El economista Rafael Quiroz, explicó, que las expectativas que se habían creado en Venezuela sobre una flexibilización de las sanciones de la OFAC, que permitiera otorgar licencias que llevaran a un reseteo de la relación de Chevron con el gobierno venezolano “no se han podido cumplir”.
Quiroz, advierte que entonces la situación de la industria sigue estancada sin que se haya podido sostener una recuperación de la producción petrolera que supere sus niveles actuales por debajo de 700 MB/D.
Además, el economista explica que el comentario en torno a la Chevron se produjo después de que The Wall Street Journal le informara que EE.UU. se estaba preparando para permitir que la empresa petrolera venezolana reanudara el bombeo de petróleo, allanando el camino para una posible reapertura de los mercados de EE.UU. y Europa a las exportaciones de petróleo de Venezuela.
“Pero la producción petrolera venezolana no levanta a pesar que desde Miraflores se dice que “estamos listos para suplirle petróleo a EE.UU., a la UE y Asia”; y no habrá disponibilidad de vender un solo barril a nadie, mientras que la industria petrolera venezolana no tenga capacidad ociosa o cerrada de producción.
“Lo que escasamente se produce (680 mil b/d) está ya comprometido, mediante contratos firmes, con los clientes tradicionales y deficitariamente con el mercado interno. El gobierno ya debería convencerse de que Venezuela ya dejó de ser clave o fundamental en el mercado petrolero, indicó Quiroz.
Luego el gobierno de Biden desmintió la versión del periódico The Wall Street Journal, al insistir que la modificación de las restricciones de la OFAC dependía de un cambio político del gobierno venezolano que permita garantizar finalmente la realización de elecciones libres en el país.
Los condensados iraníes representan 16%
El economista analiza la actividad petrolera nacional que sigue dependiendo de la llegada de condensado iraní para sostener la producción de la Faja del Orinoco, y las exportaciones de mezcla que se dirigen básicamente a China vía Malasia.
“Las exportaciones petroleras de Venezuela en los nueve meses de 2022 alcanzaron un promedio anual escasamente por encima de 633.770 barriles diarios”, informa.
Quiroz Serrano explica que buena parte de la producción venezolana se intercambia por condensado iraní, y representa hasta 16% de las entregas enviadas al exterior. “La producción de Petrozamora, ubicada en el estado Zulia se redujo a alrededor de 28 MB/D desde aproximadamente 120 MB/D hace seis años”, comenta.
La Cámara Petrolera Venezolana (CPV) estima que el país produjo 653.000 b/d de petróleo en septiembre, una cifra similar a un informe interno de la estatal PDVSA, colocándose por debajo de lo reportado en agosto, “lo cual revela que problemas reiterativos y de distinta naturaleza siguen lastrando la recuperación de la actividad”.
Según un reporte interno de la estatal petrolera en muchos campos la producción es cero, “y ello incluye el campo Boscán donde actúa Chevron con PDVSA, y que se procura relanzar con las decisiones de la OFAC”, dice Quiroz
17 de 43 subsidiarias en cero producción
Según el informe, 17 de las 43 subsidiarias productoras de petróleo y/o empresas conjuntas no reportaron producción alguna en septiembre.
Asimismo, el economista advierte que incluso “grandes proyectos detuvieron la producción en septiembre porque se agotó la capacidad de almacenamiento de petróleo”.
Igualmente, se reportó una serie de problemas graves de exploración, producción, infraestructura y almacenamiento que impiden lograr la meta de subir la producción en al menos 100 MB/D desde los niveles actuales del año.
En medio de este panorama petrolero adverso en el plano doméstico se conoció la salida de PetroZamora de la empresa de capital ruso que compartía esta explotación con PDVSA, a pesar del control operativo y financiero que tenía GBP Global Resources.
“Por cierto, lo que recuerda la salida de Equinor y TotalEnergy de Petrocedeño, y la aspiración de Chevron al control operativo y financiero de su empresa conjunta con PDVSA”, expresa Quiroz.
“Es decir, no basta con tener ese control si las sanciones siguen obstaculizando la comercialización expedita hacia afuera, aunque debe de reconocerse que los graves problemas de la industria petrolera no se originaron con las sanciones (2019), sí se profundizaron sin duda alguna, pero estos problemas vienen desde mucho antes (2005). Los inconvenientes propios de la industria petrolera nacional son muchos más grandes, más significativos y de mayor peso que los que pudieran haber originado las sanciones”.
La situación real en Venezuela está muy distante a los dos (2) millones de barriles diarios de producción que Nicolás Maduro viene prometiendo cada seis meses desde hace tres años, “llueve, truene o relampaguee”, comenta el economista Quiroz Serrano.
Notiespartano