El salario mínimo en Venezuela alcanzó este martes el equivalente a medio dólar mensual, manteniendo su valor en 130 bolívares desde marzo de 2022. Aunque el monto se complementa con bonos gubernamentales de hasta 160 dólares —sin incidencia en los beneficios laborales—, un economista consultado por EFE analizó las razones estructurales que impiden su aumento.
El experto, quien prefirió mantener el anonimato, señaló que el problema central no es qué hacer con un salario tan bajo, sino la incapacidad intrínseca de la economía para sostener una mejora salarial significativa.
“Por su propia inercia, la economía venezolana no puede soportar salarios altos porque su productividad es baja y sus costos operativos son altos”, explicó el experto.
El salario mínimo actual de USD 0,50, que sí se utiliza para calcular beneficios como utilidades y liquidaciones, es «prácticamente imposible» para la subsistencia de los venezolanos, quienes dependen de bonos, remesas y otras ayudas.
El economista indicó que subir el salario mínimo es «inviable» por dos factores:
- El Volumen de la Nómina Pública: La nómina a cargo del Gobierno (empleados públicos y pensionados) asciende a alrededor de 10 millones de personas.
- Los Ingresos Estatales: El ingreso total por exportación petrolera y recaudación tributaria es insuficiente para cubrir un aumento significativo.
El experto fue enfático al cuantificar el impacto: aumentar el salario a 250 dólares, por ejemplo, para todas esas personas, “excedería con creces la totalidad de los ingresos por exportación petrolera y recaudación tributaria” de Venezuela.
“No hay suficientes recursos estatales pare elevar el salario mínimo a esas magnitudes”, sentenció.
No obstante, el economista matizó que, dado que los ingresos estatales son mayores que en años anteriores, sí sería posible un ajuste sobre los niveles actuales, aunque no a las cifras requeridas para una vida digna.


