El Ministerio de Defensa de Rusia reconoció hoy que ha tenido que impedir nuevos intentos de avance de las tropas ucranianas en la región fronteriza de Kursk, escenario de combates desde el martes.
«Se han rechazado los intentos de algunas unidades (ucranianas) de adentrarse profundamente en territorio (ruso) en el sector de Kursk», señala el comunicado castrense.
Moscú subraya que las unidades de la agrupación Séver (Norte) y la guardia fronteriza del Servicio Federal de Seguridad (FSB) continúan «aplastando» a las fuerzas enemigas en los distritos de Sudzha y Kórenevo.
Además, la aviación rusa martillea los lugares de concentración de los refuerzos del ejército ucraniano en la vecina región de Sumi, desde donde habrían penetrado en territorio ruso.
Como resultado, según Defensa, Kiev habría sufrido ya desde el comienzo de la incursión fronteriza hasta 660 bajas, a lo que hay que sumar la destrucción de ocho tanques y más de 70 blindados y otros vehículos militares.
«Continúa la operación para la destrucción de los destacamentos del Ejército ucraniano», señaló.
Por su parte, los blogueros militares insisten en que el enemigo se ha hecho con el control de un puesto fronterizo, donde tomaron prisioneros a varios soldados rusos, y sigue avanzando hacia varias localidades de la zona.
También tomó el gasómetro de Sudzha, el tanque que mide el flujo de gas que circula por territorio ucraniano con destino a los clientes europeos, aunque el consorcio Gazprom informó que sigue bombeando ese carburante a través de Ucrania.
El gobernador en funciones, Alexéi Smirnov, decretó el miércoles el estado de emergencia en la región para «paliar las consecuencias de la incursión de las fuerzas enemigas».
A consecuencia de los ataques, que no han sido reivindicados oficialmente por Kiev, han muerto cinco civiles y otros 31 resultaron heridos, según los últimos datos del Ministerio de Sanidad de Rusia.
El jefe del Estado Mayor de las Fuerzas Armadas de Rusia, Valeri Guerásimov, cifró este miércoles en un millar los hombres que participaron en la incursión, cuyo objetivo sería el distrito de Sudzha, avance que -dijo- «ha sido detenido».
«La operación concluirá con la derrota aplastante del enemigo», prometió el jefe militar en una reunión con el presidente ruso, Vladímir Putin, quien «calificó de provocación a gran escala» la mayor incursión ucraniana en territorio ruso desde el comienzo de la guerra.
El anterior intento de incursión de las fuerzas ucranianas en la región de Kursk tuvo lugar en marzo pasado, cuando, según el FSB, fueron abatidos más de 100 soldados enemigos y destruidos seis tanques.
En el pasado estas incursiones fueron siempre reivindicadas por grupos armados integrados por voluntarios rusos leales a las autoridades de Kiev, algo que no ha ocurrido en esta ocasión.
Notiespartano/efe