Cada 23 de septiembre, desde 1993, se celebra el Día Internacional de la Bisexualidad. Esta jornada nace con el fin de reivindicar la visibilidad del colectivo bisexual y los hombres y mujeres que lo conforman. Y para combatir los prejuicios y la imagen manipulada que se tiene de la bisexualidad tanto en la sociedad como dentro de la comunidad LGTB+.
Pero… ¿qué es exactamente la bisexualidad? ¿Por qué es una orientación sexual tan poco conocida y estudiada? ¿Qué mitos o estereotipos existen en torno a ella? ¿Cuál es la razón de que sea una orientación tan invisible?
¿Qué es la bisexualidad?
La bisexualidad en un tipo de atracción romántica y sexual dirigida tanto a hombres como a mujeres. Resulta tan común y presente en la sociedad como la heterosexualidad o la homosexualidad, pero es más desconocida y está mucho más estigmatizada.
Un dato importante a destacar sobre la bisexualidad es que no supone necesariamente una atracción equivalente hacia ambos sexos. Ni tampoco requiere que la atracción sea simultánea ni de la misma intensidad. Las personas bisexuales se sitúan sobre un eje heterosexualidad-homosexualidad, y pueden sentir mayor o menor grado de atracción por cada uno de los sexos. Las personas que sienten una atracción mayoritaria hacia su mismo sexo, pero aun así también se sienten atraídas por el opuesto, también son bisexuales.
Una de las definiciones más claras y directas de este concepto es la que acuñó el activista bisexual Robyn Ochs:
«la bisexualidad es el potencial de sentir atracción —de forma romántica o sexual— por gente de más de un sexo o género, no necesariamente al mismo tiempo, no necesariamente en la misma forma y no necesariamente en el mismo grado».
¿Cuáles son los principales estereotipos en torno a la bisexualidad?
El problema principal de la bisexualidad es su invisibilidad en la sociedad. Tanto fuera como dentro del propio colectivo LGTB+, la bisexualidad es continuamente absorbida por el resto de orientaciones. Cuando la pareja actual de una persona bisexual es de su mismo sexo, la sociedad considera a ambas homosexuales y son asimiladas políticamente como tales. Cuando la persona bisexual tiene como pareja a alguien del sexo opuesto, se camufla entre el conjunto de los heterosexuales y su visibilidad también desaparece.
A esta asimilación por parte de las dos orientaciones contrapuestas hay que sumar el sinfín de estereotipos negativos que existen en torno a la bisexualidad. Estereotipos que dificultan enormemente que las personas bisexuales se autoidentifiquen como tales.
Algunos de los principales mitos y de las creencias más dañinas sobre las personas que pertenecen a este colectivo son:
- «La bisexualidad no existe». Idea malintencionada que defiende que la bisexualidad es una fase o un periodo de transición hacia otra cosa. También defiende que es fruto de la inmadurez y de la indecisión de una persona en relación a sus intereses románticos y sexuales.
- «La bisexualidad es sinónimo de promiscuidad». Partiendo de la base de que a alguien bisexual le puede atraer una persona de cualquier sexo, se considera que son proclives a relacionarse de forma sexual con cualquiera.
- «No es posible sentirse atraído a la vez por ambos sexos». Esta creencia errónea surge de considerar que la atracción por los dos sexos tiene que ser equivalente o de la misma intensidad. La atracción por las personas del mismo y distinto sexo no es igual, ni estanca, ni simultánea, ni fija en el tiempo.
- «Todos somos bisexuales». Aunque quizás este estereotipo pueda tener cierta buena voluntad, también contribuye a la estigmatización del colectivo. Con afirmaciones tan genéricas y vagas como esta, lo que realmente se consigue es menospreciar y quitar valor a la verdadera bisexualidad. Porque no, no todos somos bisexuales ni lo hemos sido en algún momento de nuestra vida.
Todas estas afirmaciones desacertadas –y muchas veces malintencionadas– crean un imaginario sobre la bisexualidad corrupto y perjudicial para la visibilidad de las personas del colectivo. Este tipo de concepciones son las que generan bifobia, una forma de odio e intolerancia que engloba aquellas actitudes y sentimientos negativos hacia las personas bisexuales.
Afortunadamente, gracias a los avances sociales y a la lucha de activistas, organizaciones y movimientos sociales, la bisexualidad es cada día más conocida y respetada.
Ojalá llegue pronto el día en el que la visibilidad y el respeto sean tales que no haga falta celebrar un Día de la Bisexualidad.
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