Miles de refugiados rohinyás realizaron el jueves, manifestaciones para conmemorar el «Día del Recuerdo del Genocidio», en una enorme red de campamentos en Bangladesh, cinco años después de huir de una ofensiva militar en Birmania.
En agosto de 2017, unos 750.000 miembros de esta minoría, mayoritariamente musulmana, cruzó la frontera de Birmania, predominantemente budista, para huir del ataque, que actualmente está siendo analizado como genocidio en la principal corte de la ONU. Actualmente en Bangladés hay un millón de rohinyás, la mitad de ellos menores de 18 años, viviendo en campamentos cuyas calles de barro se convierten en ríos de aguas residuales durante las lluvias monzónicas.
«Hoy es el día en que miles de rohinyás fueron asesinados», declaró el joven dirigente Maung Sawyedollah con lágrimas en los ojos durante una manifestación en Kutupalong, el asentamiento de refugiados más grande del mundo. «Hace cinco años en esta fecha, casi un millón de rohinyás fueron desplazados. En esta fecha de 2017 más de 300 aldeas nuestras fueron incendiadas», destacó.
«Regreso seguro y digno de nuestra tierra»
«Todo lo que queremos es un regreso seguro y digno a nuestra tierra», acotó Sayed Ullah, otro dirigente comunitario. Otros manifestantes recordaron el horror de la ofensiva birmana, que el gobierno califica como una respuesta legítima a los ataques de militantes. «Primero quemaron nuestra casa. Mi madre se escondía en la casa y la sacaron arrastrada. Primero le cortaron las manos y luego la garganta», recordó Sufia Khatun, de 42 años.
Varios intentos de repatriación han fracasado porque los rohinyás se niegan a volver sin garantías de seguridad y derechos en Birmania, donde muchos los ven como extranjeros. Además, denuncian que se ha deteriorado la situación de seguridad en los campamentos, rodeados de alambres de púas, y sus condiciones sanitarias.
Con motivo del quinto aniversario del inicio del exilio, las embajadas de varios países con representación en Dacca publicaron hoy una declaración conjunta reclamando el fin de la «cultura de la impunidad» en Birmania y agradeciendo a Bangladés «por continuar acogiendo a los refugiados rohinyás».
Notiespartano/DW.com