Las Joyas de la Coronación, uno de los tesoros más valiosos de la República Checa y símbolo de la nación, se exponen al público desde este lunes, y hasta el sábado, por primera vez en cinco años en la catedral de San Vito de Praga.
Con el surgimiento de la república en 1918 nació también esta tradición de mostrar al público las joyas, aunque sólo se han exhibido públicamente en quince ocasiones desde entonces.
Esta nueva exposición se debe a la celebración del 30 aniversario de la proclamación de la República Checa, escindida de Checoslovaquia en un proceso pacífico el 1 de enero de 1993.
Esta semana se exhibirán al público las joyas de la coronación checa en la Catedral de San Vito, donde se expusieron por última vez en 1955.
Las joyas comprenden la corona de San Venceslao, el cetro real y el orbe real. Son el mayor tesoro del país. https://t.co/ebpXESFV3r pic.twitter.com/iXgr1Wu2oP
— Radio Praga Internacional (@RadioPragaES) January 16, 2023
Este tesoro está custodiado, desde el siglo XIX, en la torre de la catedral que se encuentra en la nave transversal del templo gótico.
Tras leerse un acta del papa Clemente VI, que con palabras intimidatorias disuade, bajo pena de excomunión o expulsión del reino, del robo de las joyas, siete personalidades checas fueron abriendo los siete cerrojos de la puerta que da acceso al tesoro.
Los titulares de las lleves son el jefe del Estado, el alcalde de Praga, el primer ministro, el arzobispo, el jefe del Senado, la jefa de la Asamblea de diputados y el preboste del capítulo de la catedral.
«No se puede delegar este derecho (de abrir el cerrojo)», aseguró a la cadena pública CT24 la historiadora Eva Dolezalova, de la Academia de Ciencias.
Tras interpretar el coro del catedral el popular himno de San Venceslao, los siete titulares de las llaves firmaron el acta de que las joyas, que nunca han sido restauradas, se encuentran intactas y en buen estado.
Entre ellas destaca la corona de San Venceslao, forjada a mediados del siglo XIV por orden del emperador Carlos IV (1346-1378), y que la leyenda asegura contiene una reliquia de la corona de espinas de Cristo.
Luego están el cetro -insignia de dignidad- y la manzana -símbolo de la Cristiandad-, ambos encargados por el rey Fernando I de Bohemia (1526-1564), nacido en Alcalá de Henares (España) y hermano del emperador Carlos V.
Completa el tesoro la espada de San Venceslao, la pieza más antigua ya que fue usada por el santo, patrón del país (924-935).