Poner la mente en blanco es una pregunta que muchos se hacen, sobre todo porque hay quienes aseguran que sí es posible. No obstante, la realidad parece indicar otra cosa.
Quienes más se preguntan si es posible poner la mente en blanco, tal vez sean las personas que se sienten saturadas por toda la información que reciben del medio, o aquellas cuyos pensamientos les aportan malestar o sufrimiento, ante lo cual desearían evitar pensar.
Un estudio muestra que cuando las personas dejan de tener pensamientos conscientes se produce una gran comunicación global entre las diferentes regiones del cerebro.
El cerebro es el órgano principal del sistema nervioso central, lo cual significa que su complejidad es alta, siendo capaz de controlar todas las funciones vitales de los seres humanos, incluida la respiración, la digestión y el ritmo cardíaco.
Respecto a la mente, a esta se le asocia con el cerebro porque está vinculada con todos los procesos que se ejecutan a nivel cognitivo, tales como la memoria, la percepción, la imaginación, el pensamiento, entre otros.
Para que los pensamientos tengan lugar, el cerebro está generando impulsos constantemente, los cuales no se pueden detener. Pero, lo que sí se puede hacer es calmar la mente, que es muy diferente a ponerla en blanco.
Durante la vigilia, estamos a cada instante procesando pensamientos de forma consciente: planear qué hacer, reflexionar sobre lo que acabamos de ver, recordar un detalle del pasado. Sin embargo, este quehacer cerebral no es constante, sino que existen lapsos de tiempo en los que parece que nuestro «contenido» mental se ha esfumado o no somos conscientes de tener pensamientos concretos.
Este fenómeno, conocido popularmente como «tener la mente en blanco», es relativamente poco conocido en el ámbito de la ciencia cognitiva. Las investigaciones centradas en este estado cerebral son escasas.
Las opiniones respecto a poner la mente en blanco son muy opuestas, pues, hay quienes consideran que sí es posible, mientras que, para otros, esto es imposible.
La ciencia, basada en la experimentación, nos indica que la mente parece “desaparecer”, y que no se puede monitorear su paradero.
En otras fuentes, se ha hecho referencia a un estado que se le denomina mente ausente, pero que sería poco deseable para la mayoría, ya que se trata de un estado en el que, quienes lo padecen, experimentan pérdida de la memoria y falta de atención.
Ahora un reciente estudio, cuyos resultados se publican en la revista Proceedings of the National Academy of Sciences, aporta nuevos datos sobre lo que ocurre en el cerebro cuando la mente se queda en blanco. Este estado, breve y pasajero, aparece de forma espontánea con poca frecuencia, en comparación con el tiempo que las personas dedican a tener pensamientos de forma consciente, y reaparece ocasionalmente a lo largo del tiempo.
Se caracteriza por presentar una actividad cerebral particular, visible en las imágenes de resonancia magnética funcional (RMf, por sus siglas en castellano).
Esta técnica, en la que se emplean potentes campos magnéticos, registra pequeños cambios en el flujo de sangre en las diferentes regiones del cerebro debido a su actividad.
Para la realización de la investigación, un equipo internacional de científicos analizó datos previos de un estudio en el que los participantes, sanos, pensaban de forma espontánea mientras se encontraban en un aparato de RMf. Así, los voluntarios informaban de cuáles eran sus experiencias cognitivas justo antes de que sonara un pitido. Durante esos momentos también se adquirían imágenes de la actividad de su cerebro.
Entre estas experiencias se encontraban los pensamientos dependientes o independientes de estímulos, las percepciones del entorno y las ausencias mentales (mente en blanco).
Para profundizar en el estudio de esta actividad cerebral, los autores analizaron los patrones de activación entre diferentes neuronas a lo largo del tiempo mediante aprendizaje profundo. Con estos datos, fue posible clasificar con una elevada precisión si alguien no tenía pensamientos conscientes. Los estados de mente en blanco se caracterizan por una gran comunicación global entre distintas regiones cerebrales de forma simultánea.
Este patrón de cerebro ultra conectado también fue asociado a una gran amplitud de la señal global de las imágenes de RMf con un nivel bajo de activación de la corteza cerebral. Los investigadores describen este estado mental como algo similar a estar en un sueño profundo, pero mientras se está despierto. De esta forma, los individuos con la mente en blanco no serían capaces de tener pensamientos conscientes porque el patrón de actividad cerebral en ese momento no permite que esto suceda.
En conclusión, los hallazgos del estudio confirman que las personas durante la vigilia pueden tener la mente en blanco y que esta no tiene por qué estar permanentemente ocupada por pensamientos conscientes o identificables.
Aún son necesarias más investigaciones con diferentes métodos de análisis de la actividad cerebral para confirmar el patrón de conectividad descubierto por los autores y para profundizar en los mecanismos que se encuentran detrás de este estado mental.