III y Última Parte En las islas de Margarita y Coche botamos el agua al mar
Un acueducto es eficiente tanto por lo que produce y no tener pérdida y si la tiene, esta no debe pasar más allá del 2%
Uno de las mayores complicaciones que presenta el Sistema Hídrico de las islas de Margarita y Coche, y seguro en gran parte o toda Venezuela, no son los puntos de captación y producción de agua potable sino la red de distribución y suministro.
El problema fundamental es que no existe la capacidad de como transportar esas aguas que han sido almacenadas, posteriormente tratadas, potabilizadas, listas para el consumo humano, sin que se viertan al mar, en más del 70%, y no alcanza a llegar a las viviendas del consumidor final, donde residen los habitantes de las ciudades y de los pueblos y menos pensar en los caseríos ubicados en las zonas rurales de la región insular o del país.
Un Acueducto o el Sistema Hídrico del estado Nueva Esparta, conformado por las islas de Margarita, Coche y Cubagua no es otra cosa que un complejo sistemas de obras de ingeniería, concatenadas, que permiten que el agua fluya desde los puntos de captación, a la planta de tratamiento y a través de la red de distribución llegue al usuario en su domicilio con una alta calidad y con las presiones suficientes para satisfacer la demanda.
De esto deriva que, en la región insular, fuera del proyecto Margariteño I y del Turimiquire, inaugurados en democracia por Rómulo Betancourt el primero, y el segundo por Jaime Lusinchi; lo que se ha construido hasta el día de hoy es una red de suministro privada a través de camiones cisternas y los consumidores además de pagar un servicio que no reciben, deben pagar a los cisterneros para que les lleven el agua a su casa, como en tiempos de la antigua Roma que luego que el estado construía los enorme acueductos para transportarla a los centros de distribución. Luego los ciudadanos para llevarla a sus villas o a sus pequeñas casas llevaban a sus esclavos, pagaban para que se la transportara o tomaban sus ánforas y la llevaban ellos mismos a su casa.
Las plantas desalinizadoras
En la primera y segunda parte de este reportaje, presentamos los grandes retos que asumieron los gobiernos democráticos, los ingenieros venezolanos que con la menguada tecnología de la época trajeron el agua corriente a la región insular.
En la isla se han instalado a lo largo de los últimos 20 años del siglo pasado y ya más de 20 del siglo XXI, más de 5 plantas desalinizadoras.
Podemos hablar del Hotel Isla Bonita hoy Hesperia en Pedrogonzález construida por los ciegos del Grupo Once de España, quienes además de construir la desalinizadora, les obligaron a construir una aducción a la red de suministro para que los vecinos de las poblaciones cercanas pudieran contar con el vital líquido y esta no funcionó por mucho tiempo.
Los franceses construyeron otra al final de Playa el Agua, en la urbanización Puerto Real, en el sector de Cabo Negro, tampoco funcionó, y esta no era por filtros de osmosis inversa, sino por evaporación.
Tenemos otra pequeña en San Francisco, en la península de Macanao, y los vecinos dicen “que han salido hasta pescaditos por las tuberías de su incipiente acueducto”, el agua la utilizaron para todo, menos como agua potable.
Nos ufanamos de tener una de las desalinizadoras más importantes de Latinoamérica y es verdad, igualmente se encuentra en Macanao, ahora es que va empezar a producir agua.
Tenemos las de Guacuco que nunca se han terminado de construir y es territorio prohibido, allí no se puede entrar.
La instalación de una planta desalinizadora se hace en condiciones extremas, y sólo cuando se han agotado al límite las posibilidades de conseguir agua a través de afluentes naturales, por los altísimos costos que ello significa, en tecnología, energía y el alto costo ambiental que estas generan.
«El agua potable fabricada a partir de los módulos de ósmosis inversa tiene un ph ácido y un bajo contenido de carbonato que debe ser ajustado antes de su distribución y consumo».
El ph se ajusta con carbonato de Calcio a un valor de 7,7 adicionalmente, si se requiere, se agrega también Fluoruro de sodio e hipoclorito de acuerdo a las regulaciones sanitarias para uso de agua potable.
Pascual Molinaro, Gerente del Proyecto Eje Oriental de Hidroven, en su momento señaló, que los requerimientos energéticos de la desalación varían en función de la tecnología empleada; por ejemplo, el sistema de ósmosis inversa y contando que el líquido producto debe ser bombeado a los lugares de destino, el gasto energético es de unos 4 kWh por m3.
«A esto, se agregan los problemas ambientales producidos durante el proceso de desalación, por los importantes volúmenes de agua de rechazo de elevada salinidad (43-90 ups) y con abundante contenido en productos aditivos empleados en la desalación.
En las desalinizadoras próximas a la costa, el agua de rechazo se vierte al mar, y debido a su mayor densidad forma una capa hipersalina que se dispersa sobre el fondo, afectando a los organismos allí presentes».
Por estas razones, señala, es imperioso tener en cuenta los aspectos ambientales, el abastecimiento eléctrico y la emisión de las salmueras en zonas que no afecten los ecosistemas, «para evitar la destrucción de las costas y la emisión de gases de efecto invernadero que vienen a agravar aún más, el cambio climático».
Pozos profundos
Si hablamos de los pozos de agua, estos se encuentran contaminados, sus aguas se han salinizado por el mal manejo que se hizo de ellos.
Al no cuidar el nivel freático, perdieron las presiones e hizo que permeara el agua salada a las corrientes de agua dulce de la isla. Problema que ya no tiene solución, sino a través del filtrado de osmosis inversa.
Conclusión, en Margarita y Coche la red de distribución de agua potable son un fracaso
Una Red de Distribución de Agua Potable es parte del complejo sistemas de obras de ingeniería, conformada por un conjunto de tuberías trabajando a presión, que se instala en calles, avenidas, callejones de las zonas urbanas para abastecer de agua potable a parcelas, casas o edificaciones donde reside o habita la comunidad.
En Margarita y Coche podemos observar cómo se pierde y se bota el agua potable, al ver las vías de comunicación totalmente anegadas cuando están recibiendo agua, mientras existen sectores de las islas con dramáticas carencias del vital líquido.
Una de las características del consumo de agua potable en las islas, es que hay sectores donde cada persona consume entre 500 y hasta mil litros al día, o sea hasta cuatro veces lo estrictamente necesario, estimado en unos 250 litros diarios, caudal que se aplica a muchos países avanzados más austeros; mientras que existen otros sectores que no llegan ni a los 20 litros diarios.
En este momento con toda la tragedia que nos ocupa por la grave escasez de agua que viven las islas de Margarita y Coche, con ciclos distribución de agua de 96 horas por 50 y hasta 60 días sin agua como es el caso de Maneiro y en otros sectores, ni siquiera les llega, a menos que sea por cisterna.
La situación es oprobiosa, además de ser un golpe contra los Derechos Humanos de quienes habitamos en las islas, por lo que se hace necesario tomar decisiones que sean cónsonas con nuestra realidad y por supuesto con el delicado sistema ecológico de las islas
En primer lugar, tenemos que estar claro que el problema de la insuficiencia de agua potable en las islas de Margarita y Coche no es la cantidad bombeada hacia el territorio insular.
En este momento están entrando entre 600 a 800 litros de agua por segundo, por el sistema de Clavellinos por las aducciones que se le han hecho del nuevo acueducto «Luisa Cáceres» al que le agregamos los 500 o 600 litros que vienen del Turimiquire, que son en total mil 400 litros de agua por segundo, sino la obsolescencia de la red de distribución y suministro, que tanto la comunidad, como los alcaldes y el gobernador, hasta el mismo Colegio de Ingenieros tienen conocimiento que es así.
Un acueducto es eficiente no por la cantidad de agua que transporta sino porque tiene perdida cero
Todos sabemos cuándo está llegando el agua porque es más el agua que corre por las calles, que la que entra a las casas.
Y en lugar de solicitar recursos para la recuperación y mantenimiento de la red de distribución y suministro ha sido más fácil solicitarlos para una planta desalinizadora, con todos los inconvenientes que ello contrae.
Igualmente necesita de la red para poderla distribuir, a menos que la política que se haya definido es instalar una red de distribución y suministro de camiones cisternas a expensa de violar los derechos a la comunidad».
En conclusión, decía el Director de Hidroven, en aquella oportunidad, habría suficiente agua para el pueblo de los once municipios de Margarita y Coche si tan solo nos pusiéramos de acuerdo en trabajar mancomunadamente, los municipios, la gobernación e Hidrocaribe en función de la recuperación de la red de distribución y suministro de agua en las diferentes poblaciones de la isla, el uso racional del agua por parte de la población residente y turística, y la utilización de las aguas servidas y recicladas en el regadío en la agricultura -conucos y finquitas-, jardines y lavado de vehículos.
“Solo los alcaldes de los 11 municipios de Nueva Esparta y la gobernación del Estado Nueva Esparta pueden establecer con el gobierno nacional, en este caso con Hidrocaribe un plan de desarrollo a corto, mediano y largo plazo que consolide una infraestructura basada en los sistemas hídricos de Clavellinos y Turimiquire que garantice la calidad y cantidad el suministro de agua potable a la región insular”.
Asegura Pascual Molinaro, director de Hidroven para los proyectos del eje oriental, en lugar de la dispersión de esfuerzos por parte de las autoridades locales, lo cual queda de manifiesto en sus constantes solicitudes de inversión en plantas desalinizadoras para cubrir los déficit de agua potable de la población de las islas de Margarita y Coche, en lugar de trabajar mancomunadamente con Hidrocaribe para evitar las grandes pérdidas de este importante recurso vital a través de la vieja, obsoleta y ya corroída red de distribución de agua.
Todos hablan de construir muevas fuentes de agua, pero pocos se dan cuenta que recibimos agua “por demás” y que el 70 por ciento la tiramos al mar, porque la red de distribución tiene más de 70 años y nunca se la ha dado mantenimiento, ni ha sido reparada, y es de hierro y asbesto-cemento, es simplemente un colador.
Si el acueducto Luisa Cáceres estuviera funcionando óptimamente tampoco podrían entrar los 2 mil 500 de agua por segundo porque las tuberías no resistirían y estallarían, así que, en honor a la verdad, sólo recibiríamos los 600 litros de agua por segundo más los 400 del Turimiquire, que supuestamente dice la hidrológica que entra o menos.
Notiespartano/GustavoNovoa