La columna vertebral de la economía venezolana, la industria petrolera, requiere un cambio multifactorial que va más allá de la exploración, producción, del proceso de refinación, comercialización y transporte para reactivarse. Según los expertos, se necesitan cambios políticos, financieros y administrativos para reanimar una Petróleos de Venezuela (Pdvsa) que cuenta con una de una deuda de aproximadamente 85 mil millones de dólares, sin capacidad de cumplir con las exigencias de inversión planteadas por las transnacionales y lejos de producir los dos millones promedio de barriles anhelados por el presidente Nicolás Maduro.
En este panorama, la privatización se descarta como salida tal como lo propone desde comienzos de marzo María Corina Machado, precandidata a las primarias de la oposición, en su campaña.
“Hay que privatizar Pdvsa, las empresas de Guayana, los hoteles, las empresas de telecomunicaciones”, ha sostenido Machado durante cada entrevista radial, digital o televisiva, en las que explica, además, que el proceso debe ser transparente.
Rafael Quiroz, economista y especialista en petróleo, considera que Pdvsa no tiene por qué entregarse por estar mal administrada o fracasada. “Si por ese argumento tan barato nos guiamos, llegamos a la conclusión de que hay que privatizar todo el estado venezolano”. Explica que el petróleo no es un producto cualquiera y por ende no puede estar en manos del sector privado.
“A este sector no le compete diseñar políticas públicas ni petroleras, estrategias que comprometan la geopolítica. El petróleo debe ser de la nación como un todo, de la población venezolana en su conjunto y de las generaciones futuras”.
Tras enumerar los aspectos que debe mejorar la estatal petrolera, el economista Luis Oliveros asegura que este es el peor momento para pensar en privatizar Pdvsa.
Plantea, sin embargo, que al hacer algunos cambios en la Ley de Hidrocarburos, en el marco regulatorio, daría confianza a los inversionistas extranjeros.
“Ahora lo que se necesita es recuperarla. El sistema de privatización sería tan engorroso que perderíamos oportunidades. Veo más factible, rápido, eficiente, rentable y con menos conflictos políticos de cara a un evento electoral en 2024, permitir la inversión extranjera privada dentro de la industria”.
Sin capacidad operativa
En noviembre de 2022, el gobierno de Maduro anunció que Chevron retomaba sus actividades en el país luego de paralizarlas por dos años. A sus cuatro empresas mixtas con Pdvsa –Petroboscán, Petropiar, Petroindependencia y Petroindependiente– se les concedió licencia por seis meses y en el acuerdo se especificó que la estatal venezolana no recibirá ingresos directamente por las ventas de la compañía estadounidense.
Emilio Herrera, ingeniero y experto en el área de refinería, explica que la actividad de la empresa estadounidense “ha permitido incrementar la producción de crudo en unos 50 o 100 mil barriles, pero eso está muy lejos de llegar al millón de barriles de crudo a final de año”.
Herrera detalla que en la actualidad los pozos petroleros de Venezuela, por razones que se desconocen, se sedimentaron y se perdió la capacidad de producción de crudo.
A eso le suma que desde 2002, con el paro petrolero, se comenzó la paralización de taladros, en ese momento permanecían activos 115 y eso se redujo, en la actualidad, a unos 50. “Se destruyó la capacidad de refinación, las unidades que producían los destilados para preparar gasolina ya no existen y por eso dependemos del combustible de India y Rusia”.
“La industria se desmoronó desde el conflicto con Chávez. Progresivamente se destruyó la capacidad operativa, desapareció la mano de obra calificada y paralizó completamente la capacidad de refinación de crudo. Con las sanciones y los conflictos diplomáticos con el principal cliente, Estados Unidos, Pdvsa se quedó sin acceso a la tecnología estadounidense. Y si no se permite que se utilice la tecnología, nos quedamos con el subsuelo preñado de crudo”.
Condicionada
Para incrementar la producción debe haber inversión, acota el profesor Rafael Quiroz, quien asegura que en los acuerdos firmados recientemente entre Pdvsa y las transnacionales, las partes se comprometieron a hacer desembolsos equitativos para la recuperación de la industria.
“Pdvsa tiene una deuda que sobrepasa los 85 mil millones de dólares, más grande que la deuda pública venezolana, por lo tanto no tiene un centavo para invertir. Por su parte, las transnacionales no están dispuestas a invertir un centavo si Pdvsa no hace lo mismo como contraparte”, aseguró.
Las consecuencias de la falta de liquidez, produce, según Quiroz, inversiones moderadas y cautelosas. “La contribución de Chevron a la producción nacional también va a ser moderada. Tuvimos una producción promedio anual en 2022 de 687 mil barriles; en estos momentos se produce entre 760 a 770 mil, porque Chevron ha aportado 80 mil barriles diarios en dos o tres meses de operación. Para finales de año podría aumentar a 140 mil barriles, para sumar 840 mil barriles anuales”.
La primera solicitud de inversión a la estatal petrolera se hizo pública el pasado 15 de marzo. “Chevron Corp. insta a Venezuela a limpiar el Lago de Maracaibo con la esperanza de casi duplicar la cantidad de petróleo que se puede cargar en sus buques, que actualmente corren el riesgo de encallar debido a la acumulación de sedimentos”, publicó bloomberg.com.
El artículo detalla que la empresa estadounidense pagó un estudio de campo y a Pdvsa le corresponde limpiar las aguas. Otras empresas que buscan operar bajo la misma modalidad de Chevron son Repsol, por España; y Eni, por Italia; ambas compañías intentan acordar con el gobierno de Maduro extracción de petróleo a cambio de amortizar la deuda que Pdvsa tiene con ellas.
“A Rusia también se le debe. Pero ellos estarán atendiendo un bloque de la faja del Orinoco, un crudo extrapesado que nadie quiere meterse ahí”, acota Quiroz.
Notiespartano/VersiónFinal