto en los peces, que son los animales más aerodinámicos porque tienen que desplazarse en el agua, un fluido más denso que el aire.
Por eso Stephenson anticipa que sus diseños actuales son «muy elegantes» y traza un aerotaxi con «cabeza de tiburón martillo, porque necesita alas en la parte delantera, y cuerpo de mantarraya», que en las pruebas funciona bien, concluye.