El economista Andréi Beloúsov, el nuevo ministro de Defensa ruso, es el encargado de gestionar la guerra con Ucrania, no desde el punto de vista militar, sino como administrador del tercer presupuesto militar del planeta, lleno de agujeros debido a la corrupción del generalato ruso.
«La tarea clave sigue siendo, sin lugar a dudas, lograr la victoria, garantizar el logro de los objetivos político-militares de la operación militar especial establecidos por el presidente. Por cierto, y quiero insistir especialmente en ello, con el mínimo número de bajas», dijo Beloúsov durante su intervención ante el Senado, que dio luz verde a su nombramiento.
El ministro, que en los últimos años coordinó la fabricación de drones como número dos del Gobierno, no hizo referencia alguna a la situación en el campo de batalla, prerrogativa del Estado Mayor.
A falta del decreto presidencial, el Kremlin adelantó inmediatamente que Beloúsov acompañará este jueves al líder ruso, Vladímir Putin, en su viaje a China, el principal aliado de Moscú.
Su nombramiento coincidió con la visita a Kiev del secretario de Estado de EEUU, Antony Blinken, quien adelantó que parte de la prometida ayuda militar ya ha llegado a Ucrania.
El tercer presupuesto militar del mundo
Beloúsov, de 65 años, aseguró que Putin le encargó garantizar «la plena integración» de los recursos de las Fuerzas Armadas en la economía nacional, ya que la industria militar se ha convertido en la locomotora del desarrollo del país.
«Todo teniendo en cuenta el incremento de los gastos en defensa que superan ya el 6,7 % del Producto Interior Bruto», añadió.
El nuevo ministro, al que la oferta de Putin cogió totalmente desprevenido, según la prensa local, reconoció que la tarea no será fácil, ya que la parte de Defensa es más de un tercio del presupuesto estatal para 2024 (unos 110.000 millones de dólares).
Beloúsov, que sustituye a Serguéi Shoigú, depuesto el domingo tras doce años en el cargo, subrayó que la prioridad será suministrar armas, municiones, drones y equipos de lucha radioelectrónica de nueva generación a las unidades que combaten actualmente en Ucrania.
El candidato consideró fundamental introducir las nuevas tecnologías en el Ejército, en lo que, subrayó, Rusia «debe anticiparse al enemigo».
Beloúsov también aludió a la importancia de proceder a completar las Fuerzas Armadas, aunque descartó una movilización como la que provocó el éxodo masivo de cientos de miles de personas en septiembre de 2022.
Las purgas continúan
Mientras, las purgas continúan entre los miembros de la plana mayor del Ejército y del Ministerio de Defensa salpicados por la corrupción.
El Comité de Instrucción detuvo el martes al teniente general Yuri Kuznetsov, jefe de la dirección de personal del Ministerio de Defensa, acusado de aceptar sobornos de gran cuantía y en cuya vivienda se requisó dinero por valor de 100 millones de rublos (más de un millón de dólares).
Según la investigación, entre 2021 y 2023 Kuznetsov «recibió sobornos de parte de representantes de entidades comerciales para que tomara decisiones a su favor», un delito que se castiga con hasta 15 años de prisión.
Este caso se suma al escándalo que estalló a finales de abril con la detención en su despacho del estrecho colaborador de Shoigú, el viceministro Timur Ivanov, acusado de recibir entre 2018 y 2023 sobornos por más de 10 millones de dólares.
Precisamente, en respuesta a la pregunta de un senador, Beloúsov admitió este martes la necesidad de controlar tanto los gastos como los precios a la hora de gestionar los contratos de Defensa.
«Uno se puede equivocar, mentir nunca», aseguró.
Los halcones tendrán que esperar
Si Shoigú tenía no pocos enemigos, el nombramiento de Beloúsov tampoco ha satisfecho a todos, especialmente a los halcones partidarios de la desaparición de Ucrania, que esperaban que uno de sus hombres ocupara el puesto.
Uno de esos candidatos era Alexéi Diumin, actual gobernador de la región de Tula, hogar de numerosas fábricas de armamento, que contaba con el respaldo del director de la Guardia Nacional, Víctor Zólotov.
Diumin, antiguo jefe de la seguridad presidencial, se tuvo que conformar con el puesto de asesor de Putin para la industria militar.
También perdió cuotas de poder el considerado mentor de Putin, Nikolái Pátrushev, que asesorará al presidente en materia de construcción naval, cuando hasta ahora encabezaba el Consejo de Seguridad de Rusia.
Su único consuelo es el ascenso de su hijo, Dmitri, del cargo de ministro de Agricultura al de viceprimer ministro, lo que le coloca en la parrilla de salida para sustituir a Putin, según algunos analistas.
Notiespartano/EFE