En esta ocasión, profundizaremos el contexto místico que se origina en el sánscrito, para explicar otro concepto importante dentro del budismo y el hinduismo: el Dharma.
Estas ideas tienen una utilidad cotidiana que mezcla la curiosidad, lo particular y lo espiritual, permitiéndonos abrir la mente y, quizás, sonreír ante las múltiples perspectivas que ofrece este mundo tan diverso y rico en conocimientos por descubrir.
¿Qué significa «Dharma»?
La palabra Dharma proviene del sánscrito y tiene varias definiciones que comparten una esencia común: el propósito de nuestra vida. Dharma significa ley, virtud o norma, y representa el fin o propósito vital de cada persona. También son las leyes establecidas por Buda, inscritas en la rueda de la vida, la cual es eterna y nunca se detiene.
Esta «rueda dhármica» suele ubicarse en la parte superior de muchos centros budistas, y en su centro a menudo se encuentra un sol radiante que amanece tras una montaña. Es una imagen de renacimiento, donde nos renovamos para iniciar nuestros propósitos vitales.
Una imagen cargada de símbolos motivadores y místicos. Una rueda de la vida que nunca deja de girar, donde siempre amanece, siempre nos renovamos y todo está interconectado en un mismo universo.
¿Qué principios tiene el Dharma?
El Dharma está estrechamente relacionado con el karma. Debemos entender que todo lo que hacemos, pensamos o decimos tiene un efecto en nosotros y en los demás. Nuestra actitud es crucial para alcanzar nuestro objetivo vital y poner en marcha la rueda de la vida.
La rueda del Dharma nunca termina. Nacemos, crecemos, morimos y todo vuelve a empezar. La reencarnación forma parte de este ciclo infinito cuyo propósito máximo es el conocimiento y el aprendizaje. Además, esta rueda simboliza cómo Buda difundió los principios de su religión y cómo las diferentes escuelas lo representan hoy en día.
El Dharma enseña que la honestidad y la bondad generan movimiento vital. Si ofreces bondad a otros, estos también se benefician, creando una energía que permite alcanzar propósitos vitales.
La rueda del Dharma también representa las cuatro verdades: primero, que la vida está llena de sufrimiento; segundo, que el sufrimiento es causado por el apego a los bienes materiales; tercero, que podemos dejar de sufrir; y cuarto, cómo lograrlo: mejorando interiormente y siendo más espirituales.
El Dharma nos permite corregir errores del pasado. La vida fluye y cambia, ofreciendo nuevas oportunidades para rectificar.
Quienes fomentan valores egoístas o causan infelicidad van en contra de la rueda del Dharma y llevan una vida «adhármica» o contranatural.
Debemos aprender a perdonar, ser honestos, controlar la ira y buscar siempre el conocimiento y la verdad. Solo así encontraremos el auténtico propósito de nuestra existencia: el enriquecimiento interior.
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