demasiado fácil y rica. Así es la salsa de queso cheddar fundido para sumergir crocantes nachos o doradas papas fritas. La salsa cheddar se hace en 5 minutos y tiene dos ingredientes, por lo que es ridículamente sencilla, aunque tiene sus secretos para que quede el sabor justo y la textura perfecta. Por supuesto, si querés solo sentir el sabor del cheddar podes poner las papas al horno con unas fetas o queso cheddar rallado por encima y vas a tener un plato de papas con cheddar, pero con esta receta, lo bueno y lo práctico es que la salsa se sirve aparte, en un bol, lista para dippear y que cada comensal regule la cantidad de queso que va a ponerle a su papa o a su nacho. También esta salsa vale para untar panes de hamburguesa, para comer con galletitas o grisines, para bastones de verduras frescas como zanahorias o apio, o cocidas, como broccoli o hasta un plato de pastas.
Ingredientes
- Queso cheddar, 100 gramos
- Crema de leche, 500 gramos
- Panceta, 50 gramos (opcional)
- Cebolla de verdeo, 50 gramos (opcional)
- Almidón de maíz, 1 cucharada
Preparación
- Cortar el queso cheddar en cubos chicos (o en tiras, si es fundido) y reservar.
- Poner la crema de leche en una cacerola pequeña y llevar al fuego. Cuando rompa el hervor agregrarle el queso y bajar a fuego mínimo.
- Revolver continuamente y agregar el almidón de maíz (maicena). Si se va a incorporar panceta y/o verdeo, este es el momento de agregarlos a la mezcla, previamente cortados.
- Revolver hasta lograr una consistencia cremosa, en la que solo sobresalen la panceta y la cebolla (pero sin grumos).
- Retirar del fuego, poner en un bol y servir caliente como acompañamiento de un plato de nachos, papas o vegeles.
Tip
La salsa cheddar se puede servir junto con otras salsas para variar la oferta de sabores con que se acompañan los nachos o las papas: generalemente se sirve un guacamole de palta, tomate y cebolla, o una salsa picante de tomates y pimientos.