Como un ciclón que llega sin anunciar, Taylor Swift ha irrumpido por sorpresa en los Europe Music Awards (EMA) 2022 para sacudir una gala inicialmente de perfil bajo y llevarse 4 de los 6 premios a los que aspiraba en contraste con Rosalía, la gran damnificada por este temporal inesperado.
Ante una lista de invitados plagada de artistas emergentes y mediáticamente poco rutilantes salvo contadas excepciones como la de Muse, en los mentideros de la edición número 29 celebrada hoy en el PSD Dome Bank de Düsseldorf (Alemania) llamaba la atención que ninguno de los principales nominados confirmase su asistencia.
Entre ellos estaban el fenómeno Harry Styles (aspirante en siete categorías, de las que finalmente solo ha materializado las de «mejor directo» y «mejor artista británico») o la estadounidense Nicki Minaj (quien se ha hecho con dos de cinco, «mejor canción» por «Super Freaky Girl» y «mejor artista hip hop»).
En esa lista de grandes candidatos también figuraba la citada Rosalía, candidata a cinco EMAs. La suya parecía de partida la presencia más razonable, dado que la catalana ya participó hace solo una semana en una ceremonia similar en Madrid, la de Los40 Music Awards, donde se alzó con tres galardones.
Desde Las Vegas, quizás advertida de que esta vez no correría la misma suerte, no ha acudido a una ceremonia que ha visto volar a otras manos los premios a «mejor artista», «mejor artista latino» (en favor de la brasileña Anitta), «mejor canción» (por «Despechá»), «mejor artista española» (que ha sido para Bad Gyal) y «mejor vídeo largo» para su ya icónico directo en Tik Tok con «Motomami».
Por contra, ha sido la autora de «Anti-hero», gran amante de las sorpresas, la que ha dado un golpe en la mesa con su visita inesperada a esta ciudad situada a orillas del Rin, a la que ha llegado en avión privado unas horas antes del inicio de la gala y cuando se cumplen diez años de su última incursión en los EMAs.
Swift, que ha hecho suyos los galardones a «mejor artista», «mejor artista pop», «mejor vídeo» y «mejor vídeo de larga duración», ambos por su versión de más 10 minutos del tema «All Too Well», ha agradecido especialmente el apoyo de sus seguidores su apoyo y ha mostrado su «respeto» a todos sus compañeros nominados.
LA GUERRA EN UCRANIA LLEGA A LOS EMA
Como ella, muchos participantes en la ceremonia han tenido también recompensa, véase su presentadora, Rita Ora («mejor look»), o David Guetta, que se ha alzado como «mejor artista de electrónica» y con la «mejor colaboración» por «I’m Good (Blue)» junto a Bebe Rexha frente a rivales como Shakira y Rauw Alejandro por «Te felicito» o como Bad Bunny y Chencho Corleone por «Me Porto Bonito».
Mientras que el ámbito latino se ha quedado así con la exigua representación del premio a Anitta, Corea del Sur ha tenido más que decir en una gala que ha celebrado a BTS («mejores fans»), Blackpink («mejor actuación en el metaverso»), Seventeen (los dos galardones a figuras emergentes «revelación» y «mejor artista Push» para esta «boyband» conformada por ¡17 miembros!) y Lisa («mejor artista de K-Pop»).
En el palmarés aún ha habido aún espacio para Chlöe («mejor artista R&B») o para Sam Smith por «Unholy» al «mejor vídeo con un mensaje positivo».
Además se ha rendido tributo a la labor humanitaria de tres ucranianas que luchan día a día para ayudar a los refugiados damnificados por la crisis humanitaria que asola su país en la guerra con Rusia, un conflicto que ha estado doblemente presente por la actuación de la banda Kalush Orchestra, ganadores de Eurovisión 2022, que esta vez no ha lanzado ningún mensaje político.
ACTUACIONES POCO MEMORABLES.
Guetta y Rexha han sido los responsables de abrir con «I’m Good (Blue)» una ceremonia que sin respiro ha brincado a la actuación incendiaria de Muse con «Will of the people», su proclama a favor de la voluntad popular arropada aquí por una legión de enmascarados inspirados en la estética de la serie «El juego del calamar» frente a una cabeza gigantesca que hacía las veces de Gran Hermano.
Más allá de ese arranque, al enorme desembolso en medios que conlleva siempre esta producción no le ha acompañado una inversión similar en ideas escenográficas en una gala que al menos ha tenido el morbo de dar las riendas de la gala a la química natural de la pareja sentimental conformada por Rita Ora y el actor y director Taika Waititi.
Y es que en la búsqueda de postales inéditas, no ha sido esta una edición especialmente memorable. Así, Ava Max ha brindado con «Million Dollar Baby» el número más pop y multitudinario con una veintena de bailarines sobre el escenario, una propuesta solvente pero que recordaba demasiado a otras vistas en el pasado (véase Saweetie en 2021).
Del resto, quizás solo valga la pena rescatar la cama engendradora de bailarines de Gayle con «ABCDEFu», la serenidad del bosque de luciérnagas naranjas de Stormzy y Debbie con «Fire Babe» o, por forzada, la intervención en un mensaje grabado de Tom Cruise para publicitar más que para presentar la canción que OneRepubic puso a la secuela de «Top Gun».