Pocas son las ocasiones en que los estudiosos de la situación política nacional coinciden. Sus análisis son, claro está, reflejos de lo que cada uno piensa y las diferencias, por supuesto, apuntan hacia objetivos muy precisos pero vistos desde distintos ángulos. Lo cual resulta interesante pues, así, el lector conoce todos los intersticios del acontecimiento. Pero al describir y profundizar sobre los resultados del 22 de octubre, la coincidencia es del todo extraordinarias.
Esa otra verdad del éxito que rodeó la jornada, sin precedentes hasta ahora en el país, demuestra que la fuerza ciudadana cuando se une, es sinónimo de victoria y, sin duda alguna, deja perfectamente entendido que frente a cualquier hecho cumplido no hay razones para desconocerlo. Y eso es lo que está ocurriendo.
Están resollando por la herida tanto Maduro y Cilia, como Diosdado y el psiquiatra, sin lugar a dudas. Eso es, en síntesis, lo que los analistas afirman. A los cuatro el desespero los llevó a restarle toda clase de méritos al triunfo con el cual la oposición realmente democrática demostró al mundo entero su inquebrantable decisión de ser libres, y de no querer al régimen que los subyuga desde hace casi dos décadas y media.
Los cuatro salieron a trata de demoler lo que es ya una muralla indestructible y, desde luego, el fiscal y pocos voceros del oficialismo, rodilla en tierra, se anotaron en la lista de los ciegos y sordos ante el clamor de la calle, para tratar de cortar con hojilla, de paso bien mohosa, lo que está rodeado de gruesa capa de hierro: la victoria de María Corina Machado. Decir lo contrario es querer tapar la luz del sol con un dedo.
La opinión pública, por su parte, se rio a carcajadas al escucharlos hablar de fraude. Precisamente a quienes, en materia electoral son más que triple expertos ya de fama mundial; como igualmente lo son en quebrar a un país y sumirlo en la pobreza, sin olvidar que en su desgobierno se desató la corrupción, que tiene a un tal Tareck el Aissami al frente que, como se dice, presuntamente está quizás gozando de un millonario exilio en Siria.
Apuntan los expertos que el proceso de primarias se realizó tal cual el reglamento de la CNDP lo señalaba. Fue un acto de los ciudadanos. No incumplió ley alguna. El CNE, buscando intervenir, a última hora intentó, bajo demoledoras e interesadas condiciones que Miraflores le dictó al contralor, se ofreció a ayudar, después de semanas sin responder a la solicitud que se le formulara.
Cuando los cuatro del patíbulo vieron que el proceso lo organizó la sociedad civil, con el irrestricto apoyo de las comunidades en barriadas, urbanizaciones en todas las ciudades y pueblos de Venezuela, se dedicaron a torpedear de las mil maneras posibles. El domingo 22, al ver las largas colas de gente ante los centros de votación, se espantaron y, cuando se dieron los resultados, temblando de miedo, desataron su rabia ordenando seguirle juicios a José Ignacio Casal, a Mildred Camero, Roberto Abdul; presidente, vicepresidenta y miembro principal. de la Comisión Nacional de Primarias. Asimismo, a los presidentes regionales de la Comisión Nacional de Primarias
Los constitucionalistas, de inmediato, respondieron y, con argumentos irrebatibles fueron, minando, una a una, las alocadas decisiones del oficialismo, por írritas, por ilegales, que vienen siendo lo mismo pero, en el fondo, todas abusivas, torpes, totalitarias, vengativas y señal de haberlos golpeados como nunca antes con una fuerza moral de casi dos millones quinientas mil ciudadanos que les impactó de tal manera que se volvieron locos del verdadero y soberano mazazo recibido, que les cerró, desde ya, sus pretensiones continuistas.
Pancada de ahogado fue, en síntesis, lo que resultó la reacción oficialista ante la conquista alcanzada, en esta primera fase, por la determinante mayoría que, vía el voto, le advirtió que alcanzará también la victoria, con María Corina Machado portando la bandera en las elecciones presidenciales del 2024.
Resollando, pues, por la herida, que se le abrió en plena yugular, el régimen definitivamente acorralado y sin que nadie lo ayude, se queda solo porque, se sabe, la militancia los está abandonando, muy molesta de haber sido utilizada apenas como un tramo de escalera para que la claque gobernante subiese al poder.
Los pueblos y gobiernos libres de la tierra aplauden el coraje de los venezolanos demostrado al elegir su candidata presidencial en una primaria ejemplar y se preguntan si la democracia interna, que el chavismo dice respetar, permitirá otro tanto en sus filas.
Pero sin imponer al actual que, dicen por ahí, no le quieren por haber gobernado mal, muy mal y, lo peor, dejar que la revolución fracasara y se haya convertido hoy en una simple entelequia.
Pretender demeritar, empleando toda clase de improperios, al proceso de Primaria no causó sorpresa alguna. Los venezolanos están acostumbrados a que el régimen reaccione sin educación, a punta de ofensas, falsas acusaciones, represión, persecución, tortura y cárcel. Pero también saben, que unidos, son invencibles.
Fue así como se decidieron, de una vez por todas, a recobrar la libertad y la democracia y, junto a los hijos que están regados por el mundo, a los cuales María Corina Machado traerá de vuelta, para que vivan felices con sus familiares en la nueva casa que desde el domingo 22 de octubre empezó a construir, y que se llama “Tierra de Gracia”.
En eso también coinciden los analistas.
ÁngelCiroGuerrero