La tapefobia es uno de los temores más comunes y escalofriantes. Continúa leyendo y descubre si padeces de esta fobia.
Se trata del miedo a ser enterrado vivo tras un diagnóstico de deceso erróneo, debido normalmente a un trastorno repentino de inmovilidad y cese aparente de las funciones vitales que puede postergarse durante días (catalepsia).
Esta fobia, recurrente en la literatura de terror, no es de las más irracionales e infundadas; surge a raíz de una serie de casos de enterramiento accidental previos a la llegada de la medicina moderna, que llevó incluso a idear féretros de seguridad que proporcionaran una vía de escape al desafortunado resurrecto.
Enterrados vivos
Antes de la llegada de la medicina moderna este miedo no era completamente irracional. A lo largo de la historia ha habido numerosos casos de personas que han sido accidentalmente enterradas vivas.
En el siglo XVIII hubo un desarrollo de las técnicas de desfibrilación y respiración artificial que permitían “revivir” a personas aparentemente muertas, la Royal Humane Society formó parte de la Society for the Recovery of Persons Apparently Dead.
En 1896 un director de una funeraria americana, T.M. Montgomery, demostró que «aproximadamente el 2% de los cadáveres exhumados sin duda eran víctimas de una animación suspendida».
Hay muchas leyendas urbanas acerca de personas que han sido accidentalmente enterradas vivas. Usualmente las leyendas hablan sobre alguien que permanece durante años en un estado de coma y cuando despierta se encuentra enterrado vivo.
Otras leyendas afirman que se han abierto ataúdes en los que han encontrado cadáveres con una larga barba o con las manos alzadas y las palmas hacia arriba (intentando escapar).
Algunos casos célebres de tapefobia
Se dice que Lee Ann Hill, Carter, la fallecida esposa de Enrique Lee III, fue enterrada prematuramente.
En su lecho de muerte, George Washington obligó a sus allegados que se comprometieran a no enterrarlo hasta pasados tres días. También Frédéric Chopin tenía pánico a hipotéticamente poder resucitar en su tumba. En los últimos días de su vida, escribió con mano temblorosa: «Si esta tos acaba asfixiándome os suplico abráis mi cuerpo para que no sea enterrado vivo». Aunque su cuerpo permanece en París, se obedeció la última voluntad del músico, extrayendo su corazón y depositándolo en la Iglesia de la Santa Cruz de Varsovia.
Los avances médicos con los que contamos hoy día hacen del todo imposible que esto vuelva a suceder; no obstante, muchas personas se inclinan por la incineración precisamente por el temor a despertar en el interior del ataúd y no hallar forma de rehuir una muere inminente.
¿Cuánto tiempo puedes vivir enterrado?
Aunque altamente improbable, lo cierto es que existen motivos para sentirse aterrado ante la perspectiva de sufrir un enterramiento prematuro. Las probabilidades de supervivencia son aún menores de lo que solemos creer, ya que la muerte nos sobrevendría antes de agotar el oxígeno contenido en el ataúd, lo que ocurriría en un tiempo estimado de 5 horas.
El dióxido de carbono exhalado al ambiente durante el propio acto de respirar acabaría por intoxicarnos mucho antes, si bien es cierto que para entonces, la falta de oxígeno ya nos habría hecho perder el conocimiento y entrar en un estado comatoso que, afortunadamente, nos libraría de la sensación de asfixia.